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LA SEÑORA STEIN

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LA SEÑORA STEIN

—Tienes que calmarte, Mila.

La voz de Valter sonaba a lo lejos porque estaba caminando de un lado al otro en la sala de mi hogar. La policía ya nos había entrevistado a todos los presentes en el tiroteo de la iglesia y nos habían enviado a casa. Volví a marcarle a Heist pero la llamada se iba directo al buzón de voz. Gruñí y apreté mis puños a mis costados. Mayne se había mantenido en silencio todo el rato, cuando llegamos, él nos había esperaba con todo listo, nos había revisado y le había dado un calmante a Frey para luego vendar mi nariz pero después de eso, ni una sola palabra había dejado sus labios. Peerce venía en camino de su trabajo, no quise alarmarlo mucho así que solo le conté a medias lo que pasó, no le mencioné que me golpearon o que nos apuntaron. Si algo había aprendido de tener dos esposos inestables mentalmente era no hacerlos enfurecer, y al parecer que me hicieran daño era un detonante para ellos dos.

—No sabemos si él tuvo algo que ver con esto.— Valter me comentó mientras arropaba a Frey que se había quedado dormido en el sofá por el calmante.

—Ah, por favor, papá,— Kaia comentó, —Heist no se ha perdido ni un solo domingo las ceremonias de la iglesia y el día que no va, pasa esto, además de que está desaparecido, no existen las coincidencias cuando se trata del psicópata de mi hermano.

—No lo llames así— defendí.

—¿No es así como lo llamó tía Jazmine?

Apreté mi mandíbula, recordando que no había sabido nada de Jazmine en un par de meses. Mi mejor amiga de infancia no solía desconectarse así de nosotros y estaba comenzando a preocuparme. La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo mis pensamientos. Un desarreglado Rhett entró, su cabeza la cubría un gorro mal puesto y un abrigo negro puesto de una sola manga, de donde sea que hubiera avenido, lo había hecho en un apuro.

—¿Dónde está?— gruñó.

Sabía que se refería a Heist.

—Rhett— di un paso hacia él pero él me pasó por un lado y me ignoró para dirigirse a las escaleras. Esa fría mortífera voz se hizo paso en mi cabeza.

¿Dejarás que un mocoso te trate así? Por eso es que todo se te ha salido de control, Fleur.

—¡Detente!— le grité y la rudeza de mi voz sorprendió a todos, incluso a Mayne quien finalmente me miró, —Si crees que puedes entrar a mi casa de esta forma irrespetuosa, estás muy equivocado, Rhett Lombardi.

Rhett se giró hacia mí.

—Yo—

—Heist no está aquí y lo estamos esperando— le informé con frialdad, —eres bienvenido a sentarte pero no quiero shows ni violencia bajo mi techo, ¿te ha quedado claro?

Rhett bajó la cabeza.

—Si.

—¿Si qué?

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora