Capítulo XVII

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-- ¡Gané! -grito levantándose las manos contenta.

-- Tramposa -me acuda Emmet. Le saco la lengua.

-- Eres muy mal perdedor -le digo con una sonrisa triunfal.

Emmet hace una mueca mientras Jasper y Edward se ríen de él.

-- Contra la princesa, nadie puede ganar. -dice Jasper alargándome.

-- Por supuesto que no, tengo años de experiencia -presumo.

-- Si lo olvidaba. Tú ya existias cuando los dinosaurios aún no estaban en la tierra -suelta Emmet.

La risa se me va y le dedico una mirada envenenada que hace que ahora sea él quien ría.

-- Tampoco soy tan mayor -me quejo.

El ambiente se ha relajado mucho. Reímos y hacemos bromas. No puedo evitar reírme cada vez que Jake se mete con Rose o al revés, ambos son tan divetidos. Estoy segura de que a mi amiga en el fondo le cae bien el muchacho. Nessie está profundamente dormida en los brazos de su madre.

Es entonces cuando escucho el sonido de un cristal rompiéndose en mil pedazos. Me giro y veo a Alice en estado de shock, al principio todos creemos que es una broma, que nos está tomando el pelo. Al fin y al cabo la torpeza no es una característica de los vampiros. Pero en el momento en el que nuestras miradas se conectan sé que algo malo está pasando. Algo muy malo.

-- ¿Qué has visto? -pregunta Jasper quien ya está a su lado.

La mirada de la chica no se aparta de mí.

-- Los Volturis, vienen a por Nessie. -murmura.

En menos de una milesima de segundo ya estoy a su lado con la mano desnuda sobre su brazo.

Las imagenes me vienen al instante. Irina delante de los Voluris denunciando la creación de un niño inmortal. Aro repasando sus recuerdos y viéndome a mí entre ellos y a Nessie. Me aparto de golpe soltando su brazo. Mi rostro está lleno de terror. Siglos huyendo de ellos para que ahora todo mi trabajo, para que piensen que estoy muerta, se vaya por el retrete. Caigo encima del sillón en estado de shock. No doy crédito a lo que está pasando. Mis esperanzas de una vida mejor han sido derrumbadas en cuestión de segundos, incluso menos. Como una sola palabra puede causar tanto daño. Volturis.

Noto la mirada de Edward y la de Carlisle clavadas en mí. Mis dedos se clavan en los brazos del sillón.

-- No lo entiendo, ¿por qué los Volturis vendrían a por Renesmee? -pregunta Bella horrorizada.

-- ¿A simple vista que parece Nessie? -hablo por primera vez. Levanto la mirada, todos tienen la vista clavada en mí-. Una infanta inmortal. De lejos se puede confundir perfectamente con uno de esos monstruos -escupo con asco.

Me dedique a matarlos a ellos y a sus creadores durante la plaga. Conozco perfectamente como son.

-- La creadora de Irina y sus hermanas, creo un niño inmortal. Y eso implicó a los Volturis. Ellos hicieron justicia matando al niño y a la creadora, lo que les salvo a ellas fue su completa ignorancia sobre el asunto, pues la madre de ellas se lo ocultó -explico.

-- Desde entonces ellas están muy sensibles con ese tema -prosigue Carlisle-. Es posible que al ver a Nessie la confundiera con uno de esos infantes.

Mi rabia aumenta rápidamente. Mi temperatura corporal comienza a subir peligrosamente. Tengo que largarme de aquí antes de que lo queme todo y a todos. Me levanto del sillón de golpe y salgo de la casa escopeteada.

-- ¡Meg! -escucho que me llaman Edward y Jacob desde lejos. Pero ya es tarde.

Me encuentro corriendo por el bosque a una velocidad superior a la de cualquier vampiro. Sé que mis ojos están teñidos de un rojo carmesí. Miro para atrás y veo mis huellas como si alguien las hubiera grabado en el suelo. Aumento el ritmo, mis piernas no tocan el suelo prácticamente. Llego a un claro donde en el centro hay un gran árbol. Perfecto. Aprieto los puños con fuerza. Paro a unos veinte metros de él.

-- Aaaaahh... -grito furiosa.

