La hija de Stark

46

Volví al departamento y vi a Harley en la cocina haciendo de cenar.

— hola amor. — dijo y lo abracé por detrás. — ¿estás bien? — mis ojos se cristalizaron.

— sí, estoy bien. — me tomó de la mano y ambos nos sentamos en el comedor.

— no lo estás, ¿qué ocurre?

— nada.

— si es algo malo... te apoyaré y si es por lo de ayer lo aguantaré, sin anestesia.

— ya te tenía una respuesta pero... surgió algo y puede que haya influido en mi decisión.

— entonces no te casarás conmigo.

— sí quiero, claro que sí quiero pero...

— ¿puedo saber? — asentí.

— alguien que conozco volvió, todos creímos que había muerto por el chasquido pero parece que no, fue por otra cosa y él, Nat y Steve piensan viajar en el tiempo para conseguir las gemas y traer a todos devuelta, sí es posible pero...

— y entre ellos está Parker. — asentí. — tienes miedo de que si te comprometes conmigo y Parker regresa no podrás estar con él.

— Harley... — sus ojos se cristalizaron.

— está bien, yo dije que lo quería sin anestesia y así lo hiciste, yo lo pedí. — dijo.

— la verdad no creo que funcione, viajar en el tiempo es imposible. — dije.

— Alisha, no te preocupes. — se levantó. — se me va a quemar la cena, ¿tienes hambre? — asentí. — bien, no tardo. — dijo y volvió a la cocina.

Quería llorar, Harley no merece esto.

— no quería que te contaran.

— sí, me imagino por qué.

— no quiero que te hagas ilusiones.

— lo sé, papá... — me miró. — también sé que Harley te agrada muchísimo más que Peter.

— ¿te confieso algo? — lo miré devuelta y asentí. — amo a Peter, al principio me caía muy mal, lo acepto pero después de que retomaran su amistad le tomé cierto cariño y ahora lo amo, era un hijo para mí. — sonreí. — lo veía más como un hermano para ti, no un novio y a Harley siempre lo imaginé para ti desde que lo conocí.

— ¿por eso me mandaste a Tennessee?

— puede... también quería que estuvieras segura por mientras de que Pepper y yo resolvíamos lo de Killian.

— me pudiste mandar al hospital donde estaba Happy. — dije.

— pensé en Harley, lo siento. — sonreí.

— adivino... ¿por qué están conectados? — me miró confundido. — Harley me contó de eso. — sonrió.

— fue muy gracioso eso, me trataba de chantajear.

— es un mini tú. — dije y rió.

— no, tú eres una mini yo, no él.

La cena estaba muy callada, sólo se escuchaban los cubiertos chocando y los sonidos de nosotros comiendo. Odio cuando el silencio reina, romperlo es difícil.

— está muy rico, te quedó rica la cena. — le dije rompiendo el silencio.

— gracias. — fue todo lo que dijo.