Curioso que, a estas alturas me vuelva a encontrar delante de mi ordenador, con un nudo en la garganta, ganas perpetuas de llorar y apunto de saltar al abismo de mi alma, y que aun así tenga la osadía de retar a mis sentimientos por él.
¿Son realmente las emociones algo que se debe compartir? a veces dudaba de este hecho seriamente, si así fuera no me encontraría en esta situación de desasosiego tan a menudo,
¿Es que realmente era el único que pretendía demostrar algo?, doy un golpe al teclado y en mi mente se suceden los recuerdos, los recuerdos bonitos eran los que conseguían hacer que una corriente eléctrica atravesara la herida de mi alma, haciendo que me retorciera, agonizara, que suplicara clemencia.
Pero ya no hay clemencia o misericordia, reté a los dioses, blasfemé en el nombre de lo que creí era amar de verdad, de forma sincera...
¿Qué estaba diciendo? lo amaba, en cada parte de mi ser podía sentir dicha verdad recorrerme, como una ponzoña que poco a poco corroía mi ser, borrando todo rastro de paz.
Lo merecía, oh sí, era consciente de que lo merecía, pero hasta los presos con pena de muerte dudaban de un castigo curso su suerte.
Negrura y su silueta alejándose, grito su nombre, no, no soporto ver como da la espalda a todo lo que fuimos, no, no puedo permitir que se aleje ¿pero cómo perseguir el espejismo que yo mismo cree?
