War of hearts: la sensualidad.

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Disfruten, je.

Guerra de corazones

Dos latidos irregulares, una canción

No puedo respirar.

Es como si el mundo dejara de existir y sólo fuera él. Estúpido, sí.

¿Qué es esto?

¡No venía en el contrato todos estos sentimientos! Oh, ya estoy perdiendo mi mente...

Harry tiene una mueca extraña en su cara, expectante a mí, porque de un momento a otro sólo toqué su puerta y cuando apareció, mi cerebro se había olvidado lo que era hablar.

¿Alguien puede culparme? ¡Todo él era fresco! Su cabello color chocolate completamente desordenado con hermosos rizos que deberían ser pecado. La camisa con el logo descastado y jogger negro, descalzo y sólo para la cereza de la vista, su sonrisa con hoyuelo.

¿Cuánto tiempo había estado mudo? ¿Cinco, diez minutos?

— ¿Hola? —Habló dudoso, alargando y profundizando las palabras—. ¿Louis?

— ¿Sí? —susurré apenas con un hilo de voz.

— ¿Tengo un moco en la nariz y no me he enterado? —se cruzó de brazos y adaptó una expresión burlona.

—Sí, es notable desde la luna —espeté serio, hasta que no pude soportarlo más y reí al observar la expresión de horror en su cara—. Era broma, Harry.

—Por lo menos no me quedé como estatua por minutos... —susurró con toda la intención que lo escuchara. Se apartó de la puerta, dándome paso a su habitación.

—Capullo —crucé e hice mi camino al sofá. Su risa no se hizo esperar.

Como habíamos planeado anteriormente, decidimos pasar Halloween juntos, solo los dos, él estaba encargado de comprar comida no saludable y bebidas gaseosas, –tristemente– nada de alcohol. Y yo, yo tenía que traer mi bella presencia, era un gran trabajo.

La única luz prendida al parecer era la cercana a la puerta, de allí todo era oscuridad; y justo encima de la pequeña mesa central se encontraba lo que había comprado.

Estaba un poco ensimismado con mis pensamientos de hace un instante, por esa razón no sentí a Harry hasta que sus brazos me rodearon completamente, al principio me asusté sin sentido pero luego sonreí, recostando mi cabeza en su pecho. Mis latidos aumentaban a cada segundo y con eso, ya no podía hacer nada.

—Estás estresado —no lo preguntó, lo afirmó. La cercanía era tanto que su respiración daba directamente en mi oído, estremeciéndome y siendo consciente de que todo mi cuerpo estaba apoyado en el suyo.

Si saben a lo que me refiero...

—Llegar aquí es... —busqué la palabra para resumir el peligro, la adrenalina y las excusas que tuve que inventar para estar ahí—, complicado.

Él nos dirigió hasta el sofá, casi no queriendo separarse de mí, terminé entre sus piernas con mi espalda recostada en su pecho y sus manos apoyadas en mis muslos. Giré la cabeza hacia su perfil, tomado por impulso y dejando un beso en su barbilla.

Cuando analicé lo que hice no pude evitar sentir mi cara ardiendo, me había avergonzado por algo tan simple.

—Recuerdo lo que dijiste —susurró, su voz rasposa haciendo estragos en todo mí ser.

— ¿Qué cosa? —Apoyé mi cabeza en su hombro, mi nariz cerca de su cuello, pudiendo oler su piel y la esencia sin duda era de un perfume que era el mejor de todos los que había conocido. Entre agrio y dulzón...

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⏰ Last updated: Mar 05, 2021 ⏰

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Strangers not so stranger | Larry Stylinson Where stories live. Discover now