Problemas

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La luz de la luna inundaba las frías calles por las que un joven peliceleste deambulaba sin rumbo fijo. El de cabellera celeste sentía que alguien le estaba siguiendo y por ello. Lo sabía porque desde que salió de su casa sentía unos tímidos pasos tras de si. Sin embargo, fuese quien fuese, no tenía intenciones de acercarse a él. Simplemente le seguía a donde quiera que fuese.

Se detuvo un momento para suspirar y antes siquiera de pronunciar las palabras que tenía en mente su móvil le interrumpió.

En este aparecía un mensaje en el que, al momento de abrirlo, aparecía un nombre junto a una fotografía de su dueño y una dirección que esa persona solía frecuentar.

«Esta vez se trata de otro pandillero... esto será realmente fácil...»

Pensó el peliceleste mientras leía el resto de la información de aquel mensaje. En cuanto terminó, sin previo aviso empezó a correr.

Cada dos calles doblaba una esquina diferente y aceleraba el paso. Estaba tratando de despistar a quien le había estado siguiendo. Cosa que "logró" al llegar a su destino.

«Con esto será suficiente...»

O eso creyó el peliceleste en el momento en el que se adentró en el callejón que conducía a la que sería su próxima víctima. Puesto que una silueta cruzó esa misma calle y se adentró en el callejón por el que minutos antes había entrado el peliceleste.

La luz de la luna iluminaba algunos tramos de aquel camino. A parte de reflejarse en la cabellera celeste del joven.

El peliceleste cada vez se acercaba más a su destino, finalmente al atravesar un camino que se dividía en dos, siguió recto y llegó al callejón en cuestión de segundos.

Escuchó la voz de alguien discutiendo por lo que, desde las sombras, esperó al momento oportuno.

—¡Me da igual! ¡Necesito ese pedido para esta noche!—lo que parecía ser un joven hizo una breve pausa— Sí traelo aquí...—el joven vio pasar una silueta a un costado suyo— oye tengo que colgar...—en cuanto colgó sintió un escalofrío que lo hizo ponerse en alerta.

Sacó su navaja y adoptó una pose defensiva. De nuevo una silueta cruzó a un costado suyo entre las sombras. Sus sentidos estaban muy alterados, sentían una amenaza cerca pero esta no era visible.

—¡Sal de ahí ahora cobarde!—gritó con más miedo que firmeza. En ese momento sintió una brisa en su nuca.

Alguien o algo estaba detrás de él. Sin embargo no se atrevía a mirar qué era. Lo único que podía ver a través de la densa oscuridad a sus alrededor eran unos afilados y brillantes ojos aqua.

Ambos se detuvieron al oír un ruido proveniente de la esquina de ese callejón frente a ellos.

En el momento en el que volvió en sí, el joven aprovechó que su atacante todavía estaba alerta ante el ruido que habían escuchado.

En un rápido movimiento giró su navaja y la empuñó hacia un costado de su atacante. Ningún tipo de quejido se hizo audible, sin embargo las manos del joven se llenaron del líquido escarlata.

Al sacar el cuchillo, el que estaba a sus espaldas retrocedió para posteriormente hacerse visible gracias a la luz lunar.

El de cabellera celeste quedó al descubierto ante la atenta mirada del joven.

Su herida era de un tamaño considerable pero no había llegado a tocar ninguno de sus órganos.

Suspiró para luego mostrar su pistola la cual apuntaba a la sien del joven, el cual estaba sorprendido por lo rápido que se había movido hasta llegar a él nuevamente.

Crazy To Love YouWhere stories live. Discover now