Si Sólo Tú

Capítulo 21: "Algo inevitable está sucediendo"

Capítulo 21

"Algo inevitable está sucediendo"

Shannon:

Esa no fue la primera ni la última vez en que nos encontramos por mera casualidad o a escondidas para hablar. Tal vez fue lo que ocasionó que algo entre nosotros fuese creciendo, a pesar de no querer verlo, por temor...

Edward:

¿Qué podía hacer? ¿Qué se suponía que tenía que hacer? No quería arruinar aquella amistad que se había formado en medio de nosotros. Negué con la cabeza, mientras me miraba en el espejo del baño, cuando estaba pensando en ella.

Shannon:

— ¿Puedes explicarme que ha pasado con mi amiga?— me decía Amanda graciosamente, aunque no le había confesado que me estaba viendo continuamente con Edward a escondida. Temía que si se lo dijera, iba a sacar conclusiones que estarían de más.

— ¿De que hablas?

— No sé porque siento que ya no eres la misma...

— Sigo siendo la misma...

— Sí, claro... ¿Me dirás finalmente qué es lo que te pasa?

— Absolutamente nada...

— Entonces, es que te gusta alguien...

— ¡Amanda, por dios!... Nada de eso.

— Ahí sí... La mujer de piedra...

— Ya me conoces...— dije graciosamente.

— ¿En serio eres tú?... En verdad me estoy preocupando...—me tocó la frente, como haciendo que verificaba si tenía fiebre.

— ¡Claro que soy yo! — fingí desinterés—. Mira, se me hace tarde... ¿Vas a querer mi nueva colaboración?

— Obvio... Ya quiero saber de que has escrito... O sobre quién.

Edward:

¿Por qué me encontraba nervioso?... Simplemente veríamos unas películas en mi habitación, al saber que mi compañero ese día se había ido de viaje, y como siempre, Shannon y yo simplemente hablaríamos de cosas triviales, sin importancia.

He de admitir que siempre cuando no estaba cerca de ella, echaba de menos hablar con ella, verla sonreír, oír el sonido de su risa y de su voz. Observar como sus ojos cuando estaba pensativa. Escuchar cómo inspiraba rápidamente cuando se acercaba al final de una anécdota graciosa. ¿Realmente nos estábamos haciendo los ciegos ante aquello que se veía tan evidente en nosotros?

— No...— pensé, mientras esperaba la llegada de Shannon, sentado en mi cama—. No voy a hacer tal cosa... No quiero arruinar nuestra amistad. Y es la primera persona, después de tanto tiempo, con la que me siento cómodo. Siendo yo mismo... No voy a arruinarlo...

Una hora más tarde...

—Hola... Espero no haberte hecho esperar tanto por mí... Amelia no dejaba de hablar y no sabía como escapar sin verme tan obvia.

— No importa... Lo importante es que estás aquí...

Nos sentamos un momento, al mismo tiempo, en que me disponía a mostrarle algunas películas que había descargado en mi laptop para ver, decidiendo que fuese ella quien eligiera cual quería ver.

— ¿En verdad quieres que elija?... Mira que te lo advierto, soy la que le gusta las películas románticas...— dijo graciosamente, mientras veía la que estaba en mi carpeta de películas descargadas.

— Mmm...— puse cara de terror—. En serio... Elige tú una y yo elijo la otra, ¿te parece?

— Bueno, suena mejor eso...

Ella finalmente se decidió por: "El diario de una pasión" (Notebook), una película basada en uno de sus libros favoritos de Nickolas Sparks. Mientras que yo elegía otra, inesperadamente también, para sorpresa de ella, de esa misma categoría. Había elegido "La casa del lago".

— ¡Hiciste trampa!... — dijo sorprendida—. Debías elegir una de comedia...

— Podemos verla en otra oportunidad...— sonreí con cierta picardía.

Shannon:

Cada vez que le miraba sonreírme de esa manera, algo en mí me decía que era inevitable en verdad dejar de sentir lo que estaba sintiendo por él, aunque lo ocultase en mi silencio.

— Está bien... Tú ganas...— dije al desviar la mirada y buscar una posición más cómoda. Mientras sentía que el corazón me quería traicionar.

¿Qué pretendía a seguir fingiendo que nada me pasaba? ¿Por qué no lo alejaba de una vez por toda de mi vida antes de que rompiera mi corazón?

— ¿Quieres algo de tomar?

— Un refresco está bien... Además de las palomitas de maíz todo está bien... vamos a ver la película...— dije, mostrándome normal. Cuando en verdad me sentía tan atraída por él.

— Pondré primero la tuya...