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recomiendo altamente que lean este capítulo escuchando Chandelier, de Sia. xx

Al llegar a casa, los chicos abrieron la cajuela del auto para sacar las botellas de vodka. Lo que Mercy pensó que era una o dos botellas, habían resultado ser una tanda de seis.

— ¿No dijiste “un par”? —preguntó Mercy, y Luke sonrió apenado.

—Mis padres son algo fanáticos.

Mercy negó con la cabeza y sacó una botella del líquido rosáceo, y lo destapó fácilmente. Luego se adentró en el departamento.

La verdad no pasó demasiado tiempo para que todos estuviesen borrachos. La estaban pasando genial, pero en algún momento, Luke se durmió. Ashton se encargó de ir llevando a todo el que cayera, hasta que, eventualmente, él también lo hizo. En ese caso, entre Michael y Mercy lo llevaron a una habitación para que no despertara completamente destruido. Luego volvieron al salón, y abrieron otra botella de vodka.

—Que divertido es que sea rosada esta cosa —dijo Michael, con las palabras arrastradas.

—Siiiiii —largó Mercy.

Ambos bebieron tragos largos, primero Mercy, luego Michael.

—Oh, hey. Dicen que este vino es genial para besarse —dijo él. Mercy bufó.

—¿Quién dice eso?

—Yo.

Mercy se echó a reír muy fuerte, sin preocuparse porque alguien la escuchara. Le dio un golpecito torpe a Michael.

—¿Sabes?, nunca he besado a una chica —Michael parecía sorprendido por su propia afirmación.

—¡Yo tampoco! —exclamó Mercy, y Michael se echó a reír.

—Estoy tratando de decirte algo, Mercy —insistió. Mercy frunció el ceño, despreocupada.

Mercy se encontraba demasiado mareada y distraía como para pensar en ello.

—¿Que nunca has besado a una chica? Lo entiendo, joder, eres gay.

Intento decirte que quiero besarte, Mer.

Oh, vaya. A pesar del alcohol en su sangre, su corazón se aceleró y su estómago se retorció. Tal vez estaba borracha, pero seguía siendo Mercy, y  seguía siendo Michael.

—Pero tú eres gay —razonó ella, frunciendo el ceño como una pequeña.

Michael asintió.

—¿No puedes solo besarme, Mercy?

Mercy se echó a reír de nuevo, no tan fuerte, con su cabeza en su hombro. Michael simplemente esperó a que ella se volviera hacia él, indecisa, y unió sus labios.

El contacto no duró demasiado, y sus labios estaban completamente estáticos, así como sus cuerpos, algo confusos. Luego, Michael se separó de ella unos centímetros y ambos abrieron los ojos.

—Feliz cumpleaños —susurró Michael, y Mercy negó con la cabeza. Ya era hora.

—Eso no ha sido tan malo —dijo Mercy, y Michael sonrió ampliamente.

—Deberíamos volverlo a hacer para estar seguros —propuso, y Mercy asintió ligeramente, ahora mucho más segura.

Se acomodó erguida en el sofá, para luego pasar una pierna por el cuerpo de Michael y quedar sentada a horcajadas sobre él. Él la miraba desde un nivel un poco más bajo cuando ella hizo chocar sus labios.

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