capitulo1 "Accidentados"

167 3 0
                                    

Corría el día, un 10 de marzo ¡Lunes nuevamente!, uno bastante aburrido, característico de todos los lunes.

Salí como alma que lleva el diablo a mi pequeño Pegaso. Si, así se llama mi bebé, mi auto adorado. Solo tenía 20 minutos para llegar al trabajo, ¡Sí que estaba apurada!

El tráfico estaba horrendo, ya pasaban 10 minutos y la cola en el semáforo no tenía el menor interés en dejarnos ir. Me adelante a muchos autos, en momentos así deseaba con todas las fuerzas que Pegaso en realidad tuviera alas. Veloz me precipitaba a muchos autos último modelo, sonriente, triunfante...

Oí algo similar a un "PATA PUM" provenía de la parte trasera, mi hermoso y adorado Pegaso, había sido herido por un inepto conductor de 5ta. Bajé de él, como quien deseaba matar, y decidida a hacerlo.

-¿Eres idiota o qué?, ¡Por qué no te fijas! - comencé gritando, algo alterada, sin alzar la vista para ver al estúpido que me había accidentado, concentrada en la abolladura del pobre Pegaso.

-¿Perdona? Tú te adelantaste estúpidamente sin prestar atención a que yo pretendía salir primero, no tienes derecho. Pero claro, ¿Qué se podría esperar de una mujer? Además en el volante, solo hacen locuras, no deberían manejar si no entienden de...

Histérica y asqueada por sus comentarios, lo miré frenética, decidida a plantarle una cachetada. Asqueroso machista y TORPE.

"PLAS" lo había logrado, planté una bofetada en ese rostro.

-¿Estás loca?- dijo sobando su mejilla -¡Te arrepentirás por esto!-dijo exasperado.

-Tal vez, pero te ayudará a respetar al sexo femenino, cara de...-al fin me decidí a mirar sus asquerosas facciones, y para mi sorpresa, no había nada de asqueroso ahí. -cara de... ¡olvídalo!

Me había cohibido, estaba totalmente apenada.

Volví la vista al coche de ese hombre, y pude notar que su coche era un asombroso coche

Asombrada pensé ''Si tuviera un coche así lo llamaría Zeus, dios, verdaderamente es un dios Griego''

-Gracias pero no lograrás que te perdone, provocas te que te chocara y además me plantaste una cachetada. -¿Había oído mis pensamientos? ¿Tenía súper poderes o algo así? Abrí los ojos asombrada, en dirección a él.

-¿He pensado en voz alta? -gruñí.

-No tengo poderes, bueno que sean anormales -enmarcó una ceja, acompañada de una sonrisa coqueta.

Sí, me había chocado un presumido delo peor.

Ignorando su arrogancia, di vuelta y pateé la rueda de su coche. Triunfante caminé junto a Pegaso e ingresé en él, mientras el quedaba boquiabierto por lo que acababa de hacerle a su querido coche reluciente y precioso.

-¡Realmente estas completamente loca! -Exclamó exasperado, su rostro denotaba ira.

-Te lo mereces, aparte de machista y Loco, ¡ARROGANTE!-Cerré el vidrio de mi querido Pegaso, al ver cómo él se acercaba a mí para seguir discutiendo

Golpeo descaradamente a Pegaso, una y otra vez, luego un poco más frenético. Bajé la ventanilla y lo escuché decir; "Discúlpate por eso mujer del demonio". Y eso fue el colmo de los colmos para mí.

Abrí la puerta, aplastando su rostro, reí por lo bajo, mientras el en el suelo gemía de dolor.

-Te lo mereces.- dije.

Me levantó de las pantorrillas, y me hecho sobre su hombro, a semejando mi cuerpo al de una bolsa de papa.

-¡Bájame ahora mismo! Odioso.

-Pídeme perdón-me dijo

-No lo haré idiota, ¡bájame!-ordené tajante.

-Si no me pides perdón, lo harás con mi auto.

Mi cabeza hizo tic, tac, toc... ¿Qué me estaba pidiendo? Él debía pedir perdón a mi bello Pegaso, él lo había dañado.

-Pídele tú perdón a Pegaso.

Me miró fijamente y empezó a reír descontrolada mente.

-¿De qué te ríes?- Le pregunté nerviosa, sentía la burla.

No respondió, solo se dispuso a echar carcajadas estruendosas.

-¡No le veo la gracia!- lo miré, ardiendo en cólera y subí de nuevo al auto, con la cara roja de ira.

-Bájate.- ordenó él.

-¿Me dirás de qué te ríes?-pregunté

-¿No es obvio? Llamas a tu auto Pegaso. ¡Tonta! -contestó burlón.

-¡Cómo te atreves! -dije sobresaltada. -debemos llamar a la policía, estamos siendo una molestia ahora mismo.

-No lo creo, el tráfico aún no se ha movido-dijo mostrándome el panorama en un gesto.

-Tienes razón, ¿Que harás? Por qué debes arreglar lo que dañas, ¿Lo sabes? -dije sarcástica.

-Graciosa. -contestó- Sé que estuve mal, no debí querer darte una lección, pero estaba apurado. Ya no importa, total llegaré más que tarde al trabajo. -dijo vencido.

-¿Y crees que yo no? Ya han pasado más de 30 minutos. Decir que llegaré a tiempo, es mentir. -dije molesta.

-Lo llevaré al taller, si es que antes de llegar no se convierte en hojalata

-Mira, me costó años de sacrificios, seguro a ti no te costó nada tú...tú...esa belleza- concluí en voz baja.

-¡Zeus!- dijo entre risas.

Lo miré fastidiada.

-No te enojes, solo es chistoso el nombre que le has puesto. Y sí, Zeus me ha costado estudiar sin dormir por años, trabajar sin cesar, y ahorrar. -confesó, sentí admiración.

Callé apenada un momento, y entre suspiros confesé "Extrañaré ir al trabajo con Pegaso" mientras me sentaba sobre el capó de él.

- ¿Cómo te llamas?- preguntó.

- Maya, ¡pero me llaman Mao! Soy decoradora de interiores en "DesInter SRL"-Me presenté, estrechando su mano.- ¿Y tú? -devolviendo le la pregunta.

- Darwin Wooldridge, dueño de empresas WooldWorld, y espero no le moleste que pida la dirección de su hogar...Creo necesario y como objeto de disculpas ir a buscarte estos días en que no tengas móvil, y llevarte al trabajo. Es lo mínimo que puedo hacer - dijo, con una sonrisa plasmada en su rostro.

No podía creerlo, un millonario me había arruinado la chatarra.

Perdón por ofenderte Pegaso, pero hasta tu sabes que es verdad. El millonario además quería llevarme al trabajo a modo de disculpas.

Mi corazón oficialmente ha parado...

Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora