38 Confesiones de media noche

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Mi cuerpo no respondía ante nada, vi como certificaban medicamente su muerte. Empezaron a desconectar su cuerpo de todos los aparatos que lo mantenían con vida. Estaba rota por dentro... jamás imagine un final así para él. No podía seguir viendo esa imagen, oculté el rostro entre mis manos y continúe llorando.

No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que oí la voz de Inma y Pepe. Los médicos y las enfermeras presentes los dejaron a solas. Me separé del abrazo de Tom y me recosté en la pared más cercana dejando caer mi cuerpo al suelo, me senté y seguí sacando todos mis sentimientos en silencio. Sentí como él pasaba un bazo por mis hombros y ese contacto me daba paz en este momento de autentica tormenta.

—Kelly... Lamento tu pérdida profundamente.—Sentí las manos de Mónica alrededor de mis brazos y cuello, levanté mi mirada y allí estaba ella, triste...como lo estábamos todos.

—Gracias, por estar aquí Mónica. Te quiero—Y lágrimas cayeron por mi rostro, volví a apartar mi mirada y a hundirme en mi miseria.

—Yo también te quiero.—Ella posó un beso en mi coronilla y se alejó de nosotros.

Cuando estás en estado de Shock no eres muy consciente del tiempo y no sabía ni la hora que era. Los médicos venían preparándonos para lo peor, pero cuando estas cosas ocurren, nadie está preparado. Los lamentos de sus padres calaron hondo, en lo más profundo de mi alma. No había consuelo ante la pérdida de un hijo.

—Empezaremos con los trámites para la repatriación de Joseph—. Oí la voz de Pepe levanté mi cabeza y asentí—Tienes que firmar una serie de papeles Kelly— Me levanté de donde estaba y Tom también se levanto conmigo.

—Estaré en la sala de espera—Dijo mientras caminaba en dirección a la sala de espera. Miré a Pepe a la cara, él vaciló su mirada entre Tom entre mi.

—No te juzgo Kelly... Joseph me contó lo de Isobel—. Enmudecí del todo y solté un par de lágrimas.— Inma no lo sabía, pero yo se lo he contado todo y a ojos de la ley todavía sigues siendo su mujer, así que debes firmas todas las autorizaciones.

—Y siempre tendrás un lugar en nuestro hogar y en nuestro corazón—. La voz de inma llenó el silencio en el pasillo, solté más lágrimas—Sé que mi hijo no lo hizo lo mejor contigo, pero recuerda que somos tu familia... aunque él ya no esté—. Ahora la que lloraba era ella, me acerqué a darle un abrazo.

—Nos encantaría que vinieras con nosotros a España, para su funeral—Dijo pepe y yo asentí, se los debía.

Me dirigí a la sala y empecé a realizar el papeleo, firmé todos los papeles y autorizaciones que me dieron incluida la donación de órganos. De vez en cuando una lágrima caía por mi mejilla, cuando terminé no quedaba nadie en la una vez fue su habitación.

—Debemos esperar a la autopsia—Me informaron.

A partir de ahí, todo fue muy rápido, presentaron todos los documentos de forma urgente a través de la empresa de Joseph y tramitaron los papeles para la repatriación, el vuelo saldría mañana por la tarde noche. En Madrid tardarían unas cuantas horas en dar el visto bueno.

Lo primero que hice fue llamar al St Mary's Hospital.

—Departamento de Recursos Humanos del St Mary's Hospital—. Me atendió Sean Leonard, el director de recursos Humanos.

—Buenas Tardes señor, mi nombre es Kelly y le llamaba para comentarle que va a ser imposible mi incorporación el lunes a su platilla de trabajo.

—¿Alguna razón en especial?—Inquirió desconcertado.

—Sí— Hice una pequeña pausa para tomar aire— Mi marido acaba de fallecer—Comenté con la voz rota.

Always in my mind- Siempre en mi mente 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora