24 En su cama

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Después de una profunda risa por un chiste muy malo, que lo tuve que explicar cómo unas tres veces para que lo entendiera...

—Es mucho más gracioso ver tu frustración por hacerme entender algo...— Siguió riéndose, yo no sabía dónde meter mi cara ruborizada— Cuando lleguemos al hotel, me gustaría hablar contigo un momento a solas— Y echo una mirada su equipo de seguridad.

—Vale— Murmuré sonriendo tímidamente.

Entramos directamente al parking privado del hotel JW Marriott Los Angeles L.A. LIVE, que era donde nos hospedábamos. Subimos por el ascensor de servicio y llegamos a las habitaciones. Se despidió del equipo de seguridad y entró en mi habitación.

Me tomo en sus brazos y plantó un beso en mis labios. Yo me quedé un poco de piedra, no me esperaba nada de eso. Mi cuerpo tenía otros planes, y devolvió el beso automáticamente. Sentía una sensación bastante extraña y la electricidad se apoderó de nosotros. Casi no podía respirar cuando me separé de sus labios.

—Se supone que íbamos a hablar— Él sonrió ampliamente y volvió a rozar mis labios.

—Quería darte las gracias, ha sido una mañana que ni en mis mejores sueños habría pensado que podía tener— Yo fruncí el seño, ¿ósea que él no solía hacer esas cosas?

—¿Por eso estabas tan callado en el viaje de regreso?— Le pregunté confundida.

—No... es solo que tengo algo en mente— Suspiró y se separó de mi cuerpo, y supe que era momento de preocuparme, algo no iba bien— Mañana va ser un día bastante estresante, me gustaría que estés dispuesta a vivirlo conmigo.

—Estoy aquí y estoy contigo. Si no quisiera nada de esto no habría venido.— Sonreí cuando termine la frase. Su cara se lleno de alegría, pero sabía que había algo más— Aunque eso no es todo lo que querías decirme.

—Mañana... vendrá un equipo de preparación para ayudarte con el vestido y todas las cosas que las mujeres suelen llevar a las galas— Me senté en el borde de la cama y lo observé, eso... no me gusto tanto, pero sabía que tendría que pasar por allí. Simplemente asentí. Miró su reloj.— En 15 minutos pasaré a buscarte, me gustaría llevarte a comer fuera.

Yo asentí, sin decir nada, aún estaba dándole vueltas a todo. Se acercó a la cama y deposito un suave beso en mis labios.

—Vuelvo en seguida— No pude evitar sonríele ante su felicidad. Parecía idiota por sentirme así.

Apenas si había tenido tiempo de pararme a pensar en todo esto. Cambié mi ropa. Opté por un mono negro con diminutas flores rojas y blancas. Sandalias cómodas para poder combinarlo con mi sombrero y gafas de sol. Sabía que iríamos a la calle, así que cuanto más tuviese cubierto el rostro mejor. Móvil, documentación y algo de dinero.

Diez minutos después llamaban a mi puerta y me encontré con un Tom diferente al que se fue, más relajado y por lo tanto más sexy, con gorra y gafas incluidas. Bajamos al garaje y cogimos un GMC negro todoterreno con todos los cristales tintados, que era el que solía llevar el equipo de seguridad.

—Te va a encantar— Dijo mientras se ponía el cinturón de seguridad y nos poníamos en marcha.

Después de un trayecto de 15 minutos llegamos a Santa Mónica y lo sabía por los carteles de la autopista. Aparcó el coche y bajamos. Estábamos en el mismísimo Muelle de Santa Mónica. Yo no cabía en sí de felicidad y él lo pudo ver en mi rostro.

—Estas guapísima— Concluyó mientras se acercaba a mí y me tomaba de la cintura, acercándose a mí. Sin tacones él era muchísimo más alto que yo. Me sonrió y me beso. Yo estaba de petrificada. Estábamos en medio de la calle y él estaba besándome.— Tranquila nadie nos ha visto.

Always in my mind- Siempre en mi mente 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora