Doce

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Desde el momento en que entraron, todos los ojos, y repito, TODOS, se posaron en ellos. Las mejillas de Edimina no podían estar más rojas, y Brett no podía estar más divertido y molesto al mismo tiempo. Sí, extraño, pero le divertía verla sonrojada y le molestaba que lo que la sonrojara fuera la estúpida y patética curiosidad de los demás. Eran tan fastidiosos mirando con semejante atención, como si verlos juntos fuera la cosa más rara del mundo.

Edi se detuvo en su casillero y junto a ella, Brett.

- Voy a comprarme algo para comer- avisó Lola caminando ya hacia donde estaban las máquinas expendedoras.

- ¿Siempre es así?- preguntó Brett viendo a la rubia ahuyentar a una de las porristas.

- Oh... sí, Lola es... un poco...- se detuvo pensativa.

- ¿Agresiva? ¿Demente? ¿Psicópata?- ella rió mirándolo.

- Solo un poco, siempre tiene que estar defendiéndome así que supongo que se acostumbró- murmuró avergonzada, él la miró ladeando la cabeza, entendía por qué la rubia la defendía, él mismo había oído algunas veces cuando la llamaban nerd pero suponía que había algo más, Lola era muy protectora con ella.

- ¿Desde cuando te defiende?- ella dejó caer accidentalmente el libro que estaba sacando del casillero, nerviosa se iba a agachar pero él fue más rápido, lo levantó en un segundo y volvió a enfocarse en ella- ¿Te molestaban?- preguntó en un susurro ronco que sólo ellos pudieron oír, y con cierto enfado encendiéndose dentro de él.

Ella lo miró, con sus enormes ojos marrones y miedosos pidiéndole que dejara el tema, pero él necesitaba respuestas.

- Unicornio, entré aquí el año anterior. No sé nada sobre tí, deberías contarme. Tu novio debe saber todo sobre tí- dijo sonriendo suavemente, ella entrecerró sus ojos analizando las palabras que habían salido de su sexy boca.

- No somos novios, Brett- susurró como si aquello fuera un gran secreto.

- Pues ya nos besamos, nos besamos ardientemente- ahora él estaba tan cerca de ella que su aliento mentolado golpeaba sobre las mejillas de Edi- y me dices que no quieres que seamos novios ¿Piensas aprovecharte? ¿Quieres poseer mi cuerpo sin antes convertirme en un hombre digno y formalizar esta relación?- dramatizó, tan bien, que ella se lo creyó por un segundo hasta ver el brillo divertido en sus ojos mieles.

- Eres un idiota- lo golpeó en el pecho empujándolo lejos de ella, todos miraron la escena sorprendidos, los alumnos más "normales" y correctos listos para llamar al director por cualquier cosa que Brett llegara a hacerle, y otros ansiosos por ver su reacción. Pero a todos sorprendió cuando en un arrebato soltó una gran carcajada, ya ronca y gastada como si nunca usara su voz, algo que hizo cosquillas en lo más profundo de Edi, un hormigueo que se asentó entre sus piernas, el mismo sentimiento de sofoco y calor que había sentido en la playa.

- Oh cariño, vamos a clase antes de que me arrepienta y te secuestre- rodeó con una mano los hombros de Edi, cubiertos todavía por su chaqueta- pero tú y yo tenemos una charla pendiente, unicornio- besó su sien sin dejar de caminar y cuando llegaron al salón le abrió la puerta dejándola entrar primero.

Edimina se sentó y sacó su estuche rosa, un cuaderno y en un acto reflejo acomodó sus gafas. Él no la perdió de vista ni un segundo, como si pudiera hacerlo cuando sus ojos suplicaban por un poco de ella todo el tiempo.

- Ese estuche es aterrador- murmuró, ella lo miró, miró el estuche, lo volvió a mirar a él y frunció el ceño.

- Es muy bonito- dijo en un tono de reproche.

- Por eso es aterrador- la sonrisa traviesa y casi imperceptible lo hacía ver aterrador a él más que al estuche, pensó Edi.

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ClichéUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum