Dieciocho

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Después de que Brett dijera que debía irse, Meryl se quejó un poco pero finalmente lo dejó salir enviando a Edimina a acompañarlo.

Y en cuanto estuvieron fuera él la levantó en brazos y la dejó sobre el asiento de su motocicleta, separando sus piernas para meterse entre ellas.

- ¿Mi niña hizo lo que pedí?- subió sus dedos por el muslo suave hasta tocar el borde de sus bragas- Edimina- levantó una ceja esperando respuesta mientras frotaba la perla entre sus labios, sobre sus bragas- Dime ¿todavía está toda mi corrida dentro de ti? ¿Sigues oliendo como yo o fuiste lo suficientemente desobediente como para limpiarte?

Ella gimió una versión extraña del nombre de Brett, estaba mordiendo su labio reteniendo sus gemidos, sus uñas enterradas en el cuero del asiento y sus caderas pidiendo más. Estaba desesperada por él, no sólo por lo que le hacía también por lo que le decía. Él tenía una jodida boca sucia y a ella la ponía.

Cuando él se detuvo justo antes de que ella tuviera su orgasmo, Edi gruñó frustrada mientras Brett sonreía arrogante.

- No estás respondiendo a mis preguntas, unicornio- frotó sólo un poco más sobre sus bragas- te daré siempre lo que quieras pero tú tienes que darme lo que yo pida. Si pido tus gemidos, tú gimes alto y fuerte para mí. Si exigo respuestas tú las gritas. Y si quiero que grites mi nombre... ¿qué debes hacer?

- Brett... - susurró en un gemido cuando él metió un dedo dentro de sus bragas.

- Exacto, dices mi nombre, pero más fuerte. Aunque no ahora, no queremos que tus padres abran esa puerta y vean a su niña siendo cojida sobre la moto de un idiota ¿verdad?

Edimina gimió más alto, imaginarse siendo descubierta de piernas abiertas en la moto de Brett, despertaba un lado morboso en ella.

Un dedo se metió rápido y fuerte en su coño, un jadeo escapó de sus labios cuando él tapó su boca con la otra mano.

- Shhh- le susurró mientras tres dedos la follaban sin cuidado, los ojos de ambos se encontraron y no se dejaron ir. Los de ella cubiertos de lágrimas, los de él disfrutándolo, con maldad, con lujuria, con rabia, con anhelo- Estoy jodido por ti ¿lo sabes, verdad? Lo haces a propósito, este era tu plan, pequeña zorra... - Edimina rasgó su garganta con un grito cuando las palabras sucias fueron acompañadas con más fuerza en los ataques a su coño- Mírate- rió Brett, realmente divertido- Sí que hay una puta debajo de toda esa cosa de niña ingenua. Tengo suerte de haberla descubierto primero, voy a enseñarte tantas cosas, unicornio. Voy a joderte, Edimina, tanto que jamás vas a ser capaz de sacarme de ti...

Y sin dejar de verse a los ojos ni por un segundo, Brett la hizo correrse una vez más. Mirándola como solo él lo hacía, ella tomó las últimas palabras literales. Pensaba en él follándola y no dejándola salir de la cama. Él pensaba en cómo se iba a meter en su bonito corazón ¡Oh, Brett se encargaría de que a ella le doliera solo pensar en alejarlo! Porque sí, tal vez era egoísta, pero no era como si a él le importara ser egoísta. La tendría a costa de lo que fuera.

- Ven aquí- susurrando la abrazó mientras ella recuperaba el aliento.

Él habría preferido que no lo hiciera porque en cuanto Edi respiró con normalidad, supo que querría hablar del elefante en la habitación.

- Tienes que decirme qué sucedió con Jared.

Brett suspiró apretando sus ojos por un momento.

- Es un idiota, eso es todo lo que necesitas...

- No, no me digas lo que necesito saber. Quiero que me lo digas todo, no hace falta que me mientas, Brett. Te vi casi matando a un chico y aunque por un momento tuve miedo... - él apretó la mandíbula enfadado consigo mismo, la había asustado, había asustado a su niña- No, espera... Lo que quiero decir es que aunque tuve miedo solo hizo falta que me vieras para saber que no me harías daño- susurró sosteniendo entre sus manos la cara culpable de Brett.

ClichéWhere stories live. Discover now