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Xiaojun despertó con un dolor de espalda y cuello horrible, consecuencias de haberse quedado dormido sobre su escritorio. '¿Qué hora es?' Se preguntó antes de dirigir su vista al reloj en su mesita de noche que apuntaba las '03:38a.m'. Se levantó de su incómoda silla y estiró sus músculos adormecidos por estar en la misma posición mucho tiempo. Kun siempre guardaba medicamentos de todo tipo en una cajita oculta en uno de los cajones de la cocina, quizás una tableta y un vaso de agua lo ayudarían a calmar el dolor. Con ese pensamiento se dirigió a la puerta de su habitación con cuidado de no chocar con algo y hacer el alboroto suficiente como para despertar a Kun o a Yukhei.
Para su sorpresa, la luz de la cocina estaba encendida y parecía que alguien estuviera haciendo un lío por los ruidos que de ahí provenían. Con sigilo y sumo cuidado se fue acercando al lugar con la precaución de que podría ser algún ladrón o algo por estilo. ¿Y si de verdad era un ladrón? Sería más seguro despertar a Yukhei que es más fuerte y podría vencer al intruso si este quiere atacar; no es que él no sea fuerte, pero obviamente Wong es mucho más fornido. Sin dudarlo se dirigió a la habitación de uno de los mayores y tocó un par de veces la puerta sin obtener respuesta.
—Yukhei, hey, despierta, creo que hay un ladrón en el departamento— habló sin recibir respuesta alguna de la persona que el creía que dormía detrás de la puerta. Lucas tenía el sueño pesado, pero no creía que tanto.
De la nada los ruidos en la cocina se dejaron de escuchar para que una suave y jadeante voz dijera '¿escuchaste eso?', Xiaojun identificó aquella voz como la de Kun, y lentamente las neuronas comenzaron a hacer sinapsis y los cabos fueron siendo atados a medida que pasaban los segundos. Sin emitir mucho ruido abrió la puerta de la habitación de Yukhei y se encontró con su cama vacía, pero con las sabanas y frazadas desordenadas, rápidamente se dirigió a la habitación de Kun que estaba al otro lado del pasillo y abrió la puerta encontrándose con la misma escena que en el cuarto anterior. Justo cuando la película se le estaba aclarando, fue turno de una voz grave para hablar soltando un: 'No hagas caso, debió ser el viento'; y todo pareció tener sentido.
Xiaojun caminó lentamente con el ferviente deseo de que sus sospechas solo sean producto de su imaginación; de pronto la idea de un ladrón en su cocina era mucho más bienvenida que lo que estaba pensando. Nuevamente los jadeos y respiraciones alteradas fueron predominantes en el ambiente, Xiaojun cerró los ojos y suspiró antes de abrirlos de nuevo y asomarse para ver la escena que se estaba presenciando en la cocina de su hogar, o al menos del que él creía que era su hogar.
Ahí estaban Kun y Yukhei, besándose como si fueran el oxígeno del otro, como si no necesitaran nada más en el universo que los labios del otro. El pelinegro estaba sentado en la pequeña mesa de la cocina mientras Lucas masajeaba el área de su cintura y caderas con sus grandes manos.
Xiaojun quería vomitar, sintió que sus manos sudaban y como su boca se secaba ante la escena tan... obscena. Lo que nunca esperó fue la filosa mirada que Lucas le envió sin separar los labios de Qian. Era una mirada llena de superioridad y triunfo, como si conociera lo que estaba sintiendo Xiaojun en ese momento. Y por fin entendió, Lucas ya había ganado en tiempo récord la batalla que él ni siquiera había logrado empezar.
Sin siquiera pensarlo corrió al baño dónde alcanzó a llegar al inodoro antes de vomitar todo lo poco y nada que había ingerido hace unas horas, no le importó si llamó la atención suficiente para separar al Kun y Lucas del apasionado beso que compartían, solo quería gritar, quería llorar. Cuando terminó de vomitar se percató de las grandes lágrimas que escurrían de sus ojos por sus mejillas y ya no se contuvo, empezó a llorar y jalar su cabello cuan fuerte sus manos le permitieran.
—¡¿Xiaojun?!— apenas la puerta comenzaba a ser abierta Xiaojun se recargó en ella impidiendo que un Kun preocupado lo viera en su estado más miserable, rápidamente puso el cerrojo y llevó su rodillas a su pecho para seguir llorando— ¡Junnie ábreme la puerta, por favor!
—No quiero...— susurró, siendo amortiguado por sus manos.
—¿Qué?
—¡Que no quiero, déjame en paz por un jodida vez!— gritó tan fuerte que sintió como un escozor invadía su garganta. Pero no se arrepentía, no quería verlo, no quería escucharlo, no quería sentir su presencia, porque sabe que caería nuevamente.
Xiaojun nunca debió despertar, ahora debía atener las consecuencias que traían consigo haberlo hecho, tener que arrastrar esta pesadilla.
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Este capítulo es el más largo, porque es el que más drama y sentimientos tiene.
