Capítulo 31

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― ¡Lagartija! ―Exclame sorprendida. Su sonrisa se amplió aún más al escuchar ese apodo que le había puesto― Quiero decir ¿Ji? ―Asintió con un movimiento de cabeza.

―Ese soy yo, Ji Yong ―Contesto haciendo una reverencia― Tu debes ser Hannia ¿Cierto?

―Si ―Conteste con una sonrisa nerviosa― Mucho gusto ―Mire al interior, ni Febe ni nadie más había aparecido ¿Acaso no habían escuchado el timbre? ― Pasa ―Dije moviendo a un lado.

―Gracias ―Se quedó de pie delante de mí, mientras cerraba la puerta.

―Supongo que vienes a buscar a Febe ¿Verdad? ―Se giró y me miro con una sonrisa.

―Eso mismo.

―Vaya que inesperado ―Comente― Pasa y ponte cómodo, estaba con mi madre, no debe tardar.

― ¿Quién era Hannia? ―Pregunto mi madre. Lo miro de arriba abajo y luego me miro interrogante.

―Él es Ji Yong y es el novio de Febe.

―Señora, lamento las molestias ―Se disculpó con una radiante sonrisa que derritió a mi madre. Tenía que admitirlo, con esa cara de querubín y con esa sonrisa, podría incluso domar a alguien tan complicado como Febe. El tipo tenía su encanto.

―Ninguna molestia, ponte cómodo y siéntete como en tu casa ―Contesto mi madre, sonrojada. ¡Vaya! Que inesperado. Solo le faltó decir “Y si quieres puedes quedarte a vivir”

―Termine… ―Febe apareció con Suk y miro sorprendida a Ji― ¡Ji! ―Exclamo Febe.

―Hola ―contesto con ternura Ji.

― ¿Qué haces aquí? ―Pregunto Febe un poco nerviosa, mirando a mi madre. Él se encogió de hombros.

―Supuse que era una buena época para unas vacaciones exprés ―Contesto y mi madre sonrió de oreja a oreja.

―Eres encantador ―Dijo mi madre― Buena elección. Por cierto ¿Quieres algo de tomar?

―No se moleste señora ―Contesto Febe. Mientras negaba con la cabeza.

―Ninguna molestia. Dime ―Insistió mi madre  mirando a Ji. Quien miraba a Febe un tanto preocupado. Y como no, si Febe era encantadora por las buenas pero por las malas.

―Yo creo que una de tus limonadas le caería muy bien ―Intervine. Tratando de aligerar la tensión de momento.

―Entonces limonada para todos ―Dijo mi madre mientras se encaminaba a la cocina.

―Genial. Vayamos a la sala ―Dije caminando. Febe me tomo del brazo.

―Tu no deberías de andar moviéndote ―Me reprendió.

―Nadie más abrió ―Conteste. Suk no dejaba de mirar a Ji.

―Mucho gusto ―Dije Ji extendiendo su mano a Suk quien la miro unos segundos y después la estrecho― Soy el novio de Febe ―Wow, vaya forma de marcar terreno.

―Igualmente ―Respondió Suk con indiferencia. Fue un instante en el que se miraron fijamente, creí que se golpearían, pero relajaron la presión de sus manos hasta soltarse. Ji se acercó y se sentó junto a Febe, quien lo fulmino con la mirada.

―Voy a ayudarle a mi madre ―Explico Suk, desapareciendo. Sentí un poco de lastima. “Ni modo hermanito” pensé al ver su expresión. Lo cierto era que nada me haría más feliz que verlo encontrar a alguien, pero desde luego que Febe no era para él. No porque fuera mala, todo lo contrario me gustaba mucho, pero ella solo tenía ojos para la lagartija. Quien por lo visto sabia como persuadirla y mantenerla enamorada.

La Horma de tus ZapatosWhere stories live. Discover now