La Horma de tus Zapatos

Capítulo 6

Tan inesperado como comenzó el beso, así mismo término. Sus manos se relajaron, disminuyendo la presión sobre mi cintura y sus labios se quedaron suspendidos sobre mi boca. El sentido común me hizo reaccionar y me aparte rápidamente, dándole la espalda. Sabía que estaba bastante afectada y quería tratar de normalizarme antes de poder mirarlo. Dios, eso había sido tan desconcertante y excitante, su boca era orgásmica. Había sido demasiado intenso, demasiado apasionado, demasiado todo. Cerré los ojos con fuerza y jale aire por la boca, tratando de ahogar las emociones que me invadían. Era la primera vez que me pasaba esto con un beso.

―Ha… ―trato de decir algo, pero levante la mano sin mirarlo.

―No digas nada ―dije tratando de que mi voz sonara normal. No quería escucharlo, no aun. Estaba siendo abrumada por el mar de sensaciones que su boca me había dejado. No podía pensar claramente.

―Pero…

―Sé muy bien que fue todo esto ―asegure con voz firme― Es la típica escena de “No me importas, ahora tengo a otra” la conozco, la he visto en muchos dramas y leído en muchas novelas. Así que no importa ―seguía sin mirarlo, pues mis mejillas ardían y mi corazón latía como loco. Rayos ¿Por qué me afectaba tanto un beso? Y más un beso que era de despecho, un beso falso. Torpemente recogí los libros, que habían sufrido las consecuencias de su sorpresiva acción  y habían terminado en el piso. Él permanecía en silencio, no tenía idea si me miraba y si estaba tan mal como yo. Pero estuviera o no afectado, no pensaba mostrar que me había alterado― Deberíamos irnos ―dije comenzando a caminar. No quería escucha nada.

―Hannia ―insistió, pero no me detuve.

―Déjalo Jae, no importa ―no me detuve y escuche como me seguía.

Me mantuve siempre por delante de él, hasta que llegamos a donde habíamos dejado la moto. Me detuve, sin decir nada y sin mirarlo. Tardo unos segundo en acercarse para subir, por fortuna no dijo nada, solo monto, lo imite y subí. Por alguna razón me sentía extraña después de lo ocurrido y me sujete lo más retirada que pude de él. “Eres una tonta Hannia” me reprendí. ¿Por qué rayos actuaba de ese modo? yo misma había hecho eso muchas veces cuando trataba de librarme de mis ex. Besar a un completo desconocido no era algo que pudiera afectarme. El problema era que no era yo quien lo había hecho para librarme de un tipo, era él quien me había utilizado a mí, y también que Jae no era un simple desconocido. Trate de despejarme dejando que el viento azotara mi rostro y que mi pelo se despeinara. Me intrigaba mucho saber quién era ella y porque él había actuado así.

― ¿Quién era ella? ―pregunte inesperadamente. Me di cuenta que se tensó y suspiro.

―Una vieja conocida ―yo sabía la respuesta pero quería escucharlo de él. ¿Aun sentía algo por ella? ¿Era por eso que se resistía a mí?

―Vaya que saludas de un modo particular a los viejos conocidos ―se encogió de hombros, restándole importancia. Nos quedamos en silencio, hasta que hablo de nuevo.

―Lo siento. Yo no debí…

―No es nada. Yo también te he besado de improvisto, aunque debo decir que no para molestar a alguien más ―dije con algo de molestia.

―Solo no quiero que pienses algo equivocado ― ¿Algo equivocado? ¿Bromeaba? Eso encendió mi molestia. Era un completo imbécil. De todo lo que pudo decir ¿Eso era lo único que se ocurría? Faltaba poco para llegar al sitio donde me había recogido. No quería seguir ahí con él, ni un segundo más.

―Bájame.

― ¿Qué?

― ¡Bájame! ―grite esta vez. Se detuvo y sin perder tiempo baje, sin decirle nada comencé a caminar, no devolví la mirada y él tampoco dijo nada al respecto. Cosa que agradecí, en ese momento sentía muchas ganas de romperle la cara. No tenía idea del porqué de pronto me sentía tan molesta. En realidad si, él me había utilizado y aunque no debiera de molestarme, sencillamente me molestaba y mucho. Unos metros después su moto pasó a toda velocidad junto a mí. No lo mire, simplemente continúe caminando. Era un imbécil, un completo idiota.