Capítulo 17

869 153 28
                                    

—¿Dónde estoy? —susurro mi pregunta mientras tomo la pastilla y el agua.

—Aún estamos con los Borh —gruñe—. No podía arriesgarme a que la policía se cruzara conmigo y te vieran desmayada en tu auto.

—¿La policía está buscándome?

—Sí, al parecer —señala mi teléfono—. Le enviaste un mensaje de socorro a tu familia.

—Mierda. Lo olvidé por completo. —Arrojo la manta que me cubría a un lado, busco mis zapatos que por alguna razón me han quitado, y me levanto—. Debo ir a verlos, estarán muy preocupados.

—No puedes irte aún, Aryam.

—¿Por qué no?

—Ya te lo dije, tenemos que hablar.

— Mi teléfono está muerto. —Qué raro, juro que lo tenía al cien por ciento cuando vine aquí—. ¿Cuánto llevo desmayada?

—Casi quince horas —dice y me atraganto con mi propia saliva.

—¿¡Quince horas!? —grito y me precipito hacia la puerta—. Mierda, mierda, mierda. Bea estará más allá de la locura, mis tíos... oh Dios mío, deben pensar lo peor.

Kellan pone su mano sobre el picaporte de la puerta, dejando claro que no puedo salir. —Ya les dije que estás bien, y viva. Pero no me creyeron, alertaron a la policía hace un rato. —Su otra mano trata de tocarme, pero me alejo—. ¿Por qué me temes?

—Uh. —¿De verdad está preguntando eso?—. No lo sé. Tal vez porque tú y la familia de Zack o Derrick están locos y se creen hombres lobos y luego tú vas y empiezas a cambiar como si fueras una oruga/mariposa peluda.

Su boca se tuerce un poco, como si quisiera sonreír de nuevo.

—Soy un Lycan, un hombre lobo.

Suspiro y regreso a sentarme en la cama.

—Realmente no estoy de ánimo ni tengo tiempo para hablar de tonterías ahora. Necesito ir con mi familia.

—No son tonterías Mary... Aryam. —Sus manos van a los botones de su camisa—. No te asustes.

¿Qué no me asuste?

¡Si se está quitando la ropa!

—¿Qué estás haciendo? —chillo. Tontamente me subo sobre la cama, como si eso pudiera garantizar que no va a pasarme nada.

—Necesito que confirmes por ti misma quién y qué soy.

Se quita la camisa y la arroja sobre el escritorio.

¡Mierda santa y bendita, qué lomazo!

Eso no es importante ahora, Ary. ¡Concentrate!

—¿Y tienes que desnudarte para eso? ¿por qué no mejor me invitas a comer y hablamos?

—Lo que voy a hacer no es permitido hacerlo en público.

Ahora son sus jeans los que se deslizan por sus muy tonificadas y espectaculares piernas, dejándome ver un poco de su ropa interior. Cierro los ojos.

¡Oh mi jodido cristo!

—Kellan, de verdad, no quiero conocerte de esa manera.

Una suave risa se escucha en la habitación que se combina con mi acelerada respiración.

—Necesito que lo hagas, pero para eso, tienes que abrir los ojos en algún momento. —Niego y me aferro a la cobija de calaveras y rosas fucsia que tomé al subirme a la cama—. Recuerda Aryam, jamás te haré daño —susurra. Un gemido viene después y me estremezco pensando lo peor.

Linaje Negro: DESTINO (Serie Linajes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora