Capítulo 2

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Steve sabía la ubicación de cada recluta.

No sería difícil para él derribarlos de un sólo golpe.

—Regla número uno: siempre estén atentos a cualquier movimiento. —Rogers miro a un punto fijo—. Regla número dos: si el enemigo lleva un arma, no es sólo por intimidar.

Lanzo el escudo en dirección al techo, golpeando a un recluta y de ahí, admiró como éste se movía igual que una bola de billar.

Todos los reclutas cayeron al suelo y su escudo regreso a sus manos gracias a los imanes en su traje.

—Tal vez él sepa utilizarla a la perfección.

Los jóvenes se levantaron con muecas de dolor y fastidio.

—Son algo lentos.

Steve cerró los ojos sintiendo su corazón latir más rápido.

—Descansen.

Los chicos se fueron del lugar, no sin antes recorrer con la mirada al castaño detrás de su maestro.

—¿Por qué no es Fury quien los entrena?

—Él ahora no se encuentra disponible. —El rubio por fin volteo a verlo.

Tony realmente era atractivo... Era hermoso.

—No dudó que serán los mejores Cap.

—¿Has venido a hablar de los reclutas? —Steve levantó una ceja—. Tengo asuntos que atender, así que...

—No, yo... —Tony respiro para calmarse—, hoy Pepper me entregó los papeles del divorcio.

El soldado asintió ausente.

Así qué era eso...

—Mi firma ya está ahí. —Aclaró el hombre de ojos azules—. En cuanto los firmes, puedes entregárselos al juez o yo puedo...

—No, Steve, no entiendes. —El genio lo miro de manera abatida—. No voy a firmar.

Ambos se quedaron en silencio.

Los agentes de SHIELD se movían de un lado a otro sin ponerles atención.

—Tú me pediste el divorcio.

—Lo sé, pero... —El castaño comenzó a reír de manera nerviosa—, no pensé que aceptarías... Por Dios Steve, estaba molesto...

—¿Molesto por pedirte un poco de tiempo? —Rogers frunció el ceño—. Cuando me casé contigo, sabía que tu trabajo era importante, que las industrias eran una de tus prioridades...

—Steve...

—Pero me canse Tony. —Aclaró el rubio—. Me canse de sentirme un intruso en tu vida, me canse de tus gestos cuando te pedía una cita, me canse por ser el único que luchaba por nuestro matrimonio.

—Fue un error, yo no...

—Si, fue tu error. —Eso si había dolido—. No entiendo cuando fue que me convertí en una carga para ti.

Anthony suspiro.

Steve jamás sería una carga para él.

Era el amor de su vida.

—Nunca te pedí que dejarás tu vida. —Steve tomó su rostro—. Ahora... Sólo queda ver el lado positivo.

—¿Hay lado positivo en esto? —Preguntó seriamente el genio.

—Ambos ganamos una lección de vida.

El Capitán le sonrió con tristeza y se encamino a la salida.

Tony se quedo parado ahí, sin nada que hacer.

¿Qué había hecho?

Con prisa, término por alcanzar al soldado.

—¡Steven Grant Rogers! —Grito llamando la atención, no sólo del rubio, si no de todos en el lugar— ¡No me daré por vencido!

Iba a terminar esa tontería del divorcio.

Como que se llamaba Anthony Edward... Aun Rogers.

DivorcioWhere stories live. Discover now