Capítulo 3

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Las veo de lejos, antes de llegar a nuestra mesa. Natalia y Alicia hablan entre ellas sentadas en sus localidades. La Reina Tarántula parece un tanto apagada, como si no le interesase demasiado lo que Alicia le cuenta. 

Recojo a Ricky, que está hablando con dos chicas... y veo que es un dueto de cantantes femenino bastante popular. Le han reconocido por las redes, porque le siguen. Y les gusta mucho tener sus referencias a la hora de hospedarse en algún hotel. Mi Ricky es un rompecorazones al cuadrado. Porque los rompe dos veces: cuando se prendan de él y cuando se enteran de que es gay.

Se lo presento a Loli, y la jefa queda encantada, como era de esperar.

Los tres juntos caminamos hasta la mesa, y yo la veo como si fuera una guillotina. Ana Bolena directa a que le corten la cabeza.

Loli le da con el dedo en el hombro a Natalia, y las interrumpe.

Pero se levantan las dos. La pelirroja va con un vestido amarillo, y Natalia con un traje de cuerpo entero morado que remarca su espectacular figura como si se lo hubieran pintado sobre la piel.

Cuando se dan media vuelta es como si un rayo las alumbrara desde atrás y se movieran a cámara lenta. Vaya dos. Hacen muy buena pareja e intimidan. En esas décimas de segundo podría analizarlas mucho más, pero el rostro de Natalia y la expresión con la que me recibe se encarga de que me sienta aún más incómoda de lo que estoy.

Lo único que se mueve en su cara es el brillo de sus ojos avellana. Hasta que localiza a Ricky, y entonces sus facciones se convierten en granito.

Es una ola de frío del Norte. ¿Y sabéis qué? Me importa un comino, porque el recibimiento inicial tampoco es que haya sido muy cálido.

—A Natalia ya la conoces —dice Loli.

—Sí —digo seria.

—Ella es Alicia. Alicia , ella es Alba.

—Ah, ya —suelta la individua.

«¿Ah,ya?». Alicia hace un ademán principesco con la mano, como si esperase que le besaran el dorso. Yo se la cojo como un paleta y le doy un apretón sin gracia ni ganas.

Pero soy muy educada y quiero demostrarme a mí misma que estoy por encima de esto y que lo de Natalia es solo un estado de ánimo pasajero.

—Hola —me dice Alicia .

—Hola —contesto yo.

—Y este ejemplar es Ricky —Loli me guiña un ojo—. Un amiguito de Alba.

Ricky sonríe a las dos estrellas y les da la mano con el mismo estilo que yo.

—Hola, encantada —lo saluda Natalia educadamente.

Y entonces yo decido hacer algo. Por mi salud mental. Porque ver a Natalia me pone mal de los nervios, y me demuestra que sí siento cosas. Cosas extrañas a las que no me atrevo a poner nombre. La atracción se puede sobrellevar. Pero lo que cruce esa línea, me puede desestabilizar y no estoy lista. Además, creo que le hago un favor comportándome así. Está claro que soy un estorbo para ella. Así que me prometo que en toda la noche no la voy a mirar ni una vez.

Lo que nunca te canté. Cara B - AlbaliaWhere stories live. Discover now