Capítulo 20

6.9K 1.2K 142
                                    

Hoy estoy especialmente cansado. Hank se ha propuesto probarnos como equipo, ahora que ya está completo, y lo ha logrado. Creo que me duelen algunos músculos que ni sabía que tenía. Y eso que ya he dado el máximo de mí en muchas ocasiones, sobre todo en las pruebas de aceso, pero esta vez, Hank lo ha bordado.

-Ni siquiera me quedan ganas de bromear -Fisher se sienta en el banco del vestuario y se desliza hasta recostarse en él-. Me dolería demasiado hacerlo.

-Es que no está la cosa como para bromear -dice DK, quejándose al abrir su taquilla. Creo que estamos todos igual.

-Vamos, chicos -nos anima Simmons-, que no se diga que no podemos con un poco de ejercicio extra.

Pero después se le escapa un quejido al intentar ponerse la camiseta y terminamos riendo todos, aunque no es que suene demasiado a carcajadas, sino a que alguien intenta matarnos. Ni reír podemos ya. Hank ha hecho un gran trabajo con nosotros.

-Creo que nos merecemos un buen descanso -proclamo, sacando mi ropa de la taquilla. 

Nos vestimos casi en silencio, porque parece que hasta hablar nos duele. O quizá solo necesitamos concentrarnos en ponernos la ropa sin lanzar más juramentos. Ante todo, que nuestra hombría no sufra más, como diría Fisher si tuviese ánimos para ello. Yo, desde luego, necesito toda mi energía para cambiarme. 

-¿Os hacen unas cervezas en el Groovie's? -sugiere Doc-. Energía de la buena para reponer fuerzas.

-Si vamos a estar sentados -responde Fisher-, por mí vale.

-No me negaré a tomar una -me apunto, mientras busco mi teléfono para revisarlo-. Pero no me quedaré mucho, tengo planes para cenar con Zandra esta noche.

-El amor -bufa Fisher-, menuda mierda.

-Estoy deseando que te llegue el momento, Suicida -interviene Doc-. Algo me dice que serás de los más empalagosos.

-Ni de coña, tío -niega-. Eso no es para mí.

Quizá porque sé lo que siente por Joy, noto cierto deje de amargura en su voz. Pero no acierto a decir nada porque veo varias llamadas de Zandra y un par de mensajes suyos de hace algo más de tres horas. Me extraña que me haya llamado porque la avisé de que no estaría disponible hasta bien entrada la tarde, pero al abrir los mensajes y leerlos, mi corazón se para.

-Joder -exclamo-. Puta mierda.

-¿Qué pasa? -Fisher se ríe a desgana- ¿Se te han cancelado los planes?

-Zandra y Chris están en apuros -me levanto, dispuesto a salir del vestuario y seguir la señal del GPS para asegurarme de que están bien. Se me han pasado los dolores de golpe.

-¿Qué? -me frena Simmons- ¿De qué estás hablando?

Fisher, que ya está mirando su teléfono, suelta un par de improperios más y la atención para de mí a él.

-Hijo de puta -dice, antes de explicarse-. Es el ex de mi hermana.

-El cabrón que quiso matarla -dice Archer, que también parece tener algunas llamadas y mensajes de Chris.

-¿Cómo que quiso matarla? -preguntamos todos al mismo tiempo.

-Voy a llamarla para... -continúa hablando Archer sin respondernos.

-No -lo interrumpe Simmons-. Si por cualquier circunstancia, ya les ha dado alcance, es mejor no alertarlo de que sabemos lo que pasa. Tal vez DK pueda seguir la señal de sus móviles, si alguna lo tiene...

-Tengo su localización en línea -lo interrumpo yo ahora a él-. Zandra me la ha enviado junto a los mensajes.

-Chica lista -sonríe DK-. Déjame ver. ¿De cuánto tiempo disponemos? Esas cosas no funcionan por tiempo indefinido.

Zandra (Saga SEAL 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora