11. Prioridad

636 85 9
                                    



Mi vida seguía su curso con la normalidad de antes y yo prestaba atención especial a Danzart

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

Mi vida seguía su curso con la normalidad de antes y yo prestaba atención especial a Danzart. Intentaba olvidar que había un hoyo en mi interior sintiéndose vacío por su ausencia, pero era imposible no recordarlo.

Me iba muy bien, había logrado obtener un 'solo' en la primera presentación del Danzart. Y también ayudaría en otras presentaciones tocando instrumentos musicales o siendo bailarina de fondo en el próximo recital. Eso me daría puntos extras para los exámenes finales de segundo año.

Cuando iba a los ensayos de la clase de guitarra, pensaba en él. Con cada acorde recordaba su sonrisa cuando yo lograba tocar, y cada vez que cantaba pensaba en su voz haciéndome compañía. Esperé sus llamadas, pero jamás llamó.

Mi padre me animaba diciendo que debía de estar vigilado, que ya llamaría. Quise creerle pero pasé un mes y medio sin saber absolutamente nada de él. Comencé a contar el segundo mes sin su presencia y momentáneamente me quedaba sin esperanzas, pero llegué a un punto en el que tuve que comenzar a preguntarme si el en realidad existía, si su imagen no era producto de mi imaginación, si no era un espejismo gracias a mi anti-socialismo.

Caminé por el pasillo vacío.

Probablemente yo era la última en salir, me había quedado tomando clases de piano extra por las tardes y de batería para sumar más puntos y subir aún más mi calificación. Comenzaba a competir entre los primeros cuatro lugares de segundo año, era algo loco ya que jamás había sido competitiva en los asuntos escolares y menos, me había encontrado en el 'top 5' de promedios. Claro, tampoco jamás fui mala, pero me sorprendía de mi misma. Sentí una especie de vibración a mis espaldas. Unos brazos me sujetaron y me dieron una vuelta en el aire. Sonreí.

—Suficiente Deimon.

—Bien, gruñona.

—No me digas así tonto.

—No suelo mentir.

—Sé que lo harías por mí.

Sonrió con complicidad dejando lucir sus pequeños colmillos.

— ¿Tienes hambre Drácula? Puedo ver tus colmillos... muy pequeños por cierto ¿Tienes dientes de leche aún?

—Tu padre no me deja tomar non-blood desde la semana pasada, y no, no necesito tener colmillos enormes para ser vampiro—musitó con tono infantil, como si fuera un niño peleando por un juguete. Reí.

— ¿Y eso por qué? Me refiero a lo del non-blood.

—Yo... bebí un poco de más, ya sabes, el frenesí...

— ¿Qué tanto es 'un poco' para ti?

—Fueron dos frascos más de mi ración quincenal.

Intenté no hacer gesto de asco pero él sonrió.

Ghost Love.© (EDITANDO)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz