Para obedecer.
Se cambió de ropa con su uniforme habitual y a la medida, para luego ir a la zona de alimento.
Ahora las comidas eran más pasables en sabor, era un puré de cosas que no sabía qué eran, pero eran mejores que las barras de alimento y le hacían pasar menos hambre.
–Hola.
El niño levantó la mirada, sólo para encontrarse con los ojos azulados de Leyna. Solamente asintió en respuesta y la agente se sentó junto a él.
La mujer sacó de su bolsillo algo que el chico no veía hace tiempo.
Un postre. Una jalea de frambuesa, para ser más exactos. Era pequeña, pero su color rojo brillante entró en las pupilas de Peter como rayos de sol de primera hora del día.
–Es para ti. Pude hacer algunos trámites y dejarán que la tengas —sonrió la mujer por debajo de su cubre boca.
Peter acercó la mano, pero la alejó luego de dudar.
–¿Qué sucede?
–¿Qué... Qué debo hacer para que me la des?
–¿Por qué preguntas eso?
–¿Qué debo hacer?
–Sólo tómala... —insistió la chica, pero Peter alejó la mirada y las manos, y reanudó su comida del día.
Leyna lo miró unos segundos. Dejó la jalea con su envase encima de la mesa, frente a la bandeja, y simplemente se retiró.
El castaño terminó su comida y fue a dejar la bandeja. Al pasar nuevamente por el lado de aquel postre, lo miró un largo rato, para finalmente decidirse a tomarlo y guardarlo en su bolsillo.
Su oído entrenado escuchó en la lejanía la conversación entre agentes de HYDRA. Estaba en alemán, pero su oído entrenado por esos dos años pudo traducirla en su cabeza.
–¿Ya supiste lo de Nueva York?
–¿Como mierda no me iba a enterar?
–Entonces sabes de que ahora se hacen llamar "Los Vengadores".
–¡Qué nombre más imbécil! ¿Ellos fueron los que les entregaron al puto de Rumlow esa piedra?
–Exacto.
–Esto será fácil.
Se retiró y no pudo escuchar más.
Fue al laboratorio a su inyección diaria con su cuerpo automático y sus pensamientos a mil por hora.
¿Los Vengadores? ¿Nueva York?
¿De qué estaban hablando?
Le quedaba una hora antes de tener que volver a su habitación.
Fue por los pasillos.
Los agentes no lo miraban ni él a ellos. Ya era una costumbre verlo en el lugar "paseando".
Y finalmente se encontró con el soldado que tanto extrañaba.
–Soldat —lo llamó el menor acercándose. El castaño mayor, apenas se dio la vuelta, Peter notó las manchas de sangre en su ropa. Eran pocas, pero para sus sentidos era como si estuvieran pintadas con fosforescente—. ¿F-Fuiste a misión?
El mayor asintió y desvió la mirada.
Empezó a sacarse la armadura para dejarla a que la lavaran. Podrían ser una organización sanguinaria, pero les gustaba que sus agentes tuvieran siempre un uniforme limpio.
El soldado miró la puerta, como buscando a alguien.
Luego de unos segundos de silencio fue hacia Peter, se agachó y lo envolvió en un fuerte abrazo. El pequeño no correspondió, sólo estaba confundido con aquel gesto.
El mayor no dijo nada, sólo se quedó allí abrazando el pequeño cuerpo de aquel niño largos segundos.
Entonces Peter supo que algo pasaba, algo que él no podía hablarle con palabras.
–Hey... Está bien —susurró él finalmente y correspondió al brazo suavemente—. Todo estará bien.
El soldado apretó un poco más antes de levantarse, mirarlo con la misma seriedad de siempre y retirarse del lugar.
Luego de unos segundos, Peter se fue a su habitación, encerrado hasta el otro día y repetir nuevamente la rutina.
Gracias a la luz que siempre lo alumbraba, nunca sabía cuándo era de día o de noche, sólo sabía que pasaban las 24 horas cuando desbloqueaban la puerta.
Se sentó en su esquina, que finalmente tenía una manta, pero nada más. Y observó el postre que le regaló la agente.
Abrió la tapa y se aseguró de guardar aquel recuerdo en sus sentidos.
La sensación de sus dedos contra el plástico. El brillante y vivo color. El olor a fruta. El sabor dulce. El sonido del plástico al ser apretado para comerse el interior.
Desde que empezó el entrenamiento serio, ya se había empezado a olvidar de muchas cosas de su vida. Sólo sabía que tenía a dos personas esperándolo luego de cumplir su misión.
Una misión que él no sabía qué era.
—·•·—
–J, ¿no hemos sabido de la mujer bonita con el sobrino perdido?
–No señor.
–¿Cuándo fue la última vez que llamó?
–Como hace una semana.
–¿Tienes más información?
–Déjeme buscar. Puede tardar un momento —Tony empezó a jugar con un lápiz de forma inquieta—. Señor, no son buenas noticias.
–¿Qué sucede? Suenas como si se hubiera muerto alguien.
–Efectivamente, señor —Tony quedó en shock ante el comentario—. May y Benjamin Parker fueron encontrados asesinados en su departamento. Dos disparos certeros a la cabeza —el castaño no respondió y miró la pantalla con la foto de la noticia—. Señor, recuerde sus ejercicios de respiración. Noto una elevación de su frecuencia cardiaca.
–¿Quién lo hizo?
–No se sabe, señor. En la escena del crimen no encontraron nada. Sólo una ventana rota y un cabello que no pueden identificar. Las pocas cámaras de seguridad que habían, fueron destruidas antes de grabar al victimario.
Tony se dejó caer en la silla, sin entender por completo lo que estaba pasando.
–Esto debe tener relación con el niño.
–¿Con el joven Parker?
–Exactamente —Tony se levantó—. Piénsalo. Él desaparece hace 2 años sin dejar rastro, y ahora su única familia fue asesinada y no hay forma de rastrear al atacante —empezó a mover los hologramas en la pantalla, uniendo ambas noticias, de la desaparición y del asesinato.
–O también puede ser una coincidencia.
–J, no empieces con eso. Debe haber una unión —Tony se rascó la barba ansiosamente—. Llama a los mejores investigadores privados que tengamos, y mándalos a unir esto. Si ese niño sigue vivo, no lo dejaremos solo.
–Seguro, señor. No lo haremos.
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ᏞᎾsᏆ ᏟhᎥᏞᎠ
FanfictionÉl era sólo un niño que le arrebataron la infancia. Y él daría todo por proteger lo único que le hacía sentir humano.
5. Rutina
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