Capítulo 8

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25 de Diciembre...

La mañana estaba sorprendentemente fría, la luz del sol entraba por una de las ventanas cuando abrí los ojos. Estaba tendido en el sofá, un árbol viejo y con pocos adornos estaba al lado de la ventana arrinconado. Froté mis ojos me senté estirándome, considero que no hay nada más delicioso que eso. Observo al pie del árbol y veo los regalos, dos regalos pequeños y dos regalos enormes, los míos. Espero que a mis tíos les guste lo que he comprado para ellos.

Luego de cepillar mis dientes me dirijo a la cocina para hacer el café. A los pocos minutos el aroma de éste inunda la cocina, haciéndome sonreír y logrando que me sienta sorprendentemente sereno.

-Buenos días.- Escuché a mi espalda.

Volteo y observo a Amanda mirándome con una leve sonrisa.

-Buenos días. Es temprano, ¿Te caíste de la cama?- Me burlé.

Ella sonrió negando levemente acercándose a mí.

-Muy gracioso, estás muy divertido esta mañana.- Dijo ella con una sonrisa radiante.

Al parecer no soy el único que se levantó de buen humor.

-Tuve una buena noche.- Me encogí de hombros.- Por cierto, feliz navidad.

Ella, como siempre, me sonrió como si nada malo en su vida estuviese pasando. Cosa que me encantaba y no me había percatado de ello.

-Feliz navidad, señor obstinado.- Dijo para darme un casto beso en la comisura de los labios.

El corazón comenzó a bombearme con brutalidad en el pecho, ¿Cómo es que logré ignorar estos sentimientos todo este tiempo? Ahora me pareció incluso ridículo.

Cuando el café está listo sirvo una taza de café para ella y una para mí. Ella permaneció observándome fijamente mientras servía, lo cual me hizo sentir un poco incómodo. Cuando volteé a verla ella se ruborizó ligeramente.

-Gracias por el café.- Sonrió.- Lamento lo que pasó ayer.

La observé frunciendo el ceño, ¿Se arrepintió del beso? La sola idea me hizo sentir algo de ansiedad, lo cual no sentía desde hace años.

-¿Por qué te estás disculpando concretamente?- La observé.

Ella tomó unos segundos para esconderse detrás de la taza de café tomando un sorbo bastante largo. La observé algo impaciente, esperando.

-Tienes razón. No debo seguir huyendo de Mark. Sólo no quiero que te veas implicado con él. Lo conozco.

Alcé mis cejas asombrado, ¿Me estaba dando la razón? Este quizás es mi regalo de navidad. A mi cuerpo lo invadió una increíble sensación de alivio.

-Ya veremos qué hacer con él. Tranquila. Lo vamos a solucionar.- Aseguré con decisión.

Ella me sonrió con inseguridad, podre chica.

En ese instante, se escuchó un objeto de vidrio chocando contra la pared y haciéndose añicos. Se escuchó en el área del frente. Amanda y yo nos observamos con curiosidad y luego caminamos hacia una de las ventanas.

Amanda palideció al ver a Mark arrojando botellas vacías de licor hacia la casa. Maldije por lo bajo.

-¡Dios, no puede ser!- Dijo pegando su espalda a la pared y quitando el sudor de su frente con manos temblorosas.

-¿Cómo llegó aquí?- Pregunté furioso.

-¿Y me lo preguntas a mí?- Su voz temblaba.

-¡Voy a matarlo! ¿Cómo mierda se le ocurre aparecerse aquí en mi casa?- Solté mi ira dirigiéndome a la puerta.

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⏰ Last updated: Jul 06, 2019 ⏰

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Atormentados  [Mi Jefe 2]Where stories live. Discover now