1.- Comienzo.

12K 560 128
                                    

  1.Lo único que quiero es proteger a Eren Jeager, es mi prioridad. Nada, nadie, me interesa más que él, y daré mí vida para asegurarme de ello.

  Ahora me encuentro rumbo al Campamento del Capitán Levi, en el pueblo Hortezz, cercas de la muralla Sina. Después del juicio de Eren, el Cuerpo de Exploración tiene su custodia; la Policía Militar es rencorosa, querían a mí Eren muerto.

  Armin, Jean, Connie, Krista, Sasha, y yo. Fuimos los únicos de todos los graduados en querer ser parte del Cuerpo de Exploración. Incluso creí que Annie nos seguiría pero prefirió unirse a la corrupción de la Policía. Reiner y Berthold no los he visto, la verdad ni siquiera había pensado en ellos hasta ahora.

    —Mikasa.—Me habló Armin, sacándome de mis pensamientos.

    —¿Qué sucede Armin?—Respondí.

    —¿Dónde estarán Reiner y Berthold?—pausó, y volvió a hablarme:—La última vez que los vi, fue en la corte de Eren. Me preocupa que no estén aquí.

  No dije nada, ya que no me interesaba, lo único que quería era ver a Eren, saber si se encontraba bien, si él Capitán Levi no le hacía daño. La carrosa era algo ruidosa, y en cada bache nos alzábamos un poco de los asientos, una o dos veces Jean me tomó del brazo para asegurar que su trasero siguiera en su lugar, tras una mirada seria en la tercera vez que quería volver a tomar mi brazo lo miré molesta, a lo que prefirió tomar a Sasha que se encontraba en el otro extremo.

  Tras varias horas de camino, al fin pude ver a lo lejos, el castillo Friztlie, donde estaríamos entrenando con los mejores soldados, con los mejor capacitados, y con Eren. Ahí en ese momento sonreí ligeramente, mientras Armin igual que yo (pero más) sonreía. El castillo estaba abandonado, habían personas que limpiaban los espejos, otros barrían las hojas secas de los árboles, alimentaban a los caballos, y hacían rondas para asegurar la zona. Mis compañeros y yo, de inmediato bajamos del transporte, y ahí en ese momento nos dieron nuestros uniformes unos chicos muy gentiles, con semblantes sonrientes. Todos parecían emocionados, y debo admitir que yo un poco.

    —¡Chicos!—Escuché la voz de Eren, él nos hablaba.

  Rápidamente volteé a mirarle, era él, con su sonrisa de niño, y muy feliz.

    —Eren—susurré.

    —Todos están aquí...—nos miró por medio segundo, y preguntó:— ¿dónde están Reiner y Berthold?

    —Creo qué no están seguros si unirse a nosotros—. Respondió Krista, con esa voz de niña buena.

  Me moría de ganas de abrazarlo, pero por un motivo no podía, en mi pecho me decía que no sería lo mejor por el momento.

    —Son los nuevos, ¿verdad chicos?—,alzó las manos en saludos muy exagerados para mí. —Vengan, ¡vamos!—.Gritó la comandante Hange.

  Con un saludo nos despedimos de Eren —yo no quería—, y nos fuimos a seguir a la comandante Hange.

    —He leído sus expedientes, chicos, ¡sos unos valientes soldados! sobre todo tú Mikasa.—Al terminar de decir mi nombre, me miró como si quisiera tenerme a solas para hacerme muchas preguntas.

  A cada uno de nosotros, nos dijo nuestras habitaciones, y lo mucho que amaba su trabajo, eso lo recalcó. Mi habitación estaba muy lejos de la de Eren, por desgracia a él le tocaba dormir en el sótano; una de las condiciones para que pueda estar aquí. Pero muy cercas de la de Armin que se encontraba de mi lado izquierdo, y la de Jean de mi lado derecho, en frente la de Krista, y a  aun lado de la de Krista, la del Capitán Levi. Los demás soldados dormirían en el otro pico del castillo. Un total de 32 personas ocupábamos el castillo Friztlie.

  Nos encontrábamos a prueba, si alcanzamos la superioridad de encajar a los requisitos de Levi, nos quedaríamos en su equipo. Y es obvio que yo no iré a otro equipo que no sea donde esté Eren.

