Cap 10.-

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Sara:

La semana paso y el proyecto por fin se cumplió, quien diría que Akito sería bueno en química, jamás me puse a pensar en sus cualidades.

Fuka: oye Sara, vamos de compras.

Yo: ¿Compras? ¿Para qué?

Fuka: ¡¿Cómo que para que?! ¡Para la fiesta de Shin!

Yo: ah...no pienso ir.

Los 4 se detienen a observarme lo cual resultó un poco incómodo y baje la vista.

Ohki: pe....pe...pero tienes que ir.

Yo: ¿Por qué?

Akito: eso fue lo que pensé pero a ellos le fascinan las fiestas, créeme ni hay manera de evitarlo.

Comprendiendo por su tono de voz que decía la verdad, solo pude aceptar. Llegué a casa y busque a lo más profundo de un mueble que tenía por ahí aquel vestido que un día llegó a mi puerta literalmente.

Yo: lo encontré, espero que todavía me quedé.

Sonreí un poco, fui al baño y me bañé, luego me cambié y peine un poco mi cabello, el vestido es uno sencillo de color negro, de escote, corto hasta la mitad del muslo y ajustado en la cintura.

Sana: vaya que hermoso te queda.

Yo: ¿En serio? Siento que me veo ridícula

Sana: ¡Para nada te ves preciosa!

La mire y le sonreí, fui a la cama y me puse las zapatillas plateadas. Mi bolso estaba sobre la mesa, entonces se escucho el toque de la puerta, sali y ahí estaba Akito al verme se sorprendió un poco.

Akito: te..te...te ves bien.

Dijo mirando al otro lado, sonreí de lado y asentí para luego agarrar mi bolso y salir de casa, al bajar había un carro y en el asiento del conductor estaba una joven mayor.

Akito: ella es mi hermana.

Yo: ah...mucho gusto soy Sara.

La muchacha asintio callada y siguio conduciendo. El camino fue silencioso y por alguna extraña razón un poco incómodo. Bajamos donde supuestamente es la fiesta y vaya salón, negué con la cabeza la intentar pensar en cuanto le habrá costado a los pobres padres de esta muchacha.

Akito: entremos.

Extiende su brazo y yo lo acepto, al entrar me sentí un poco nerviosa, sentía que no pertenecía a este lugar, las jóvenes caminaban elegantemente con unas Zapatillas super grandes de tacón y los hombres la cortejaban. En una mesa mi vista logro ver a los chicos y dirigiendo a Akito nos sentamos haya, me puse aún lado de fuka, quien a su otro lado traía a un joven del salón.

Fuka: Sara el es Neik, Neik ella es Sara y Akito su pareja.

Neik: un gusto (sonrió).

Sara: igualmente.

Neik y fuka se pasaron hablando, mientras yo comía todo lo que podía que me trajeran, ohki y su novia fueron a bailar entonces una voz reconocida llegó a mis oídos, dejé mi comida y cerré los ojos, mi hermana, era la voz de sana. Recordé que aún lado mío estaba Akito y abrí los ojos voltee pero el ya no estaba, lo busque con la mirada y note que salía del lugar. Me levanté y sin que se diera cuenta alguien también salí, sin hacer ruido me acerque a él. No noto mi presencia y note que de sus ojos salían lágrimas.

Akito: tonta...

Dijo con una amarga sonrisa, mi mirada se cristalizó, y miró al suelo, al darme la vuelta mire a mi hermana con también lágrimas, esto...me miro y me dió una sonrisa dolida.

Sana: por...por favor...consuelalo.

Olvidándome de que Akito estaba detrás de mí le respondí.

Sara: no soy tú, no puedo hacer esto, no sé cómo, debí a ver muerto yo, tu...tu...te merecías tener una vida más larga.

Sana abrió los ojos y sin más mis lágrimas salieron, no soportaba esto entonces ella desapareció, volví a la realidad, y me voltee asustada y estaba el observandome. Me sentí nerviosa, asustada así que hui.

Corrí lo más rápido que pude, por un momento pensé que el me detendría pero eso jamás paso, y me dolió aún más, dolió mucho. Porque con eso declaraba que el estaba conmigo porque me parecía a su difunto amor. Dejé de correr, y camine con la mirada perdida, mis pies dolían y baje la mirada a ellos, uno sangraba un poco pero no me importó y seguí caminando. Mi celular vibró, pero jamás respondí, en este momento no quería a nadie, todos estaban conmigo por Sana, jamás me quisieron a mí, querían a su amiga, a su novia y a su compañera, pero no a mí.

Llegué a casa y subí, abrí la puerta y entre, la cerré tras de mí y me tiré al suelo, mis lágrimas salían y no paraba entonces de mis labios salió un sollozo, luego otro y finalmente no pude controlarme más y grite, grite por todo.

Quedé afónica, y cuando me sentí un poco más mejor, me levanté y me tiré a mí cama, cerré los ojos y dormí.

Su gemela. (kodomo no omocha).Kde žijí příběhy. Začni objevovat