Capítulo 11

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La fiesta en el hoyo, como decidió llamarla Archer, nos ha retrasado bastante y no somos los primeros en llegar a la base, pero al menos lo hacemos dentro del límite que nos han dado para superarla. Después de informar a Hank de lo sucedido, más que nada para que no vuelva a enviar a nadie a esa zona para realizar los ejercicios, el jefe le obliga a Archer a ir a la enfermería para comprobar que el brazo esté bien y decido acompañarlo. Después de la experiencia, ambos nos hemos relajado en torno al otro y hemos descubierto que no somos tan incompatibles como creíamos. De hecho, me cae bien ahora.

-Adivina quién llegó primero, colega -Fisher no tarda en aparecer por la enfermería con un aire chulesco que no le pega nada. Lo suyo son las burlas divertidas.

-Creo que puedo hacerme una idea -le respondo-, colega.

-Oh, sí -se señala a sí mismo con los pulgares y no puedo evitar sonreír cuando cruza los brazos en su pecho y alza una ceja y la comisura del labio del mismo lado-. Alguien me debe unas cervezas.

-Yo las pagaré -se ofrece Archer, que acaba de abandonar la sala en la que le estaban haciendo el reconocimiento-. Es lo menos que puedo hacer después de que me salvases la vida.

-Joder, qué dramático -exclama Fisher, que no sabe nada de lo ocurrido-. Solo te ayudó a volver a la base, hombre. No le des tanto bombo o se le subirá a la cabeza.

-Tengo una buena historia para ti, Suicida -le digo- y te la contaré mientras nos tomamos esas cervezas... que yo pagaré.

-De eso nada -se niega Archer-. Son cosa mía.

-A medias -sugiero.

-No os peleéis por eso -interviene Fisher-. No tengo problema en beber las cervezas que paguéis cada uno de vosotros.

-Cómo no -rio.

-Llamemos al resto y vayamos al Groovy's -añade.

-¿Ya han llegado todos? -le pregunto.

-A eso venía -asiente-. El último grupo acaba de aparecer. Te juro que Harper está muy cabreada con el capullo que le ha tocado. Dice que se ha dedicado todo el camino a menoscabar su autoridad. Creo que le vendrán bien unas cuantas cervezas, antes de que decida dejarle la cara al tipo hecha un mapa.

-Al menos así no se perderá -rio. Aunque en el fondo estoy cabreado también, porque no me gusta ver cómo desprecian a nuestra compañera solo por ser mujer. Si decidiese darle una lección con los puños, yo le ayudaría encantado.

-Loman -Fisher apoya su mano en mi hombro y me mira muy serio-, déjame los chistes a mí. Tú no tienes ni puta idea.

-Ha sido gracioso -protesto. Después miro a Archer y añado-. Dile que ha sido gracioso.

-No -niega, no sin cierta diversión en su tono-, no lo ha sido.

-Este tío me cae bien -Fisher pasa el brazo por los hombros de Archer y lo arrastra con él hacia la salida-. Tú y yo nos vamos a llevar de puta madre. Lo presiento.

Me gusta ver la rapidez con que ha aceptado mi cambio de actitud con respecto a Archer. Ni siquiera he necesitado contarle todavía nada para que notase que ya no somos enemigos. Aunque admito que esa palabra suena un tanto fuerte, hasta hace poco parecíamos precisamente eso.

En cuanto nos reunimos con el resto, noto cómo evalúan la situación y cómo aceptan los cambios sin necesidad de decir nada. Que Fisher todavía esté enganchado a él ha bastado para que sepan que el veto ha finalizado. Y yo siento alivio porque si Hank lo quiere en el equipo, es mejor que nos llevemos bien. Y yo ahora tengo la certeza de que será una gran incorporación para nosotros.

Zandra (Saga SEAL 4)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum