"Un mes para disfrutar"

"Perfecto" (parte 2)

Nunca se había sentido tan cansado y deprimido, estaba llegando a un punto en el cual una parte de su mente le decía que ya dejara todo eso, que había perdido y que no era tan perfecto como lo suponía. Pero la otra mitad le decía que debía seguir luchando, que nunca encontraría alguien como ella, que realmente estaba enamorado.

Estaba mirando su techo, de nuevo, últimamente parecía que esa parte de su cuarto era la mejor, pero no podía sacarse de su mente a aquella chica castaña y de piel ligeramente bronceada, era hermosa, la más linda que había conocido, la chica que su cuerpo deseaba tener cerca y dejarla ir nunca más.
Pero de pronto, como balde de agua helada, llegaron los desastrosos recuerdos de las últimas dos semanas, todas con un toque de humillacion, vergüenza, pero sobretodo, un corazón que se rompía cada vez más.

Había intentado acercarse a ella nuevamente, se había prometido a siempre conseguir lo que quería, pero ahora ya no estaba tan seguro de poder lograrlo con ella, la cuestión era que aquella chica era lo que más había deseado en su joven vida y ahora la veía tan lejana y ajena, mucho más de cuando le habló la primera vez y se llevó ese regalito en la entrepierna de su parte.

La segunda vez que lo intentó intentó tomarla de la mejilla para acercase nuevamente a su rostro, como una forma de debilitarla, pero en aquella ocasión se ganó una cachetada en la mejilla, aún así siguió con la esperanza de lograrlo, había notado como con apenas ese contacto en su rostro, Tenten se había ruborizado.

La tercera, la siguió hasta la salida del colegio y la abrazó por detrás, logrando oler el exquisito aroma de su perfume y shampoo. En aquella ocasión se ganó una mirada asesina por parte del chico pelirrojo que siempre la acompañaba y que sabía estaba a punto de propinarle un puñetazo en la cara por haber tocado a su amiga de esa manera, pero la misma Tenten había sido más rápida, logrando darle la vuelta y tomarlo del cuello y hacerle una llave, no entendía como alguien de aspecto delicado y amable como Tenten podía tener esa fuerza y golpear a quien se le pusiera en frente.

Aquel día casi se queda sin respiración, pero después de recuperar la compostura lo único que podía y quería respirar era ese perfume y shampoo. Fue la primera vez que sintió su cuerpo estremecerse por el contacto que habían tenido.

La cuarta vez fue la más desagradable, y eso que las demás sólo lo habían sido por los golpes que hubo de por medio; en aquella ocasión antes de que siquiera pudiera acercarse, aquel chico pelirrojo lo interceptó e intentó golpear, sabía por fuentes cercanas...cof...cof...Shikamaru; que aquel chico no era más que su mejor amigo, pero que aún así estaba dispuesto a alejar a cualquier persona que presentara un peligro para su querida amiga, es decir, él. Lo que al parecer ambos no sabían era que él practicaba artes marciales, todo ese tiempo había dejado ser golpeado a propósito por Tenten, así que defenderse del pelirrojo había sido bastante fácil, ¿Qué acaso no recordaban que él era perfecto en "casi" todo lo que había y hacía?, Al parecer no, y en aquella ocasión no le importó el que ignoran ese dato, ya que sin darse cuenta había golpeado al chico con la fuerza suficiente como para hacerlo sangrar de la nariz, ganándose una mirada de furia y odio por parte de la chica que lo acompañaba y por la cual estaba ahí, fue ahí cuando sintió que ya nada tenía sentido, creyó sentir como algo se había roto dentro de él, y fue doloroso.

Después de eso no lo volvió a intentar, y ya había pasado una semana. Cada vez que se encontraba con ella en los pasillos se sentía avergonzado, parecía que la vida le estaba regresando las cosas malas que había hecho que sentía que la veía con más frecuencia.

Evadir su mirada y escabullirse discretamente por detrás de sus amigos cuando la veía acercarse, eran movimientos que estaba tomando como hábito esa última semana, como un campo de protección pero para que ella no pudiera acercarse más a ese objeto tóxico llamado Neji Hyuga y no saliera lastimada, era lo último que deseaba, su estabilidad y felicidad se habían vuelto su prioridad, y si tenerla lejos era necesario para que ella estuviera bien, pues más que le doliera, estaba dispuesto a hacerlo.