«10»

2.6K 182 49
                                    

HOLAAAAAAA, se que me tarde literal meses en actualizar, desde el año pasado juas juas, pero para eso hay una buena explicación.

Me asaltaron, nos quitaron los celulares a mí y a mis amigos, junto con las ganas de volver a ir a ese lugar jsjsjs.

El punto es que ahí en mi celular yo tenía mis notitas para está historia y para otra que estoy escribiendo, entonces de la mayoría de las cosas que anoté no me acuerdo por qué pues memoria de Dori, pero ya volví con inspiración, capítulo y novio juas juas. No cierto, me termino en febrero.

Y bueno, pues nada, a seguirle con la historia.

Oh y también espero que todxs en sus casitas estén bien por lo de esta pandemia.

Notita pequeña: (T/C/F) es tu color favorito bro.

Al final Bryan y yo tomamos las llaves de la camioneta de Ángel y nos fuimos juntos por la comida, la cual serían hamburguesas para Eddy, el tío Eddy, Bryan y yo; los demás prefirieron comida china.

Bryan iba manejando, puesto que él es el esclavo que obedece inserte risa malvada, y pues como existen personas como yo que no les apetece manejar, existen personas como Bryan que obedecen a personas como yo.

Mientras ibamos en camino hacía el Burger King decidiamos que canción pondríamos en el camino.

—Bueno ____ creo que deberíamos conocernos más —comentó Bryan mientras conducía.

—¿Qué quieres saber de mí? —pregunté mientras veía los discos que había en la camioneta.

—¿Color favorito?

—(T/C/F) ¿Y el tuyo? —pregunté aunque ya supiera la respuesta.

—Creo que es bastante obvio —señaló su pans completo de color rojo.

Reí ante esto y asentí, siempre esta vestido de ese color.

De la nada sentimos como el coche se desviaba, Bryan alertado frenó y nos miramos extrañados. Bajamos las ventanas del auto, nos asomamos y en eso se empezaron a escuchar las alarmas sísmicas.

Iba a temblar y estábamos en la calle sin ninguna zona de seguridad, oh oh, esto se llama pánico, lo único que pensé fue en salir del auto.

—¡Bryan estaciona bien el coche y bajemos! —dije nerviosa, tenía un nudo en el estómago y sólo lo miré esperando que hiciera lo que le pedí.

—Tranquila ____ —él se estacionó y bajamos rápidamente del auto.

Yo estaba asustada y en eso el piso se empezó a mover de un lado para otro, seguía nerviosa, empecé a inhalar y exhalar aire.

El piso comenzó a moverse un poco más fuerte y sólo veía a los autos que no se habían detenido que seguían conduciendo logrando chocar de la forma más horrible que solo aparecía en las películas.

Me asusté, tomé el brazo de Bryan y caminé hacia atrás.

Él estaba igual de asustado que yo.

Nos pusimos en cuclillas puesto que el piso seguía moviéndose yo me cubrí la cabeza y me puse en posición fetal; esto se estaba volviendo un infierno cada segundo que pasaba, necesitaba a mi primo. Él en estos momentos siempre me apoyaba sabiendo cual asustada me ponía.

Seguía escuchando los accidentes y eso llegaba a tensar me de formas indescriptibles.

Pasaron unos segundos más y se empezó a detener el temblor, pero pensándolo seriamente no había sido un temblor, era tan terrible como un terremoto, estaba muy asustada y no quería levantarme.

De fondo escuche a Bryan hablarme, pero necesitaba tranquilizarme primero.

—____ tienes que levantarte, necesitamos irnos de aquí —sentí como me tomaba de los hombros.

Lo miré, asentí asustada y me levanté, tomé mi celular he intenté llamar a emergencias, se veían muchos heridos.

—911, ¿cuál es su emergencia? —contesto un hombre que se escuchaba extrañamente tranquilo, aunque sabía que así tenían que comportarse.

—S-Señor —dije tartamudeando, era increíble, me sentía una cobarde —Ayuda por favor, acaba de temblar y hay muchos heridos, no sé que hacer.

—Señorita, ¿podría darnos la dirección de donde se encuentra? —escuchaba como escribía en su teclado rápidamente.

Mire a Bryan mientras él igual me miraba, tomó mi teléfono y dio la dirección, yo no sabía dónde estábamos, en realidad solo sabía que tenía que saber como estaba Ángel.

—Bryan, hay que ir a casa —dije cuando vi que terminó la llamada y guardo mi teléfono en su chaqueta mientras yo abrazaba a mi misma.

Él pasó su brazo por sobre mis hombros y comenzamos a caminar hacia mi hogar.
Bryan intentó llamar a Ángel o a Eddy, pero la señal al parecer estaba tan saturada de llamadas que no nos podíamos comunicar con nadie.

Caminamos por la carretera por un largo rato hasta que me detuve, ya habían pasado 20 minutos y me sentí tan mal.

Me sentía avergonzada.

Bryan me miró con lástima, se detuvo frente a mi y me abrazó.

No esperaba que él hiciera eso, no es como sí nos conociéramos mucho, de hecho, casi nada.

—____... Sé que es fuerte lo que acaba de pasar, tranquila —dijo recargando su barbilla en mi cabeza.

—Lo sé —suspiré —sólo que me siento avergonzada, me siento un poco... cobarde —mencioné descargando así mi conciencia.

—No tienes por qué sentirte así —se separó de mi, me miro a los ojos, pero yo estaba tan apenada que desvíe la vista —mira, a lo mejor no serás la persona más valiente de este mundo —no sabía si quería hacerme sentir mejor o no —pero lo que acabamos de pasar no es nada simple, ni yo fui la persona más valiente.

Lo miré, estaba sorprendida, empecé a dejar de sentirme tan avergonzada.

—De hecho fuiste más inteligente que yo, al decirme que me estacionará bien evitaste que más personas chocarán con el auto de Ángel, ni yo lo hubiera pensado en esa situación. Aparte al momento llamaste a emergencias —me sonrió y me acarició el cabello como niña pequeña.

—Gracias Bryan –sonreí, pues se lo decía de todo corazón.

—Ahora alza la cara, agarra fuerzas y sigamos, que tenemos un largo camino para regresar a casa —dijo confiado y entonces emprendimos la caminata hacía mi hogar, pero esta vez sintiéndome mucho mejor.

Al Final Sólo Hay Amor (Bryan Skabeche y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora