Cuadragésimo.

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2 meses después.

Cierro la puerta de mi auto, me adentro a casa. Todo está bastante normal, la vida a seguido su cause. Hay ruido saliendo de la cocina, hay vida. Escucho como Scarlett está riendo por algo que Rhett dijo, al pasar de camino a la escalera el olor a pizza impregna el lugar.

-¿Cami?,-Scarlett se asomo y me sonríe.-Ven a comer con nosotros.

Se levanta, camina hasta donde estoy, me quita la mochila y la tira al suelo en una esquina, agarra mi mano, me guía hasta la isla de la cocina, Rhett está sonriente esperándonos.

-Buenas tardes Cami, llegué antes del trabajo para cenar con mis dos mujeres favoritas.-esa sonrisa, tan radiante. Es casi como al inicio, pero ahora la diferencia es que sé que nada de eso era verdad, quizá solo quiere hacerme sentir mejor, o quizá los últimos días no han sido falsos y ahora tenemos una buena amistad, puede que eso sea cierto.

-Buenas tardes-les enseño lo más parecido a una sonrisa que puedo ofrecer. -Quiero el pedazo con más queso.-me apresuro a sentarme. Rhett se levanta, se detiene detrás de mí y me abraza.

-¿Cómo te fue en tu trabajo?-le digo, él suspira.

-Muy bien, productivo supongo.-dice, planta un beso en mi mejilla, miro a Scar y ella está con una sonrisa tímida. Eso hace que me sonroje.- Y tu día de clases...

-Pues aburrido, tranquilo.

Scarlett coloca en un plato dos rebanadas de pizza y se levanta.

-Yo creo que debo ir a mi habitación, tengo mucha tarea por adelantar.

-Ven a las ocho para la película de viernes, dile a Marcus que me llame si va a venir a pasar el día con nosotros mañana.

Ella sintió, se marchó rápidamente, los tres sabíamos que iba a chatear con Marcus, más que hacer tareas. Había pasado tanto en estos días, que no tenía idea de como Rhett se dió cuenta de que Marcus la pasaba mal en su casa y que pronto se iría del país debido a esto, también descubrió el enamoramiento de su hermana por el chico, a pesar de que no le dijo nada a ella, para que no sintiera vergüenza. Su relación mejoró mucho después de la carta que mis abuelos le dejaron en la caja, la bendita caja. Resulta que la caja que dijo mi abuelo, era una cajeta de zapatos, pero dentro tenía cartas escritas para cada uno de nosotros, en especial para ellos y que dejaran de discutir. Aunque lo que más me dolió fue lo obvio, una carta para "el día que ambos decidan que no tiene solución". Eso rompió totalmente mi corazón, ellos creyeron que de verdad estaría amparada con Rhett y Scarlett, que de verdad estaba viviendo mi historia de amor, nunca vieron lo cierto, un matrimonio de conveniencia.

Rhett me acerca un plato, yo tomo con la mano una rebanada de pizza, demoro mucho con ella, está más en el plato que en mi boca, sé que él me está observando y que también se da cuenta de ello. Dejo el borde en el plato, él me sirve un poco de gaseosa, no se la pedí... pero me la tomo.

-¿Por qué no comes otro pedazo, Cami?-lo dice de manera casual, pero sus ojos lucen algo preocupados.

-No gracias, no tengo hambre.

Él murmura algo que no logro entender, está frente a la ventana de la cocina bastante serio, suspira, enciende la radio de la encimera, está en la emisora que escuchamos desde hace poco que tanto nos gusta, solo ponen canciones que llenan la casa de paz. Rhett camina esta estar frente a mí y me sonríe. Extiende su mano, la contemplo por un microsegundo y me trae recuerdos de cuando tocaban mi piel de manera más que amistosa.

-¿Bailamos?- no sé que intenta hacer, pero en mi "modo avión" acepto, coloco mi mano en la suya, emana calor. No digo nada, solo me pongo de pie y sigo sus movimientos, sus dos manos están en mi cintura y las mías en sus hombros, miro toda la habitación en lugar de sus ojos, escucho como la canción de fondo habla de dos personas que se aman y son conscientes de que uno de ellos se irá primero. -Me pregunto si es malo que no tengamos una canción.

-No somos una pareja real, no necesitamos una.-él suspira ante mi comentario.

-Lo sé, pero aun así creo que necesitamos una.-por alguna razón sus palabras duelen, como si hubiera dicho algo hiriente, que no es así.

-Ya te dije que no la necesitamos. No somos algo real.

Él se detiene, deja de moverse y por lo tanto yo también, sus manos dejan mi cintura, pero siguen tocándome hasta tomar las mías.

-No creo eso, creo que somos muy reales. Hemos pasado por mucho juntos y...

-No.-lo interrumpo.-no sé que clase de intensión tienes, pero no es la mejor para mejorar mi animo si es lo que buscas. No quiero tu lástima de mierda, no quiero que creas que quiero más o que necesito más por lo que pasó, estoy bien. Cada vez falta menos para el plazo final, no temas de que no me quiera ir, estoy segura de hasta donde llegamos tú y yo. Y soy muy consciente de donde terminamos.

Matrimonios & ConvenienciasWhere stories live. Discover now