  Todavía no podíamos ponernos nuestros uniformes, teníamos que limpiar nuestras habitaciones, y después ir a cenar para conocer a nuestro Capitán. No me importaba en lo absoluto, conocerlo, no me encontraba muy enfadada después de lo que le hizo a Eren; sabía la razón exacta. Lo único que me interesaba era pertenecer al equipo de Levi, es todo.

  Limpié la habitación, acomodé las cobijas que se encontraban en el suelo, doble mi poca ropa. Pasé un trapo limpio entre la mesa empolvada que se encontraba cercas de la ventana, limpié mis botas, y me cambié de ropa para cenar.

    —Tóck-tock. —Alguien llamaba a la puerta.

  La abrí, y ahí se encontraba Krista, tuve que agachar mi mirada para verla.

    —M-Mikasa.. ya esta lista la cena, baja por favor—.Su voz era amable, y temblorosa, se trabó al inicio.

    —Sí.—Confirmé.

  Cerré la puerta, y me coloqué mi bufanda roja. Salí de la habitación, había anochecido. En la pequeña cocina se encontraban todos: Eren, Armin, Sasha, Krista, Connie, sentados, mientras que él Capitán Levi se hallaba como centro de la mesa. Yo me senté alado de Sasha, Krista se sentó junto a Eren, y del lado izquierdo se encontraba Jean.

  Armin muy amablemente trajo los platos de sopa en una charola, junto con Connie. En si nadie casi habló, sólo Sasha que me hablaba sin parar, y me pedía mi pan para dárselo. No le prestaba atención, y cuando pensó que no me comería mi pan, lo tomé y lo mordí bruscamente. Armin que vio la escena partió su pan, y le otorgó la mitad. Sasha sonrió como como una niña feliz, mientras que Eren comenzó una charla con Krista, y Jean me miraba en ratos breves, pensaba que no me daba cuenta. Mientras tanto Levi sólo bebía su té negro. Su mirada se concentraba en su té. Era justo como pensé que sería: nadie hablaría hasta que Levi lo hiciera.

    —Mañana a primera hora les daré sus tareas a cada uno de ustedes. Y los horarios de entrenamiento, y cundo puedan portar sus uniformes. Estarán a prueba.—Cuando Levi comenzó a hablar, todos guardaron silencio, y lo miraron serios, acatando lo que decía. Sus palabras habían sido claras, no habló como esos típicos Capitanes, qué gritan, o usan palabras fuertes, esos Capitanes que desean que sientas respeto por ellos, a la primera impresión. Ni siquiera tuvo que mirarnos para saber si estábamos escuchando sus ordenes. Se levantó de la mesa, para finalizar:—Descansen, será un día duro mañana.

  Cuando se fue por fin, Eren fue a ver a Armin, y yo le seguí, ahí los tres, mientras que los otros acomodaban las sillas.

    —Presiento que no será fácil entrar a su escuadrón.—Musitó Armin.

  Yo iba a preguntarle a Eren como estaba, pero de nuevo nos interrumpieron:

    —¡Hey!, ayuden.

  No presté atención de quien había sido, pero, de nuevo no pude abrazar a Eren, me quedé con las ganas de hablar con él. Pero tenía todo este tiempo para verlo, para platicar después.

  Aquella noche, dejamos todo limpio para mañana, y nos fuimos a acostar, en nuestras habitaciones, Eren nos deseó buenas noches, y se fue al sótano, al oscuro sótano. No pude dormir, me estaba matando el sentimiento de ir y verlo, pero no entendía como mis propios sentimientos no los podía aclarar. Me asomé por la ventana, y pude mirar la luna llena, con pocas nubes a su alrededor, con muchas estrellas que parecían puntos brillantes, parpadeaban como diamantes. En toda esa belleza, en los campos había una persona con una capucha de espaldas, rápidamente iba a tomar mis navajas pero entonces, volteó aquella persona entre la ligera penumbra, y me miró, me quede de igual forma mirándolo. Era Levi, pude notarlo cuando se fue acercando al castillo. Su mirada abandonó la mía, y desdí entonces dormir.

 Su mirada abandonó la mía, y desdí entonces dormir

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
¡Oh mi Capitán! ¡Sí mi Capitán!Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon