- Soy más fuerte de lo que crees. Por favor, dímelo -

- Esos documentos tenían pruebas claras de que Ken estaba consumiendo drogas -

Mi boca cayó.

No se me ocurrió nada que decir.

Tenía muchas posibilidades de lo que Lauren iba a decirme, pero nunca en un millón de años había imaginado que sería algo como esto.

¿Ken y drogas?

- Pero... pero eso no es posible - dije. - Ken nunca haría eso -

- ¿Por qué? ¿Porque es tu hermanito? -

Por primera vez, noté que Lauren parecía un poco enojada.

- ¿Has pensado que tal vez Ken estuvo consumiendo drogas todo este tiempo y asesinó a esas personas bajo la influencia de esas? -

Sacudí la cabeza.

- No, eso no es verdad -

- La verdad estaba aquí mismo, Camila, pero estabas actuando ciega porque es difícil pensar que una persona que amas mataría a la gente sin piedad -

- Para - susurré.

- Dejaré de hablar pero eso no cambiará nada - Lauren señaló.

Las lágrimas rodaron por mis ojos. - ¿Por qué estás siendo tan mala? -

Cruzó la distancia en dos pasos y agarró mi barbilla en un agarre firme. - Quise decir que simplemente no lo notaste. Todos tenemos oscuridad dentro de nosotros, Camz. Es solo una cuestión de elección cuándo decidimos mostrarlo -


- Déjame ir contigo - yo le supliqué.


Me soltó la barbilla.

Una sensación de tristeza se deslizó en sus ojos.

- Es un intercambio. O él vive o yo. Escoge... -

Lloré.

- No puedo elegir. Ambos son importantes para mí -

Lauren sonrió.

Pero no fue una sonrisa de felicidad.

- Nunca te pediré que elijas entre tu hermano y yo. Sólo bromeaba -

- Te amo - dije. - Por favor, quédate. No tienes que ir sola, lo resolveremos -

- Sabes cuánto te amo. Me alegraría que Ken no fuera el asesino. Te prometo que lo verás aquí dentro de una hora -

- ¿Que pasará contigo? -

- Es una apuesta, Cotton-Candy. Una vida por otra vida. Eso es lo que quiere el asesino -

- Lauren, por favor. Déjame ir contigo -

Parecía dudar, pero ella ya había tomado una decisión.

- No quiero verte lastimada -

Antes de que tuviera tiempo de reaccionar, ya se había dirigido hacia la puerta.

- Lo siento, Camz -

Cerró la puerta tras ella.

- ¡Lern! - grité mientras caminaba hacia la puerta. 

Oí el giro de la cerradura.

- Por favor. Déjame salir -

Intenté girar la perilla pero me había encerrado.

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