Capítulo 29

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-Cuando llegué aquí desde mi ciudad natal al otro lado del país, tenía mucho miedo, al principio estuve sola, pero una persona se acercó a mí, él se ofreció a ser mi amigo, con el vinieron Elizabeth y Adrian, aquel chico se llamaba Daiki, un nombre algo raro por aquí, porqué es japonés. Bueno volviendo al tema nos convertimos en los mejores amigos, los cuatro, Eli y Adrian entre ellos el lazo era más fuerte, y en el caso de Daiki y yo también. Él se convirtió en una parte esencial de mí-dije con la voz temblorosa-y hace tres años me lo arrebataron. Hace tres años una parte de mí murió con él-alguna lágrima empezaba a salir de mis ojos-. Se metían con él, al principio por ser extranjero, porque su manera de hablar no era perfecta, su aspecto no era como el nuestro, pero eso no me impidió conocer a una de las personas más maravillosas del mundo. Con el tiempo él se alejó de los otros chicos, prefería pasar en tiempo conmigo jugando, en vez de ir a jugar al fútbol con ellos. Le llamaban 'marica' y 'gay de mierda', solo porque era más sensible y reservado que el resto. Me dolía en el alma que lo hiciesen, yo siempre me enfrentaba a los idiotas que se metían con él. Pero no sirvió de mucho. Meses antes de...-se quebró mi voz al intentar seguir pero no podía. Levi al verme así se acercó y me rodeó con sus brazos- se empezó a alejar, de todos, hasta llegar al punto de que apenas venía a clase, ya no me hablaba. Fue mi culpa, pude haber hecho algo al respecto, era su mejor amiga y le fallé. Un día muy preocupada fui a su casa, necesitaba saber si estaba bien...-cada recuerdo volvía a mi mente como cohetes-. Su madre me dijo que estaba arriba en su habitación escuchando música, así que subí rápidamente, la música sonaba de fondo. Abrí la puerta y...-no continué, dolía demasiado.

Desde que me abrazó, no aflojó su agarre, yo me acerqué a él y rompí a llorar sobre su hombro. Odiaba llorar, solo empeoraba las cosas. Lloré desconsoladamente sobre su sudadera, hasta que tuve la fuerza suficiente para continuar, fueron tal vez segundos o minutos.

-Una-a sobredosis, lo-o encontré tirado en su cama rodeado de pastillas-dije tartamudeando-me dijeron que se iba a recuperar, era mentira, ya estaba muerto cuando llegué, tarde, llegué tarde... Aquel día prometí que no permitiría que nadie más sufriría lo que él sufrió si yo lo podía evitar. Tardé semanas en volver a clase, estuve rodeada de psicólogos, pero ninguno dio sanado el agujero que quedó dentro de mí. El día que pisé de nuevo el instituto, fui a donde estaban los gilipollas que se habían metido con Daiki todo aquel tiempo. Lo primero que escuché al llegar a su lado fue que se alegraban de que se hubiese muerto, le metí una patada en sus partes al tío que había dicho aquello. Recibí un paliza por parte de los otros chicos que había allí, pero me defendía como podía, uno acabo con la nariz rota, otro un brazo. Pero no era suficiente en comparación a lo que había sufrido Daiki-suspiré destrozada-
Daiki es la razón por la cual defenderé a todo aquel que lo necesite, con todo lo que tenga.

Me aparté un poco de él para secarme un poco las lágrimas, pero él se adelantó y las secó con la manga de su jersey. Me dolían un poco los ojos de llorar, pero el dolor emocional era menor que antes al tener a alguien en quién apoyarme.

-Eres una gran persona, de las mejores que he visto en mi vida. Te mereces el cielo y las estrellas. No fue culpa tuya, se como te sientes, tal vez no del todo, porque yo estuve en tu misma situación casi-sus manos pasaron de mi espalda a mis mejillas delicadamente-Todo lo que me dijeron de ti es verdad, y me alegro por ello. Gracias por estar ahí cuando yo no podía, le has salvado la vida a Scott, pero también una parte importante de mí.

