25

4.2K 276 76
                                    

Ha pasado medio año desde entonces, en dos semanas entro a la preparatoria junto a Michelle y Peter, los tres entraremos a la misma.

Respecto a Peter, vale, mamá tenía razón. Me gusta mi mejor amigo y no por los pensamientos y ocurrencias de mi mamá, sino porque el sentimiento comenzó a florecer.

También respecto a mamá, mis padres tuvieron una fuerte discusión y decidieron darse un tiempo, no sabemos dónde está pero sabemos que está bien. La extraño mucho, extraño a mi mamá.

Con los nuevos vengadores, aún sigo insistiendo y tratando de convencer a papá, Nat y Steve a que yo también puedo ser una vengadora -obviamente a escondidas de mamá.- pero ninguno quiere. Por cierto, Clint se retiró, me contó que tiene una familia y quiere estar con ellos, disfrutar la infancia de sus hijos.

Con Steve, a veces lo he acompañado a ver a Peggy, me presentó como su hija adoptiva, ella se alegró mucho de conocer a la nieta de Howard Stark, un viejo amigo suyo. Lamentablemente yo no conocí a mi abuelo, a mis abuelos, ambos murieron 10 años antes de que yo naciera.

— hey, hola. — dijo Peter con una rosa, cada vez que salimos me regala una.

— hola. — me la dio. — gracias. — aún tenía una mano atrás. — ¿qué traes ahí?

— no te puedo enseñar, ven. — se volteó antes de que yo viera lo que tiene atrás y con el brazo libre lo pasó por mis hombros. Después de un rato me dio otra rosa.

— dos rosas, ¿qué otra sorpresa tendrás, Parker? — después de otro rato me dio otra rosa.

Y así sucesivamente hasta que junté un ramo de 8 rosas rojas.

— ocho meses, ocho rosas. — sonreí y las olí, olían precioso. Noté que aún tenía algo detrás.

Después fueron 6 violetas blancas, sabe que las violetas son mi segundas flores favoritas.

— seis meses, seis violetas. — sonreí.

— gracias, Peter. — besó mi frente y me abrazó.

— necesito que cierres los ojos y confíes en mí, ¿sí? — asentí. — bien... — cerré los ojos y me tomó de un brazo.

Caminamos bastante, no tenía idea de qué planeaba o a dónde me llevaba.

— ¿ya puedo abrirlos?

— no, aún no. — nos detuvimos. — listo, ya los puedes abrir.

Eran Ned -su mejor amigo.- y Michelle sosteniendo una cartulina que decía "¿quieres ser mi novia?".

— Peter...

— me gustas, aunque no sé si yo te gusto pero aún así quería pregun...- no lo dejé terminar cuando lo besé. -...tarte. — terminó cuando me separé.

-—¿eso responde tu pregunta? — asintió. — sí, quiero ser tu novia.

— ¿te gusto también? — asentí, sonrió y me volvió a besar, lo abracé y me abrazó fuerte de vuelta.

— vamos con los chicos. — asintió, ambos ya habían dejado la cartulina en el césped.

— con que novio, ¿eh?

— sólo faltas tú.

— no, gracias. — reí y me abrazó. — felicidades, amiga. — me separé de ella. — aunque yo hubiera preferido a Harley. — reí.

— puedes andar con Harley, tienen algo ustedes dos.

— si él siente algo por mí pues pobre de él, a mí no me interesa nadie, él sólo es mi mejor amigo. — reí.

— felicidades, Alisha.

— gracias, Ned. — dije mientras me abrazaba.

— bueno, yo los dejo, ahí te ves chico raro si te quedas de mal tercio. — dijo y se fue.

— sí, no quiero ser mal tercio, adiós chicos. — dijo tomando la cartulina y se fue.

— ¿para qué tomó la cartulina? ¿Es de él? — asintió.

— la hizo y cobra por sostenerla. — reí. — pero por ser su mejor amigo no me cobró nada. — solté la carcajada. — okay, novia, ¿qué quieres hacer?

— no sé, novio. — mi celular comenzó a sonar y me quejé. — ¿por qué justo hoy? — saqué mi celular.

— ¿Capitán Anciano? — reí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Capitán Anciano? — reí. — ya me imagino cómo me tienes a mí.

— después cambiaré el nombre. — contesté. — hola Steve.

— hola linda, oye, debes volver al edificio.

— ¿pasó algo con mi papá?

— no pero habrá una junta y Tony quiere que estés presente.

— ¿es algo importante?

— sí. — suspiré. — ¿por qué? ¿Estás ocupada?

— sí, lo estoy.

— ¿qué ocurre?

— hay una junta importante y quieren que vaya. — le conté tapando el micrófono.

— debes ir.

— ¿seguro?

— mañana u otro día tenemos nuestra primera cita, nuestra primera salida como novios. — sonreí.

— no tardaré en llegar.

— está bien. — colgó y fui a contactos para cambiar el nombre de Peter.

— ¿ves? Sólo eres Peter, ahora serás "Novio"

— yo haré lo mismo. — sonreí. — ya debes irte. — asentí y lo besé.

— bien, te veo luego.

— okay. — me besó y después tomé un taxi que paró.

— ¿a dónde, señorita?

— al edificio Vengadores, por favor.

— ¿edificio Vengadores? ¿Cree que me dejen dejarla?

— sí, no se preocupe. — me miró una vez más por el retrovisor.

— usted es hija del Sr. Stank.

— ¿Stank?

— así se dice, ¿no? — dijo riendo y reí igual.

— es Stark.

— bueno... para usted y para mí será la Srta. Stank. — bromeó.

— muy bien. — respondí.

Después de un rato llegamos al edificio.

— aquí está. — dije pagándole.

— gracias, que tenga buen día. — dijo cuando me bajé.

— igualmente, señor. — le deseé antes de que se fuera, me giré y comencé a caminar hacia las puertas del edificio.

La hija de StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora