Capítulo 12: [Noah el "DESCONOCIDO"]

17 1 0
                                    

Es horrible sufrir por amor. Llorar una y otra vez... sin poder parar. Ya sea porque rompiste con esa persona tan especial o porque ves alejándose al amor de tus manos, no poder decir “te amo” y abrazarlo a tu antojo, no poder besarlo las veces y en cantidades que quieras.

Es horrible ser víctima de tus sentimientos y no poder hacer nada para dejar de sentirte de esa manera, porque el amor nos vuelve tan vulnerables que a veces sin que queramos sufrimos a moco tendido por alguien; sería perfecto poder controlarlo solo un poco. Poder decir, “hoy no quiero enamorarme de ti, porque duele” Y así es, duele sentir amor, duele confiar y tener el más mínimo afecto por alguien…tarde o temprano ese “alguien” te defrauda, te lastima, o en mi caso; se vuelve un imposible. Aunque sintamos lo mismo uno por el otro.

Es aquí, acurrucada en los brazos delgados y cálidos de mi mejor amiga Celina que acepté a grandes voces estar enamorada de mi ex, y ahora mejor amigo. De que mi vida con él era vida, y que sin él no sería algo más que un oscuro cuarto grisáceo, con algunos destellos de luces que resplandecerían de tanto en tanto, ayudada por mi mejor amiga de siempre.

Es aquí que caí en cuenta de que anteriormente este Noah “al que amaba” me era desconocido, y también es aquí que descubrí que mi dolor permanecería, solo y sí tan solo diera el gran paso…

“ADMITIR FRENTE A NOAH QUE LO AMABA”

Mis ojos pesaban más de lo normal, tal vez sea por lo mucho que había llorado, me separé de Celina lentamente y me dirigí a mi cuarto, ella me seguía preocupada, pero no podía oír lo que decía, estaba tan cansada, cansada mental y físicamente.

-Te traeré un té- fue lo que entendí decir, me dolía la cabeza y no podía concentrarme tanto tiempo.

-Yo…

-No tardaré…-dijo, y la vi salir de mi cuarto a toda prisa. Después de eso, no recuerdo lo que me había pasado, si había dormido, o si me había desmayado en realidad.

Desperté en un cuarto blanco, la luz daba directo a mis  ojos molestándome un poco, entrecerré mis ojos instantáneamente para protegerlos.

¿Dónde estaba? Parecía un hospital, desvié la mirada de la luz, centrándome en el pequeño suero colgante y conectado a mis venas del antebrazo. ¿Qué había ocurrido? Me levanté lentamente, debía ir al baño, ya no podía aguantar…

-¿Necesitas algo Mae?- *esa voz*…pensé, la dulce voz de Noah.

-Noah…-titubeé.

-¿Ya te sientes mejor?¡No te levantes! –dijo algo asustado y viéndome estirar los pequeños tubos de mi brazo. Mientras se levantaba de un brinco y me ayudaba a levantarme.

-Necesito ir al baño.- contesté apenas, me dolía la garganta, y no tenía fuerzas para hablar.

-Te ayudaré…-dijo, apoyando su mano fuertemente en mi cintura para no caer.

-Gracias…-agradecí conmovida, quería llorar, pero mis ojos se habían secado de pronto.

-No digas nada, debo hacerlo. Yo te amo, somos amigos…-dijo, lo miré sorprendida, y el también dedicándome una sonrisa de soslayo.

-Yo…yo…-quería decirle que lo amaba también, pero no podía, no por la falta de fuerzas, si no por cobardía. -¿Por qué estoy aquí? –pregunté resignada.

-Los médicos dicen que fue una descompensación, Celina afirma que no comiste en todo el día, y te pusiste a llorar…no quisiera decirte que te deshidrataste por tanto llorar, pero, lo has hecho. –dijo sonriendo un poco.

-eso…¡no sabía que fuera posible! –admití.

-No creo que lo sea, pero eso, y que no comiste ni bebiste agua, ayudó a un cansancio total, además has bajado bastante de peso…¿Algo te preocupa? –me preguntó el con el ceño ligeramente fruncido.

Desconocidos.Where stories live. Discover now