34| "Regresé"

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I AM BACK.

            AL DÍA SIGUIENTE, Gwen caminaba junto a Mary y Betty por la ciudad, las vacaciones eran lo mejor

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            AL DÍA SIGUIENTE, Gwen caminaba junto a Mary y Betty por la ciudad, las vacaciones eran lo mejor. Podían estar juntas todo el tiempo que quisiesen, pero sólo quedaban semanas para que éstas terminaran y un nuevo año escolar comenzara.

—¡Miren, es el Duende Verde! —gritó una mujer que caminaba por la vereda.

Todos miraron hacia la cima de los edificios y vieron como una persona enfundada en un traje verde de metal, se deslizaba sobre la ciudad sobre una especie de patineta voladora.

La figura desapareció luego de unas cuadras.

—Ese tipo no da buena espina —dijo Mary.

—¿Y? El traje le queda bien —dijo Betty sonriendo.

—Puede ser una mujer —dijo Gwen soltando una risa.

—Aun así le queda bien el traje —dijo Betty y sus amigas soltaron una risa.

Las tres siguieron caminado, sin percatarse que un adolescente encapuchado con una campera azúl las seguía entre las sombras. Seguía a Gwen.

Peter esquivaba a las personas, mientras seguía a las tres chicas. Veía a Gwen sonreír antes unos comentarios de sus amigas. Pero sus ojos tenían algo, no estaban iluminados.

Él castaño acomodó la capucha de la campera y siguió a las chicas por otras dos cuadras más, hasta que la pelirroja y la otra rubia se despidieron de Gwen y se fueron. Gwen comenzó a caminar por las calles sola.

Eran las 19:28 de la tarde. Ya estaba oscureciendo. Hacia frío, así que metió sus manos en el bolsillo de su suéter, luego de haber acomodado su gorro de lana.

Sintió una presencia detrás de ella, así que giró disimuladamente para ver.

No había nadie.

Las calles estaban vacías, y las veredas también. Aquello le daba mala espina.

Soltó un suspiro y negó con su cabeza, siguió su camino, sin percatarse de que Peter bajó ágilmente del techo de una de las casa y volvió a caminar sigilosamente tras ella.

Si no podía acercarse a ella, entonces la cuidaría desde las sombras.

Ned le había dicho que era mala idea, que solo lo estaba haciendo porque no quería alejarse de la chica. Pero Peter no le hizo caso.

Peter se detuvo al ver que otra silueta salió de uno de los callejones y comenzó a correr en dirección a Gwen.

El hombre estampó a Gwen contra una pared, agarrándola por el cuello de su suéter.

Peter cerró sus manos con furia y sin previo aviso, había ido hasta un callejón y había llamado al traje que le había otorgado el Sr. Stark.

—¡No tengo nada, lo juro! —gritaba Gwen, alzando sus manos.

El hombre comenzó a revisarle cada bolsillo, hasta sacar el celular de la chica. Éste estaba por irse corriendo, pero una telaraña agarró el celular y lo llevó hacia algún lado.

Gwen quedó paralizada en su sitio, al igual que el hombre.

Ambos miraron hacia la izquierda. Un par de ojos brillantes era lo único que se veía por el callejón oscuro.

—No debes robarle a señoritas —habló el héroe, saliendo del callejón y negando con su dedo índice.

Gwen se tapó la boca, tratando de aguantarse las ganas de gritar el nombre del chico.

—¡Devuelvemelo! —gritó el hombre, apuntandole con un arma.

—¿Sabes? Esas cosas son peligrosas, no debes andar con ellas por la ciudad —dijo el Hombre Araña, quitándole el revólver con su telaraña. El hombre estaba por escapar pero Peter volvió a lanzar otra telaraña y lo pegó a la pared.

—Hombre Araña... —murmuró Gwen sin poder creerselo.

El Arácnido la miró y ni supo que hacer. Quería huír.

—Señorita... —dijo el Hombre Araña asintiendo con su cabeza en dirección a Gwen, pero antes que él pudiera decir otra cosa, la rubia se abalanzó a abrazarlo—. Gwen... —susurró el chico—, debemos ir a otro lado... —Gwen asintió. Peter rodeó la cintura de la chica y luego comenzó a balancearse por la ciudad, dejando al ladrón pegado a la pared.

Cuando Gwen se dió cuenta, se encontraban en la cima del puente de Brooklyn.

Gwen se alejó de él lentamente. Los primero que vió fué el traje de metal que usaba Peter. Éste estaba estático, sólo observaba la reacción de la rubia.

—Gwen... debo decirte algo —dijo Peter, a la vez que su máscara se bajaba. Pero Gwen lo interrumpió, agarrándolo del rostro—. ¿Q-qué ha-haces...? —preguntó Peter ante la cercanía de su novia que lo inspecciona.

—Me aseguro de que seas tú —murmuró Gwen, apretando las mejillas de Peter y luego lo miró a los ojos. Sus ojos se cristalizaron—. Eres tú.

—Sí. —dijo Peter, regalandole una sonrisa de melancolía—. Gwen, tengo que decirte que lo nuestro es... —pero no pudo seguir, lo siguiente que sintió fueron los labios de Gwen contra los suyos.

¡Él trataba de terminar con ella por su bien y Gwen se lo ponía más difícil!

Gwen rodeó el cuello de Peter con sus brazos.

Peter no lo pudo aguantar más. Cerró sus ojos y se dejó llevar por sus sentimientos. La rodeó con sus brazos, acercándola más.

—Volviste —logró decir Gwen, entre el beso, con felicidad.

—Te dije que siempre regresaría a tí.

—Te dije que siempre regresaría a tí

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✓ STACY, PETER PARKERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora