-cute giant →🍫||jungkook|]

0.01🍫||chocolate bar

[🍪~Pov.Jungkook]

El clima en Seúl era frío en estos momentos, y el tener que ir al entrenamiento era un suplicio, tanto para mis compañeros como para mi, y el entrenador Sun no nos tenía un poco de compasión, aunque halla frío de horror, ese frío que se mete por tu nariz y te saca pequeños cristales de hielo el cual hace que te congestiones, y para mi suerte ya voy tarde al entrenamiento-cosa que nunca me pasa-, y claro que no quería tener que darle otra explicación más al entrenador Sun, de por sí ya era agotador tener que cruzar todo el instituto para llegar a la cancha de americano para recibir mi respectiva clase extracurricular. Y con respecto a la tardanza fue por que el estúpido de taehyung no quería salir del baño, y el tenia justamente mi teléfono, quien sabe para que lo a de haber utilizado allí adentro.

Estaba por el pasillo de los alumnos que tienen su clase de repostería, de la cual nunca cruzo por estos rumbos, - ya que el entrenador Sun no los tiene prohibido por el uso excesivo de azúcar y calorías que nos produciría si los ingerimos-. Nunca había sido muy aficionado de los dulce, y creo que eso se debe al hecho de que mi madre nunca me permitió comer uno solo de ellos. Iba tan sumergido en mis pensamientos de calorías que no me di cuenta de que choque con una personita, y digo personita ya que ni siquiera la vería si agacho un poco la cabeza, enserio me daría tortícolis si la agacho hasta poder verla.

[🍭~Pov. Im bok li]

Me habían dicho que el día de hoy iba a ser muy bueno, creo que mi horóscopo se equivocó una vez más, pero aún así me gustaba creer que podía ser cierto todo lo que decía esa mujer con aspecto extrabagante, que hacía decir que hoy sería una día de fortuna para los de septiembre, ya había salido de la clase de repostería con mi dosis diaria de droga en mi sangré, azucar, que es lo que diario ingiero cuando voy a visitar a mi amiga ji woo, siempre me daba a escondidas esas deliciosas barras de Chocolate que solo ella sabe hacer, las hacías durante sus horas de descanso, algo que me ponía un poco triste ya que la hacía trabajar de más, pero ella me decía que era algo que no le daba nada de trabajo, si tan solo supiera hacer esos riquísimos chocolates, no le pediría su ayuda, - pero claro la primera vez que lo intente me salieron chocolates en llamas, y la segunda vez ni siquiera se conocieron un poco-, pero si eso hubiera resultado bien creo que no la hubiera conocido.

Iba saliendo de allí comiendo mi Rica barra de chocolate, cuando me choque con una pared, pared que no recuerdo que estuviera allí -, pero cuando logró levantar mi cabeza veo a un chico muy apuesto mirando a todos lados, creo que tratando de hallar con que se tropezó.

Estando apunto de pararme, me doy cuenta de algo.

Mi barra de chocolate no está en mi mano.

Yo la había puesto ahí, y ahora no estaba.

Un momento.

Si estoy en el suelo, y no está mi barra de chocolate.

Eso quiere decir que-

—No! ¡Mi barra de chocolate!—la vi allí tan perdida y sola en ese inmenso piso sucio, una delicia en total abandono, sin mi mano ni una boca para degustar, esa delicia que apenas le pude dar dos mordiscos, me sentía tan mal, que me levanté de inmediato para gritarle de todo a ese mastodonte guapo.

Por qué feo no lo tenía ni las suelas de sus convers.

Uh! Convers negras, lindas.

Concéntrate bok.

—eh! tú. gigante de hierro!—.

Creo que es un bueno inicio, ya verán como estos dos la pasan juntos.

Por cierto espero que disfruten de esto nuevo, puedo decir que la protagonista se parece a mí pero ustedes le pueden dar su toque. AJJAJAJA BUEno y ya.

—🌙