5 | El recuerdo

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Alex

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Alex

En estos últimos días se había vuelto acostumbrado el volver a aquel callejón más de lo usual, tanto así que con el tiempo había terminado por formar una especie de rutina que constaba en ir sin falta todos los días después de la escuela, Nate se preocupaba mucho por ello y se había ofrecido ya en varias ocasiones a ir como compañía ya que según él pasar tiempo con alguien que está dispuesto a escuchar o simplemente a estar ahí por ti hace de tú día algo más agradable.

Últimamente el chico se comportaba algo extraño, hasta podría jurar que aveces se molestaba conmigo sin razón alguna, después de todo él terminaba por ignorarme en más de alguna ocasión a lo largo del día.

Omitiendo lo anterior estas últimas semanas no habían estado tan mal, mi día se reducía a despertar por ahí de las siete de la mañana, tomar una ducha, disfrutar del desayuno que preparaba mi madre, ir a la escuela, hacer lo posible por prestar atención en clase y finalmente esperar a que la campana tocara indicando el final de la jornada, y de mi aburrimiento, después de escuchar aquel mágico sonido me dirija automáticamente hacia el callejón, no sin antes prometerle a Nate que le avisaría cuando llegara a casa, últimamente el chico se preocupaba por mi mas de lo normal, y realmente no comprendía el porqué de su actitud, hasta que llego el día, finalmente lo entendí, finalmente pude entender su comportamiento tan preocupado y a la vez distante... Milagrosamente yo estaba a punto de olvidarme, pero aquello hubiera sido demasiado bueno como para ser real.

Al día siguiente pude ver aquella fecha en la pantalla principal de mi teléfono. Había llegado ese día.

Y en aquel preciso momento me prometí a mi misma que este día sería como cualquier otro, nada paso, nada cambio, nada.

•♥•

14 de febrero de 2019

Jugaba con la punta de mi lápiz dándole pequeños toques con la misma a mi cuaderno hasta que esta termino por romperse. Suspire. Mi vista se elevo levemente hacia el reloj que adornaba el salón en una esquila y sonreí de lado, no pasaron mas de tres minutos antes de que ambas manecillas se unieran y el sonido de la campana se hiciera presente.

Había terminado la última clase así que tome rápidamente mis cosas y me dirigí directamente hacia la salida, había prometido que todo estaría bien, sin embargo, hoy no había sido un buen día... Las clases habían estado más pesadas de lo normal y no se me hacía nada fácil el prestarles atención.

— ¿Te vas tan rápido? — preguntó una voz tras mi espalda. Nate.

Detuve mi caminata y giré sobre mis talones para quedar frente a él.

— Yo... — este a punto de excusar mi comportamiento, sin embargo, esto no fue necesario ya que Nate me detuvo antes de que si quiera pudiera idear algo.

Nuestro callejón de los corazones rotos © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora