Capitulo 10

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Miro a mi alrededor buscando algo que me pueda ayudar, pero solo veo piedras y árboles. No estamos en el mejor lugar para idear un plan de rescate, aún así no voy a desistir. No sería un SEAL si lo hiciese.

-¿Cómo vas? -le pregunto- ¿Puedes aguantar un minuto más?

-Y dos, si es necesario -dice, después de, lo que creo que es, afianzar los pies en algo-. Al menos mientras esto no se derrumbe también.

-Dame solo un minuto -le pido, retrocediendo con cuidado para no provocar más desprendimientos.

Me muevo entre los árboles de los alrededores buscando una rama que me sirva para lo que pretendo hacer y miro hacia Archer de vez en cuando, controlando que sigue bien. Desde que me he alejado y él permanece inmóvil, parece que el suelo se ha estabilizado, pero no podemos confiarnos. Si se derrumbó una vez, puede hacerlo de nuevo. Y en esta ocasión, podría llevárselo con él.

Encuentro lo que busco y casi quiero gritar, pero me conformo con arrancar la rama del árbol porque el tiempo es oro ahora mismo. Dejaré las celebraciones para después, cuando Archer pueda unirse a ellas. Mientras, termino de darle forma a la rama con el cuchillo sin apartar la vista del agujero y de Archer. La práctica evita que me corte en el brazo cuando se me escapa el cuchillo y maldigo por lo bajo. Ya es lo último que nos falta ahora mismo.

-Presta atención, joder -me digo, centrando mi vista en lo que hago.

-Mierda -Archer jadea y veo cómo se hunde un poco más. Ha debido ceder el terreno donde se apoyaban sus pies.

-Ya voy -le grito-. Solo aguanta.

-Como si fuese tan fácil -protesta.

Corro hacia él y me lanzo al suelo en el mismo punto del que antes me levanté. Después me voy arrastrando lentamente, deteniéndome solo cuando escucho caer más piedras. Esto se va a convertir en un infierno muy pronto y necesito sacar a Archer de aquí cuanto antes.

-Déjame -me grita, cuando un nuevo desprendimiento amenaza con arrastrarnos a los dos-. Lárgate y sálvate tú.

-Hazme un favor, deja de decir gilipolleces y sujétate -protesto-. No pienso dejarte ahí.

-Prefieres caer conmigo -replica.

-Prefiero salvarnos a los dos -concreto, pero no me acerco más porque el suelo es tan inestable, que podríamos acabar los dos en el fondo de la cueva subterránea.

No estoy dispuesto a darle la razón a Archer, permitiéndolo. Así que voy a intentar probar mi plan. Mi loco y absurdo plan que, aún así, espero que funcione. Con mucho cuidado, alargo el brazo hacia Archer, sujetando la rama por uno de sus extremos. Solo espero no haberme quedado corto.

-¿Esa es tu idea? -la incredulidad queda patente en su voz- ¿Una puta rama?

-Cierra la boca y déjame hacer mi trabajo -lo interrumpo cabreado-. Y ni se te ocurra soltarte hasta que acabe o intentar sujetarte a mi puta rama. No es para eso.

Siento alivio al comprobar que he calculado bien y que el otro extremo alcanza a Archer y lo sobrepasa unos centímetros. Ahora solo tengo que engancharla a la cuerda y tirar de ella hacia mí.

-Por dios -exclama Archer al ver lo que pretendo hacer-. No podrás sacármela sin que suelte uno de mis brazos. Y no...

-No pretendo hacer eso -le explico a medias porque hablar hace que me tiemble el pulso-. Solo deja que me concentre, joder.

Por suerte, Archer solo ha enrollado la cuerda en su pecho, de modo que si consigo engancharla bien para tirar de ella, podré acercarla a mí sin problema. Como le he dicho, no necesito sacársela del pecho, solo alcanzarla con mi mano. Después tiraré de él para izarlo y sacarlo de ese maldito agujero. Sé que es una locura y que es probable que no funcione, pero no se me ocurre nada mejor.

Zandra (Saga SEAL 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora