23 | El momento

615 132 35
                                    

Antes de la cita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Antes de la cita

Athan

— Hace tanto que no te veía así de nervioso — comentó Ediel mientras colocaba una de sus manos por detrás de su cuello y se brindaba a si mismo una leve caricia — Me agrada que al fin planees hacer algo al respecto con todo lo que te has estado guardando.

— No es lo que crees — Lo interrumpí — no planeo decirle... Bueno, ya sebes eso

— ¿Eso? — soltó una carcajada en medio de su pregunta — oficialmente estas perdido de nuevo Athan

Ediel había sido mi mejor amigo durante toda la secundaria, y lo seguía siendo hasta ahora, lo conocí el mismo año en el que él entró a la escuela, lo encontré totalmente desorientado a medio pasillo y me acerqué para rescatar a aquella alma en pena. Ediel era el hermano mayor de Sahara, a ella la conocí el día que nos acompañó al cine ya que su madre le había dado una orden muy estricta, le habían prohibido totalmente dejar solo a su hermano ya que no confiaban para nada en él. Ambos tenían el cabello castaño, la diferencia era que Ediel tenía los ojos casi grises y los de Sahara eran de un azul que resplandecía como ningún otro.

Mi corazón soltó un latido que no pude pasar por desapercibido. Sahara, la chica que había logrado por primera vez sacarme de mi zona de confort y hacerme ver todo de una manera distinta.

— ¡Hey! — exclamó Ediel para llamar mi atención al notar que me había distraido — No te estas arrepintiéndome... ¿o si?

— Es solo que, esta pasando otra vez — No solía ser una persona muy sentimental y no acostumbraba a tener este tipo de conversaciones con amigos, ni si quiera con Ediel. No después de lo de Sahara.

— Athan, yo también la extraño, pero créeme que ella hubiera querido que ambos que siguiéramos con nuestras vidas. Ella era así, y estoy seguro de que si ella hubiese tenido la oportunidad de habértelo dicho, lo hubiera hecho — añadió al final

Mi mente se llenó de recuerdos, recuerdos que habían sido los más felices que tenía hasta la fecha. Sonreí. Porque recordaba los momentos felices, y recordé el momento en que la dejé ir, por primera vez no me destrozó, la ame como nunca, pero ella se había ido hace bastante tiempo, y yo tenía que cumplir con mi promesa.

Aquel día, ella si había tenido la oportunidad de irse en paz.

— Sahara, espera, no me puedes hacer esto, estoy aquí, saldremos de todo esto, lo prometo, lo prometo — mi desesperación se podía sentir desde la distancia a la que estuviese cualquier persona a mi alrededor. Ella estaba tendida sobre una camilla, íbamos en la ambulancia camino al hospital, mi mente no podía procesar lo que acababa de suceder, todo había pasado tan rápido y yo había sido testigo de ello.

Nuestro callejón de los corazones rotos © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora