[39] ╋ Ceremonia Trágica ╋

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LEIGH

¿Cómo podía enfrentar a los Steins de nuevo?

¿Cómo podía fingir que no sabía todo lo que hacían a puerta cerrada? ¿O qué no estaba al tanto de lo jodidos que estaban todos? ¿Era por eso que siempre me había sentido atraída a Heist? ¿Por qué los dos éramos unos inestables mentalmente?

Aunque me lo negara a mí misma, muchas veces me encontré pensando en él, en sus besos, en sus caricias, en la profunda oscuridad en sus ojos cuando me miraba. Incluso me encontré extrañando sus burlas, sus insinuaciones, era como si una parte de mí también se divirtiera con él y su forma de ver su alrededor como un campo de juego. Supe que estaba loca cuando leí su diagnostico y lo primero que vino a mi mente fue "¿no puede sentir? ¿No puede tener sentimientos por mí?" En vez de preocuparme por lo más obvio que era su posible tendencia a la violencia y el hecho de que esa mujer lo había tachado como el más peligroso de los Stein.

Leigh Fleming, te has vuelto loca oficialmente.

Por supuesto, lo que sea que estuviera comenzando a sentir por Heist tenía que pisarlo y destruirlo antes de que floreciera porque sabía que lo único que me ganaría sería un corazón roto y ya lidiaba con suficiente cosas en mi vida. Además, el conducto del Altísimo había confiado en mí. Y si los Steins habían venido al pueblo a destruir a mi padre, no me quedaría a mirar solamente. Yo mejor que nadie sabía que mi padre estaba lleno de defectos, pero era mi padre, nunca querría que algo malo le pasara. También estaba el hecho de que era muy probable que los Steins tuvieran que ver con la muerte de Natalia, eso me motivaba aún más a ser la espía del conducto del Altísimo.

Así que con la frente en alto, di un paso frente a la congregación del domingo para dar una charla antes de que nuestro líder iniciará el servicio. Todos los ojos estaba sobre mí y tomé una respiración profunda. Mi vestido azul cielo de tela gruesa pasaba mis pantorrillas y cubría mis hombros al ser de mangas largas. El frío del invierno me había hecho sacudirle el polvo a mis vestidos de tela gruesa. Mi cabello al frente iniciaba en dos trenzas que se unían en la parte de atrás de mi cabeza y se enrollaban circularmente sin dejar un solo mechón libre, nada de maquillaje, nada de aretes, no hacía falta. En la palabra del Altísimo resaltaba la fomentación de nuestro amor propio, el querernos como éramos, no necesitábamos maquillaje o modificaciones corporales para sentirnos bien.

Me detuve frente al podio y acerqué mi boca al micrófono.

—¡Qué el Altísimo este con ustedes!

—¡Qué así sea!— todos respondieron llenos de energía. La vestidos que llevaban las mujeres de nuestra comodidad no eran tan coloridos como en el verano, los tonos iban desde azules oscuros hasta grises.

En la primera fila estaba Carter y sus hermanas como siempre, los Steins ocupaban la tercera, arrugué las cejas al notar que Heist no estaba con ellos. La señora Stein estaba acompañada de uno de sus esposos: Valter, y también Kaia y Frey pero no había rastro del rubio alemán que atormentaba mis pensamientos estos últimos días. Tampoco había rastro de Rhett o de Cindy.

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora