Capítulo diecinueve.

203 27 16
                                    

Si estaban en algo, me alegraba por ellos. No conservo los sentimientos de la otra Amelia, por lo tanto, si buscaban dañarme con eso, no lo lograrían.

Pensándolo bien, son el uno para el otro.

Lo que me preocupa es que a Caroline se le tuerza un tornillo y piense que golpearme ahora mismo es una buena idea.

Ella simplemente desvía sus ojos y hace como si no estuviera ahí. Un alivio me invade, estoy cansada de recibir castigos por acciones ajenas.

Oliver se da cuenta de lo que está sucediendo y se remueve incómodo. A él tampoco le deben agradar.

Estoy pensando seriamente en decirle que nos vayamos cuando un batido es derramado sobre él.

Tyler se disculpa fingiendo inocencia y yo me levanto.

-¿Qué carajos? -digo.

Se hace el desentendido. -Fue un accidente.

Yo lo miro desafiante mientras Oliver trata de limpiarse todo el batido de encima.

-Tú sabes que no lo fue.

-¡Aquí nadie está limpio! ¿Qué esperas que haga? ¡Te apareces con un chico una semana después de romper conmigo! ¿Cuál es tu problema?

Me hierve la sangre.

-¿De romper contigo? Si mal no recuerdo, rompiste conmigo, causando una escena en toda la escuela. Además, no veo que estés solo tampoco.

Mira hacia abajo.

No doy tiempo a responder, agarro el brazo de Oliver y lo llevo al auto.

Hay unos primeros segundos de silencio y luego ambos estallamos en carcajadas.

Yo le pido perdón por el escándalo y, cuando veo que no le molesta, me burlo de su pelo lleno de batido.

-------------------------- ○ -----------------------------

Los días transcurren rápidamente, me encuentro saliendo de mi clase de geografía cuando una conversación en el aula cerca del baño llama mi atención.

-No le cuentes a nadie.

Debato conmigo misma entre respetar la privacidad de otros o hacerle caso a mi curiosidad.

Me posiciono disimuladamente detrás de la puerta para escuchar más atentamente.

-¿A tu esposo le agradará saber que todo este tiempo lo has estado engañando? ¿Y qué crees que dirá tu jefe cuando se entere que te atraen los adolescentes?

Oigo un ruido muy fuerte y me asomo por la ventana. Hay una mujer adulta sosteniendo contra la pared el cuello de un chico de mi edad. A ella la reconozco, creo que es la profesora de sociología.

-Dices una palabra y juro que te destruiré, entre nosotros nunca hubo nada.

¿Qué mierda está pasando?

Ella lo suelta y se acerca a la salida, huyo corriendo antes de que alguien se dé cuenta de mi presencia.

Tengo la sensación de que he visto algo que no debía.

Cargo con el peso de no haber actuado todo el día, por lo que cuando me encuentro con Francis, es lo primero que le digo.

-La profesora de sociología anda con un alumno y lo amenazó para que no hable.

Francis tarda un par de segundos en procesar las palabras que llegan a su cerebro.

-¡¿Qué?!

-Lo que escuchaste.

-¡¿Cómo lo sabes?!

-Shhhh, -tapo su boca y lo llevo a un lugar más seguro- los vi discutir en una aula cerca del baño.

-Esto es muy serio.

-Lo sé, y no sé que hacer.

-Debemos actuar. ¿Recuerdas quién era el chico?

Trato de hacer memoria.

-No sabía quien era, probablemente de algún curso más chico. Era pelirrojo de pelo corto.

Francis piensa por un momento.

-Quizás es Jaimie.

Me encojo de hombros.

-Tenemos que hablar con él.

Asiento y decidimos que mañana lo haremos, simplemente espero que el chico no nos diga que nos metamos en nuestros asuntos o algo así.

Cuando llego a casa, mi padre se encuentra esperándome en la mesa de la cocina con un semblante serio. ¿Estoy en problemas?

-Hola pa.

-Hola.

Cuando percibo la tensión en el ambiente, trato de esquivarlo y dirigirme a la pieza.

-Nada de tratar de escaparse, señora. Usted vuelve aquí a conversar conmigo.

Suspiro. ¿Me dijo señora?

Camino hacia la mesa y me siento.

-Me he enterado de que deseas reestablecer contacto con tu madre.

Me paso las manos por la cara con frustración. Luke me ha delatado. Gracias hermano.

Algo me dice que esto a él no le hace gracia, y no tengo ganas de discutir, por lo que trato de desviar el tema.

-¿Por qué me llamaste "señora"? No soy anciana ni estoy casada.

Se muestra confundida.

-¿Casada? ¿Eso qué tiene que ver? ¿Cómo debería ser? -Pregunta.

-Señorita.

Veo cómo se aguanta una risa. -Eso es sólo con los chicos.

¿Sólo con los chicos? ¿Acaso ellos son señoritos? No entiendo.

-No comprendo.

-Deja de cambiarme de tema, ¿es verdad que estás tratando de averigüar el paradero de tu madre?

Bajo la mirada.

-Sí.

-¿Por qué?

Comienzo a relatarle mi vida en la otra realidad y lo mucho que mi madre significaba para mí ahí.

Sus ojos se ponen llorosos.

-Eso no podría ser verdad.

-¿A qué te refieres? -pregunto.

-Para que lo que dices sea verdad, yo debería haberte abandonado en otra vida. Y yo nunca te dejaría, en ninguna de mis posibles realidades. Eres mi niña.

Mi corazón se estruja al escucharlo hablar, más que nada porque él sí lo ha hecho, yo había crecido sin un padre.

Estiro mi mano y tomo la suya. Entiendo que él y el padre que yo conocía no son el mismo. Uno me ha visto crecer y el otro no. Quizás me hubiera servido bastante que esta versión de mi progenitor me hubiese acompañado a mí también, pero al menos se nota que me ama. O a la otra Amelia.

Supongo que nosotros somos el conjunto de experiencias que vivimos. Nuestra memoria y lo que decidimos hacer con ella.

Mientras que en mi realidad mi padre vivió toda su vida pensando que era un ser independiente de obligaciones, éste quizás fue criado para formar una familia, y ser amo de casa.

Después de un rato, él accede a darme la dirección de la casa de mi madre, ella vive en esta ciudad y me cuenta que tiene otra familia. Se casó y se hace cargo de los hijos de su nuevo esposo.

Decido mandarle un mensaje a Oliver para que me acompañe a visitarla en esta semana.

Lo único que deseo es que al menos tenga alguna característica de la madre que yo conozco.

Que no sea una completa extraña.

Mundo... ¿Al revés?✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora