Atormentados [Mi Jefe 2]

Prólogo

Mamá estaba en su habitación mientras que yo jugaba con mis carritos, mi estómago estaba sonando cuando él llegó a la casa dando un portazo detrás de sí. Escuché sus pasos subir las escaleras y no pude evitar sentir miedo. Su silueta se mostró en el umbral de mi habitación. Me observó de reojo, mostrándome la poca importancia que tiene hacia su único hijo. Pasó de largo hacia la habitación de al lado, la habitación que compartía con mi madre.

Me levanté de mi cama y me fui al rincón con mis carritos en las manos, sabía lo que vendría y no quería estar escuchándolo todas las noches cada vez que venía.

- Michael, ¿Qué haces?- La voz inconfundible de mi madre mostraba ahora su temor.

- Lo que debía de haber hecho hace tiempo.

- No Michael.- Sollozaba.- Nuestro hijo está al lado, puede estar escuchando.

- Eso no me interesa. No sé porque accedí a casarme contigo por culpa de ese maldito niño.

- ¡No le digas así!- Gritó mi madre con voz ronca al parecer, luego se escuchó un golpe contra la pared que me sobresaltó.

Tapo mis oídos y cierro mis ojos con fuerza. No quería escuchar eso.

- No vuelvas a gritarme, puta.- Otro golpe seco contra la pared.

- ¿Por qué no solo te vas?- Dijo ella con voz débil, casi no la podía escuchar.

- ¿Y que te quedes con mi casa y todo lo que he trabajado por años? Hay que ver que eres sólo una oportunista.

Luego no se escuchó nada, lo que me asustó. La puerta se abrió dejando ver su silueta de nuevo pero esta vez se adentró a mi habitación logrando que entre en pánico, era sólo un niño
de seis años.

- Ven acá mocoso.- Me tomó del brazo fuertemente poniéndome de pie frente a él.

Se inclinó de tal forma que ahora tenía su blanco rostro y sus ojos azules frente a mí, me observó fijamente.

- No me vengas con lagrimitas. Eres un Williams así que no llores. Ya eres un hombre. Madura.- Me reprendió con crueldad batuqueándome un poco.

Yo bajé la mirada con miedo de que me golpeara, aunque hubiese preferido que lo hiciera, hubiese preferido cualquier cosa en lugar a las palabras que pronunció después.

- No sé porque no convencí a Elena de que te abortara, eres un maldito mocoso. Ojalá no hubieras existido, estaría tranquilo sino tuviera que lidiar con tu estúpida madre oportunista y contigo.- Dijo con desprecio.

Sólo me quedé con la mirada baja, esperando que se fuera. No entendí muy bien sus palabras, era un niño. Sentí como se enderezó y salió de mi habitación logrando que me colocara de nuevo en mi rincón. Cuando la televisión de la sala se encendió me levanté de nuevo para ir a la habitación de al lado. La puerta estaba entreabierta, así que asomé mi cabeza y observéla cama matrimonial hecha un desastre y en una esquina, en el suelo y recostada en la pared, estaba mi mamá. No se veía bien, uno de sus ojos estaba hinchado y su cabello hecho un lío total. Me acerqué a ella y pude ver una mancha roja la pared, detrás de su cabeza. Tomé su mano y me senté en sus piernas.

- Mami.- La llamé.

Ella se movió con una mueca de dolor y luego me sonrió débilmente.

- Mi niño, ¿Estás bien?- Tenía lágrimas en sus ojos y el labio inferior roto, ya me sentía acostumbrado a eso, lo veía muy seguido.

- Sí, no llores. Papá dijo que los hombres no lloran.- Quité un mechón de su cabello.

- Sí, seguramente. Pero yo pienso que sí.- Dijo ella con dulzura.- Cuando ya no pueden con lo que sienten por dentro, lloran. Y no es malo, así que puedes hacerlo.

- No. No quiero que papá me regañe.

- Está bien… pero recuerda lo que te dije.- Me sonrió débilmente.

Asentí y me acomodé en su pecho y sentí sus brazos en mi espalda, subiendo y bajando con cariño. Me sentía seguro en sus brazos, amo a mi mamá.

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Bienvenid@s damas y caballeros. Aquí está lo que me han pedido. Historia de Johan y Amanda. Al leer esta historia van a comprender y a vivir varias situaciones.

Secuela que en realidad es una precuela de “Mi Jefe” espero que lo disfruten. Voten y comenten si les ha gustado.

Dependiendo de la cantidad de votos y comentarios subiré capitulo.