38 Confesiones de media noche

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—Lo lamento profundamente—Se hizo un silencio incómodo—. Cuando se encuentre en disposición de trabajar, envíeme un email. Su plaza siempre estará aquí y estaremos encantados de que forme parte de nuestra plantilla de trabajo.

—Muchas gracias.

—Gracias por avisarnos y lamento su pérdida. Concluyó.

—Que tenga un buen día—. Me despedí y colgué el teléfono.

Entré en la sala de espera y me senté a lado de Tom, tomó mis manos entre las suyas, su tacto cálido me reconforto momentáneamente.

—Tengo que volver a España— Solté sin rodeos.

—Tenemos que hablar—Dijo él con una línea fina rozando sus labios, mi anterior frase no le había gustado para nada. Yo asentí.— ¿Podríamos comer en mi casa?

—Voy a preguntar si me necesitan aquí para algo más.

Bajé hasta la sala de espera de los quirófanos y me encontré con los padres de Joseph, Tom me esperaba cerca de las escaleras.

—Voy a ir a comer, tendré el móvil junto a mí, si me necesitan para algo solo tienen  que llamarme y por cierto, aquí no hacen nada, deberían ir a casa y descansar un poco—. Sugerí y ellos asintieron.

—Te mantendremos informada de todo cielo—. Inma cogió mi mano y yo le sonreí cariñosamente.


En la mesa ya estaba todo preparado para comer los dos solos. Anne había hecho un trabajo excelente y un jamón cocido con salsa gravy y patatas cocinas nos esperaban. Como era costumbre en estas situaciones de estrés absoluto, no tenía hambre, pero lo probé todo. Delicioso.

—¿Kelly?—. Tom llamó mi atención y yo levante mi mirada del plato para observar su rostro—¿Vas a volver de España? ¿Qué tienes pensando hacer ahora? ¿Qué pasa con nosotros?

—Demasiadas preguntas para las que ahora mismo no tengo respuesta.

—Solo me gustaría que respondieras a una de ellas ¿Quieres estar conmigo?

—Ahora mismo ni siquiera estoy conmigo.

—Tengo compromisos profesionales que me impiden acompañarte a España.

—Lo sé. Mira hagamos un trato, déjame terminar con todo esto y con todo lo que tengo que hacer en España y volveré a ti.

—¿Lo prometes—Preguntó con una mirada llena de tristeza.

—Lo juro.

Él sonrió más tranquilo continuo con su comida, sabía que tampoco era de buen trago estar pasando por esto y me sentía culpable por todo ello, pero yo también necesitaba mi espacio y ver las cosas desde una perspectiva mas tranquila.

—Esta noche he quedado con unos amigos para cenar, podrías venir si quieres—. Negué con la cabeza mientras lo miraba.

—Espero que te diviertas, yo en este momento no estoy para cenas. Necesito descansar.

—En ese caso, podría quedarme aquí contigo.

—¿Qué? No... no me sentiría bien si te quedas aquí, prefiero que salgas con tus amigos—. Y le sonreí—. La que está hecha polvo soy yo.

—¿Y qué quieres hacer esta tarde?

—Me gustaría ver la peli que fui a ver a los Ángeles y no pude ver.

—Gracias a dios, me llegó una copa en DVD de la peli, vamos arriba y la vemos juntos.

Preparamos palomitas y la vimos en su mini cine. Todo empieza con Tony en el espacio...

Always in my mind- Siempre en mi mente 1/3Where stories live. Discover now