Epílogo

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Cuando llegué a casa, sentí la necesidad de visitar la casa de Mónica. Cogí un autobús cercano y me dejó al lado de su puerta. Entonces, llamé a la puerta. Los padres de Mónica me abrieron, llorando. Pensé en lo triste y duro que debía ser perder a su única hija tan temprano.

La madre de Mónica le recibió con un abrazo.

- Gracias por todo lo que has hecho...

-No hay de qué- respondí.

Ellos habían estado fuera todo el tiempo, y cuando les dieron la mala noticia de que Mónica había muerto, ya era demasiado tarde.

Me dejaron pasar a la casa. Y, tras hablar un rato sobre la maravillosa que era su hija, tuve la oportunidad de subir a su cuarto. La habitación de la chica era preciosa. Comprobé como tenía un piano de pared. Un piano que jamás volvería a ser tocado por ella. Al girar la cabeza, vi que en la pared había pegado una foto de los dos, en esa maravillosa lluvia de estrellas.

Todo me pareció precioso, pero, aún seguía preguntándome cómo ese papel que había encontrado en su mano en el hospital, había llegado hasta allí.

Entonces observé una nueva nota encima de la mesilla de su cuarto. Y, comencé a leer:

"Hola, Patrick:

Siento darte una mala noticia. Anoche se me olvidó tomar mi caja de pastillas, supongo que fueron los nervios del concierto los que me hicieron olvidar algo tan sumamente importante. Luego, empecé a pensar y, tampoco había tomado las pastillas del día anterior. Había estado ensayando tanto que lo olvidé por completo.

Por eso, quería decirte que pronto volveré a sufrir un coma. No tomé las pastillas y eso implica que podría morir un día de estos.

Sin embargo, me gustaría que leyeras esta carta. No sé si la leerás después de que haya muerto o simplemente te la de yo. En todo caso, quiero que sepas que has sido la persona más importante de mi vida. Y es una pena no poder haberte conocido de antes. De ese modo, podríamos haber estado más tiempo juntos. Esta noche saldremos y, llevaré un mensaje en la mano para que lo leas por si me pasara algo y no leyeras esta carta. El mensaje es el siguiente: "Siempre te esperaré en el cielo."

***

Ya han pasado tres años desde la muerte de Mónica. Ese año fue el más duro de toda mi vida. Sin embargo, ya lo he superado. Bueno, casi, porque en lugar de ser veterinario seguí el consejo de Mónica de ser escritor. Y, aquí estoy yo, escribiendo este libro y nuestra historia. Sinceramente, no sé si tendrá mucho éxito, pero, de lo que estoy seguro es de que siempre recordaré su estrella.

© Siempre recordaré tu estrellaWhere stories live. Discover now