36. "Ya soy un desastre."

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Yo asiento y sus ojos caen sobre Artemis.

—Artemis Hidalgo.— le responde de manera cordial.

—¿Hidalgo?— la Dra. Díaz levanta sus cejas, sorprendida, —¿De la empresa Hidalgo?

—Si.

—Oh,— ella se enfoca en mí, —tomen asiento, por favor.

Ella va al otro lado del escritorio y nosotros nos sentamos.

—Bueno,— ella revisa los documentos que llené hace un rato, —primero que nada, felicitaciones por tu embarazo, Claudia, si me guío por la información que has puesto, tienes 8 semanas, vamos hacer unas pruebas de sangre para revisar que tus niveles estén bien ya que vi en tu historial que estuviste en emergencia por una pequeña anemia hace un par de días.

—Si, se desmayó.— Artemis agrega.

—¿Cómo te sientes, Claudia?

—Bien,— le digo la verdad, —solo tengo nauseas de vez en cuando.

Y me duelen los senos, pero supuse que eso era normal.

—Bueno, vamos a monitorear tus niveles y haremos un ultrasonido para confirmar que todo esté bien.— ella se levanta, —pasemos a la extensión de mi consultorio donde podremos hacer el procedimiento.

Al entrar al lugar, me recuesto en la camilla al lado de la máquina de ultrasonido que contiene una pantalla bastante grande. Artemis se sienta a mi lado y toma mi mano. La Dra. Díaz se prepara con guantes, pone el gel sobre mi bajo vientre y yo tomo una respiración profunda. Mis ojos quedan fijados en la pantalla, esperando verlo todo.

—Ahí está.— ella murmura y yo comparto una mirada con Artemis porque yo no veo nada, solo gris y negro en la pantalla.

La Dra. Díaz sonríe y señala el círculo más pequeño que he visto en mi vida, yo entrecierro mis ojos para verlo mejor hasta que ella agranda la imagen.

—Es muy pronto para verlo bien en un ultrasonido pero como has tenido anemia, quiero asegurarme que todo esté bien.— ella comenta al seguir revisando. Artemis está hechizado, sus ojos fijos sobre la pantalla. Eso me hace sonreír antes de volver a mirar la pantalla, —ahí está el saco de gestación y dentro podemos ver el pequeño embrión formándose.

Una sensación extraña invade mi pecho, y por primera vez desde que recibí la noticia, siento una felicidad absoluta, no puedo amarlo de manera tan rápida, eso no es posible, es como si verlo cambia todo.

Eres un pequeño circulito, bebé.

—Muy bien, todo luce normal.— nos dice al terminar y quitarse los guantes.

Volvemos a la otra parte de su consultorio y nos sentamos.

—Te pondré cita para mañana para que te hagan unos examenes de sangre, por ahora, continúa con las vitaminas que te ha enviado el doctor de emergencias y una muy buena alimentación.— me explica con una sonrisa, —Te veré en dos semanas para revisar de nuevo que todo vaya bien, de nuevo, felicitaciones, señora Hidalgo.

Mi sonrisa se congela a mitad de formarse, ¿Sra. Hidalgo?

Artemis y yo ponemos nuestras manos al frente y las sacudimos, hablando al mismo tiempo.

—No—

—No—

Ambos páramos y compartimos una mirada, puedo sentir el calor en mis mejillas.

—No estamos casados— yo aclaro con una sonrisa fingida.

—Oh— la Dra. Díaz se sonroja, —disculpen de verdad, no debí asumir.

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora