32. Haré eso, te amaré

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ADVERTENCIA: este capítulo tiene contenido fuerte. Incluye menciones de violación y escenas sexuales sin consentimiento. Se menciona también el abuso de drogas. Pido discreción y quiero aclarar que esto es mera ficción.
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Circe apretó las manos con fuerza, su padre Alexander Valentine, la veía de una forma tan desagradable y mórbida que revolvió las entrañas de la chica. Fae los observaba en silencio.

—Mis amores... hace tiempo que... ¡Véanse! Están tan grandes... Son todas unas mujeres.—mojó sus labios con la punta de su lengua— Denle un abrazo a su padre.—dio un paso hacia las gemelas y Circe se paró en frente de su hermana, en una pose defensiva

—No te atrevas a acercarte a Fae. No nos toques, no quiero que... solo di qué mierda quieres, no puedo verte más.

—Ou,—su padre hizo una expresión de dolor— mis pequeñas mujercitas son tan independientes ahora ¿no es así? Tan... grandes.—sus ojos tardaron unos segundos en despegarse del pecho de sus hijas, Circe escuchó a Pasífae tragar con fuerza detrás de ella.— Necesito cinco mil dólares.

—Eres increíble...—Circe bufó— ¿No te avergüenza? ¿Pedirle dinero a tus hijas para pagar tus malditas deudas, para conseguir un poco de heroína y sentirla correr en tus venas? Porque...¿eso es lo que quieres no? ¿!Qué clase de padre eres?!

—Lex...—sintió la mano de su hermana tomarla con cuidado, se soltó con brusquedad y la ignoró

—Te daré tu maldito dinero, pero quiero que desaparezcas de nuestras vidas. No te acercarás a nosotras, mucho menos a Fae...

—¿Qué me harás cariño?—su padre sonrió burlón y pasó una mano rasposa por la cintura de su hija— Dime, amor. ¿Qué le harás a tu padre?—movió su mano un poco, rozando el vientre bajo de la chica con la yema de sus dedos. Su mirada oscurecida de repente, con un brillo de enojo en sus ojos

La tomó con fuerza de los brazos y la estrelló en la pared de la cocina. Fae soltó un jadeó.

—¡Papá!

—¿Te crees muy lista? ¿¡Eh!? Pero si eres un puta que puedo manejar a mi antojo, una maldita zorra que solo necesita el amor de un hombre. ¿Eso quieres, maldita puta? Eso te daré.

Metió una mano dentro de sus pantalones, ignorando los "No" que ambas de sus hijas gritaban. Alexander sintió los débiles puños de su otra hija estrellarse en su espalda.

Sin soltar a Circe, giró medio cuerpo hacia Pasífae y la agarró del cuello, apretando con tanta fuerza que cayó al suelo, desmayada y apenas respirando. Circe comenzó a llorar, desesperada y pataleando para que la soltara.

—Mis bebés ahora son todas unas mujeres.—besó el cuello de la chica, Circe se congeló al sentir una dureza en su muslo y quiso vomitar

—No me hagas esto, por favor papá. Déjame ir, no quiero, no quiero, no quiero.

—¿No era amor lo que querías? Solo te daré mi amor, cariño. ¿Acaso un padre no tiene que amar a sus hijos? Haré eso, te amaré.

Circe se congeló y su mente se desconectó de su cuerpo. Sintió las manos ansiosas de su padre recorrerla y tocarla. Las lágrimas nublaron su vista en momentos, pero los recuerdos estaban ahí.

CIRCE [david d.]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang