❝ ᴛᴋ / ʏᴍ | 𝗐𝗂𝗍𝗁𝗼𝘂𝘁 𝗹𝗼𝗏𝖾¹ 𔘓 ؛

001:𝐏𝐮𝐫𝐨.

Los llantos resonaban en la habitación, el pequeño niño recién nacido se movía inquieto en los brazos que no eran de su madre, quien con desesperación luchaba por traerlo de vuelta a sus brazos.

—¡Taehyung! ¡devuélveme a mi hijo!

—Debemos llevarnoslo, sabe lo que pasa con los puros.

—¡No pueden llevárselo! ¡es mi hijo! ¡yo lo parí!—la mujer lloraba desconsolada viendo cómo se llevaban a su pequeño niño a aquél lugar que antes de ese día parecía incierto.

—¡Por favor! ¡yo lo amo!

—No se mienta de esa manera, usted no puede amar, y si lo amara no podría hacerlo correctamente. Estará en un lugar mejor con personas como él que le darán lo que necesita.

Pensó un poco en aquellas palabras y empezó a dudar ¿en verdad amaba a ese niño?, claro que no, acababa de conocerlo, era imposible amar a alguien que no conocía. Era imposible amar.

Toda la tristeza desapareció en segundos, la mujer sólo se veía pensativa.

Otra mujer ingresó a la habitación con papeles en sus manos.

—Aquí tiene, sabe que al dar a luz a un niño puro se le facilita la adopción de otro niño, por supuesto este niño no es puro pero es un niño.—Aseguró con un gesto desinteresado y le pasó los papeles. La mujer leyó atentamente y sin dudar firmó.

Después de todo eran niños, eran todos iguales, nada importaba.

Con aquél pensamiento vacío se retiró del hospital, con el niño al que había adoptado. Un pequeño niño rubio dormía ahora plácidamente en sus brazos.

5 años después.

—Jimin, no me interesa lo que pasó en tu clase de baile de hoy, cállate y come.

Jimin observó a su madre con ojos tristes, ella ni si quiera lo miraba al decir aquello de una manera tan brusca y eso lo entristecía aún más. ¿A qué se debía? ¿por qué aquello le molestaba tanto?
Todo el mundo se comportaba igual, tan desinteresados y vacíos, nadie parecía feliz, nadie parecía...

—Amar.

Y de pronto la mujer hizo caso al pequeño pelinegro de mejillas regordetas frente a ella, soltó su celular alarmada y se atrevió a preguntar.

—¿Quién te habló de eso? ¿qué te dijo? ¿cómo lo sabes?

—En la escuela...la maestra dijo que todo sería más fácil si pudiéramos amar. ¿Qué es eso?

—No te incumbe, mañana no irás a clases, tu abuela vendrá a cuidarte para que no estés sólo en casa ya que no es recomendable, podrías romper algo.

—¿Por qué no iré a clases? mañana teníamos un picnic....

—Te cambiarás de escuela Jimin, no preguntes por qué y adaptate, ya está decidido.

—P-pero mis amigos...—fue interrumpido por la amenazante mirada de su madre que lo hizo callarse en segundos.

—No me obligues a llamar a tu padre Jimin ¿quieres eso?

—No, p-por favor no—dijo nervioso, las lágrimas retenidas y acumuladas en sus ojos amenazando con caer.

—Bien, ahora saca la mesa y cuando termines vé a la cama, no olvides apagar la luz antes de subir o te castigaré y ten cuidado al subir las escaleras trata de no romper nada.

Asintió con la cabeza y esperó a que su madre subiera a su habitación, escuchó cómo la puerta se cerraba y empezó a llorar silenciosamente. Con sólo cinco años Jimin se había criado en aquel mundo tóxico, donde las madres no se preocupaban por sus hijos, donde lo material era mucho más importante que cualquier otra cosa, donde aquél con un poco de consideración era raro a los ojos ajenos. El mundo era así, Jimin no conocía nada más que aquello, pero en el fondo sentía que había más, quería respuestas, quería encontrar aquello llamado amor y estaba dispuesto a cualquier cosa para hacerlo.

Secó sus lágrimas y subió a su habitación después de limpiar todo como su madre había ordenado.

Se acercó a su ventana y admiró las estrellas que poco a poco parecían extinguirse por las luces de la ciudad. Suspiró y observó el pequeño peluche de tigre que le había regalado su abuela cuando era bebé.

—Tranquilo Tae... algún día encontraremos el amor.