Se acercó despacio a mí hasta que sus labios rozaron los míos, era un tacto suave y lento, me gustaban más sus labios que cualquiera que hubiese probado antes, a excepción de una persona. Correspondí a sus movimientos, sin importar nada, necesitaba distraerme. El beso se fue volviendo más intenso cada segundo que pasaba hasta separarnos segundos después.

-Tenía pensado ir a casa de Scott por la tarde, podrías venir si quieres, le voy a llevar una muestra del nuevo uniforme para que se lo pruebe y mirar como queda-dije cambiando de tema y evitando mirarle a los ojos-Ahora será mejor que me vaya, mi madre debe estar muy preocupada.

Seguramente estaba muy roja en general, los ojos rojos por llorar, los labios hinchados por el beso, y la cara en general por lo mismo.

-¿A las cinco te parece bien que te vaya a buscar?-preguntó recogiendo los platos. Asentí-¿Quieres ir te lleve ahora?

-No hace falta, mejor voy andando y doy un paseo-dije negando con la cabeza.

-Te acompaño hasta tu casa-dijo metiendo todo en el lavavajillas-Voy a por una chaqueta y nos vamos-salió de la cocina y subió a su habitación.

Iba a decirle que no hacía falta que me acompañase, pero bueno no me importaba, me hacía sentir un poco incómoda, desde el beso estar a su lado se sentía diferente, pero era normal. Tal vez debería hacer caso a Miles, Levi no parecía mal chico, si había conseguido ser amigos de Eli, Adrian y Scott, debía ser buena persona, suponía. Pero prefería conocerle primero, quería saber sobre él, sobre su vida, su color favorito y todas esas cosas. Si Eli tenía razón y le gustaba, tal vez darle una oportunidad no estaría mal. Pero lo primero es lo primero, conocerle. El paseo sería una escusa perfecta para hablar.

Cogí mi chaqueta y le esperé en la entrada, preparada para salir. Mientras esperaba la madre de Levi apareció por la puerta del salón que comunicaba con la entrada.

-Siento lo que dije antes-dijo con tristeza- Siento ser cotilla, escuché lo que le contaste a mi hijo sobre tu amigo, soy una idiota por pensar como lo hago, muchas veces no somos conscientes del daño que podemos provocar-hizo un pequeña pausa-No me importa que Levi sea amigo de Scott, no me importa que mi hijo sea bisexual, solo que él sea feliz. Desde que me separé de mi marido, le he dejado un poco de lado y sé que Levi necesita mi apoyo para superar la separación, porque gran parte de las veces los más perjudicados son los hijos. Me alegro que tenga amigos, y más si son como tú, dispuestos a defender los creen y a las personas que quieren-. Sonreí al escucharle; yo no era gran cosa, pero bueno que cada uno piense lo que quiera.

En aquel momento Levi bajo las escaleras rápidamente con la chaqueta y los zapatos ya puestos. Nos vio allí y su sonrisa se apagó un poco, pero me vió sonreír y volvió la intensidad de su sonrisa.

-¿Me he perdido algo?-preguntó algo confuso.

-Espero que te diviertas-dijo su madre dándole un pequeño abrazo-No vuelvas muy tarde, mañana tienes clase-asintió más confuso.

Abrió la puerta y salimos de allí camino a mi casa, y Levi aún muy confuso por lo que había ocurrido segundos antes.

Hola. Otro capítulo más y espero tener terminado el siguiente pronto. Así que a disfrutarlo. Si os ha gustado dadme una estrella. Podéis dejar vuestras opiniones y sugerencias en los comentarios. Os quiero. Nos vemos en el próximo capítulo.

Solo deciros que lloré mientras escribía este capítulo, me dolió no mucho, muchísimo.

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