Matrimonios arreglados.
Corazones separados.
Promesas.
Mentiras.
Para Sakura e Itachi es mas fácil mantener apariencias, pero los destinos juegan y los finales cambian.
.
.
.
.
Los personajes le pertenecen al mangaka Mashasi Kishimoto.
Se prohíbe la...
Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.
Los atardeceres ya no forman parte de mi repertorio. Cuando era mas joven, cuando aun era un chiquilla ilusionada, las puestas de sol y cuando este se ocultaba, significaba mucho para mi, apenas hacia uso de mis palabras para describir la belleza de la naturaleza. Ahora, ver el cielo ocultarse no causa ningún efecto en mi, ¿estoy muerta?.
Mis dedos acarician el pequeño bulto de piel y la sensación maternal llega como una ráfaga de emociones, las lágrimas descienden, mis manos tiemblan y una masa pesada se forma en mi garganta. Tengo miedo, no por mi, sino por mi hijo. Sasuke dice que todo estará bien y yo lo dudo.
Matsuri ingresa a mi habitación con una charola de fruta y jugo con algo de pan tostado. Ella sonríe al verme y coloca la charola a mi costado derecho sobre la mesita de noche.
—¿Desea algo mas mi señora? —la castaña luce tan lejana al dolor y la desesperación, a las noches interminables de cuestionamientos de sus acciones. Sus ojos son puros y brillantes algo que yo perdí al conocer a la cruda realidad de mi familia y al ser arrastrada por Mikoto. Que envidia.
—No, gracias. Puedes retirarte —ella hace una reverencia y antes de salir la detengo. Necesitó saber, saber que no estoy mal—. Matsuri ¿puedo hacerte una pregunta personal?
—Claro que si me señora.
Aunque sus palabras contrarien mis acciones no me detendré, aún así...
—Si las personas que mas amas te fueran arrebatadas y te dieran una oportunidad para hacer justicia ¿lo tomarias? o ¿simplemente lo dejarías en el pasado?
—Haria exactamente lo mismo que usted mi señora.
♣
Término por colocarme el chaleco rosa, coloco los zapatos blancos en mis pies y salgo con un diminuto bolso sobre mi hombro. Al pie de las escaleras Sasuke esta esperándome con con las manos en los bolsillos de su pantalón. Al verme el se apresura hasta llegar a mi.
—¿Estas segura? —mi mano toma su brazo, soy guiada en camino abajo.
—Claro, ¿porque no he de estarlo? —estoy arrastrando a Sasuke pero el mismo sabe que es lo mínimo que puede hacer, su culpa es mas grande y es algo que utilizo en su contra.
El día anterior recibimos una llamada de parte del padre de Sasuke con el pretexto de invitarnos a un desayuno en el jardín. Dudó de las verdaderas intenciones de Fugaku pero no me importa correr el riesgo, solo alimentan el rencor que consume mi corazón.
Al llegar al auto Sasuke abre la puerta del copiloto permitiéndome ingresar, él sube al del copiloto y pone el auto en marcha. Cruzamos la entrada y finalmente el auto deportivo que tanto ama Sasuke emprende su camino en la carretera. El aire entra por la ventaba desordenando mi cabello, es relajante no me molesta.
—Invitaron a Itachi e Izumi —mi burbuja se rompe. Mi atención se centra en su perfil, el tiene toda su atención en la carrerera inexpresivo. Por suerte el no pudo ver mi rostro deformado en rabia.