El árbol se enciende iluminando la noche. Parece una antorcha gigante. Creo una enorme vola de fuego y se la arrojo. Todo mi cuerpo en llamas dirige su calor, su furia hacia ese pobre ser viviente sin culpa alguna. Pero alguien o algo debe morir. Mis entrañas así lo requieren para lograr calmarse. Esa sensación, ese odio que ha crecido durante milenios está apunto de estallar. No. Ya ha estallado.

Me dejo caer en el suelo mientras veo como el fuego consume a ese pobre árbol que ha sufrido por culpa de mi incompetencia a la hora de guardar y controlar mis emociones. Las chispas de la madera quemándose están por todo el lugar. Siento como las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. Tantos años escondiéndome tirados a la basura por un maldito malentendido. Ellos saben que sigo viva y no me dejarán estar hasta que me una a ellos o muera. Lo primero que pase.

Irina me vió, ¿por qué llegó a esa conclusión? ¿Por qué me delató? Las horas pasan y poco a poco comienzan a verse los primeros rayos de luz. Me he pasado toda la noche ahí sentada, lamentándome de mi horrible mala suerte. Soyozo en silencio hasta que siento una mano fría tocar mi hombro.

-- ¿Te importa que te acompañe? -dice la voz de uno de mis mejores amigos.

-- Adelante -murmuro.

Él se sienta a mi lado y rodea mis hombros con su brazo mientras me abraza haciendo que recueste la cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro.

-- Sabes que no tienes por qué ayudarnos con este asunto si no quieres -comienza-. Nadie te lo va a exigir. Y sabiendo tu situación lo entenderemos.

-- ¿Qué planeáis hacer? -pregunto alzando la mirada y encontrándome con sus ojos dorados.

-- Hemos pensado en reunir testigos. Si reunimos la gente suficiente puede que se lo piensen antes de aniquilarnos -dice esperanzados.

-- Parece que no los conocieras, Carlisle. Da igual cuanta gente reunáis, una vez los Volturis ya le han puesto el ojo a algún miembro con algún don de otro aquelarre no tardan en encontrar algo con que acusarlos y castigarlos. Y misteriosamente siempre sobreviven los miembros con los dones que a ellos les interesan -le recuerdo-. Y en tu aquelarre hay dones muy interesantes. Alice es vidente, Edward lee la mente, Jasper manipula los sentimientos y Bella es un escudo mental. Sé como piensa Aro. Lo conozco mejor que a mi misma. No se detendrá ante nada.

-- Tenemos que tener esperanza en que hay una posibilidad. Es lo único que tenemos -me dice.

Su rostro está lleno de tristeza. Me limpio las lágrimas y me levanto.

-- Os ayudaré -digo firmemente.

Si estoy yo al menos tendrán una posivilidad. Además, ellos son mi familia. No permitiré que los Volturis me arrebaten otra. Ya tuve suficiente la última vez. Carlisle me mira sorprendido pero no dice nada, se limita a sonreír en señal de gratitud. Él sabe tan bien como yo que me necesitan. No existe nadie más con el poder suficiente como para encarar a esos malditos.

Volvemos a casa en silencio. Caminando tranquilamente. Al llegar entramos. Todos me miran preocupados.

-- Cielo, ¿estás bien? -me pregunta Esme.

-- Sí -digo con una sonrisa algo forzada-. ¿Y Alice? Quiero preguntarle cuanto tiempo tenemos para prepararlo todo.

Ellos se mirar dándose cuenta de la falta de la presencia del duendecillo y de su compañero.

Salimos todos a buscarles, recorremos todo el bosque hasta llegar al límite de éste. Allí vemos a Sam en su forma humana. Nos mira serios. Se acerca y extiende un papel a Carlisle.

-- Alice y Jasper me pidieron que os diera esto tras pedir permiso para cruzar nuestras tierras -dice-. Dijeron que os lo diera cuando ya estuvieran lejos.

Carlisle lee el papel y sus ojos se abren como platos.

-- Alice y Jasper nos han avandonado -dice tras varios minutos.

Siento haber tardado tanto y que sea tan corto. Prometo que el siguiente sera más largo.

Un beso a todos los lectores!!

Holmes "El Angel de la Muerte" [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora