Capítulo 7 [Me gustas, ¿Y a ti quién?]

27 2 0
                                    

Maia Flashback.

La verdad extrañaba platicar con Noah, su jovialidad siempre era bienvenida en mi vida.

Nos costó elegir en que restaurante íbamos a almorzar, no podíamos decidirnos, al final ingresamos en el mejor del centro, mi lugar favorito, había un gran problema con ello, era bastante caro y pretencioso, y no me daba el cuero para darme estos lujos cada que quisiera.

–He notado que te ha crecido el trasero Mae...¿Qué has estado haciendo? –preguntó burlón Noah. Era un maldito morboso, se había convertido en un excelente amigo en quien podía confiar, a la verdad antes de andar de novios era un egocéntrico mujeriego, engañador y desalmado, a decir verdad aún seguía siéndolo pero no con esa fama universitaria que se había ganado, más bien era una especie de Tomas, y en el futuro lo imaginaba de esa manera.

–Pues, es secreto de estado, si te lo digo tendría que matarte. –dije tratando de sonar lo más seria posible.

–Mejor cuéntamelo y practiquemos juntos, yo deseo tenerlos como tú...–dijo imitando alguna voz femenina, era un payaso.

Lo miré poniendo los ojos en blanco, estaba loco.

–No practicaremos juntos, eso sería depravado–contesté segura.

–ah...–fue lo único que dijo, lo había incomodado, era un niño tonto, así me agradaba.

Reí carcajeándome de su ingenuidad, nunca pensé que tal comentario lo pondría a sudar, me burle de él hasta que llegamos a nuestro sitio.

De pronto vislumbre entre la gente una silueta conocida, levantándose de su lugar, ¿era quien pensaba que era? Sí, estaba en lo correcto, Darwin con una hermosa rubia, presuntuosa y seductora. ¡Rayos! La sangre empezaba a hervir en mi interior, no sabía cómo reaccionar, lo miré intensamente a los ojos, Darwin hizo lo mismo, ignoré tontamente a Noah, pedí permiso para ir al tocador, me levanté apresurada medio corriendo para alcanzarlo, al llegar al pasillo lo encontré recostando la frente sobre la pared, preocupado.

–¿Darwin? –más que una duda fue un llamado, estaba segura que era él.

–Maia...–dijo él, seguro, respirando pesadamente.

–¿Qué haces aquí? –pregunté, la verdad estaba enojada, no sabía por qué ni siquiera éramos NADA.

–Lo mismo pregunto yo. –contestó algo seco, sé que me había visto divertida con Noah, pero como lo había dicho, no éramos NADA y no lo seríamos si seguíamos así de tontos.

–Pregunté primero–contrarreste, no me dejaría guiar.

–He venido con mi...ex prometida–contestó, mi corazón dio un vuelco, no podía creerlo.

–¿Ex prometida? –pregunté incrédula, lo vi asentir una y otra vez. – Pues...yo he venido con mi ex novio y ahora gran amigo– dije despreocupada.

–Ya veo, estoy lamentando el no haberte invitado antes que él. –confesó, lo miré con un rayo de luz creciente en los ojos, ilusionada. Y más enojada que antes, venía con su ex prometida a seguro aclarar las cosas y volver, además trataba de coquetear conmigo en la entrada de los baños.

TODOS LOS HOMBRES SON IGAULES.

–Bien. –contesté seca. Lo desvié e ingresé al baño para maldecir a gusto.

De pronto escuche a alguien entrar agitando la puerta, de inmediato lo escuche hablar.

–¿Qué es "Bien"? –preguntó entrando como alma que lleva el demonio.

Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora