Capítulo 29

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Izuku trago saliva y retrocediendo lentamente, sudando frío y con sus ojos jades alertas y más abiertos que nunca, balbuceó:

— ¿Q-Qué dice?... —murmuró. Un frío por toda su columna lo invadió y su corazón comenzaba a acelerar su pulso de manera instantánea.

— ¡JAJAJA! —soltó. — ¡Vieras tu maldita cara ahora mismo! —exclamó Bakugou, riendo sin parar.

Izuku frunció el ceño de inmediato y avergonzado se aproximó hacia él.

Todo el miedo que había sentido se esfumó aún más rápido de cómo había llegado.

— ¡No es divertido, sensei! —exclamó molesto, viendo como su profesor no paraba de burlarse de él.

— ¡Bu! —Soltó riendo una vez más, pasando su mano detrás de su nuca, sonriente. —Tienes que relajarte mocoso, solo hemos venido a conocer lugares. Has estado nervioso todo el maldito camino.

—Eso no...

—Demonios, sabes que sí. —Le respondió. —No es como si fuese normal balbucear todo el camino en el vagón cosas inentendibles, ¿sabes? —dijo, con sus manos en los bolsillos.

—Ah... Es que—

Un enorme gruñido proveniente de su propio estómago le interrumpió.

Rápidamente y muy sonrojado, llevó sus manos hacia su estómago de manera instintiva.

Katsuki alzó una ceja ante esto.

—Oye. —habló, al instante en que de manera rápida avanzaba un paso más, para interferir en el camino del pecoso. Se inclinó levemente para estar más cerca de su rostro.

— ¡Ah, sí! —respondió Izuku con un sobresalto. Estaba muy nervioso y muy avergonzado. Al no tener respuesta, giró lentamente su mirada para así enfrentarse con timidez a aquellos fieros ojos. — ¿Qué su-sucede, sensei?

Entonces, Katsuki soltó un resoplido con molestia. —Decídete, mocoso. Me has estado llamando tantas veces Katsuki-san como también Katsuki-sensei. Me irritas. —gruñó, avanzando con sus manos en los bolsillos, observando a Izuku por el rabillo del ojo.
—Recuerda que no estamos en la academia.

— ¡Lo siento mucho! —exclamó Izuku de inmediato, apretando su chaqueta azulada de manera instantánea, observando ahora la ancha espalda del rubio.
—E-es solo que me cuesta acostumbrarme, Ka-Katsuki-san.

—Bien, haremos algo. —respondió Katsuki sonriendo de manera amenazante. —Si vuelves a decirme una vez más sensei por hoy, considérate reprobado.

— ¡¿Ehhh?! —exclamó Izuku, frunciendo el ceño de manera inmediata. — ¡Eso es muy injusto de su parte, Katsuki-san! —exclamó apresurando el paso para así observar de manera decidida a Bakugou.

—Pero molesto bien que se te olvidan los malditos honoríficos, ¿eh? —sonrió Katsuki triunfal.

— ¡Ah, se me ha escapado! —exclamó Izuku tapando su boca de manera inmediata. —Lo sie—Fue interrumpido por la dura mano de Katsuki que en medio segundo se pegó en contra su boca.

—Un lo siento más y te devuelvo a patadas hasta tu casa, ¿oíste bien? —gruñó el mayor, viendo como su alumno asentía de manera veloz. —Bien, así me gusta. —murmuró para luego quitar su mano con suavidad.
— ¿Almorzaste? —preguntó, observando al menor morderse el labio ante la pregunta.

Este idiota y su estúpida mala costumbre antes de mentir...

— ¡Sí! —exclamó.

— ¿Qué comiste? —preguntó de inmediato el rubio, cruzándose de brazos observando al menor.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt