Ganándose la confianza de un gatito uraño

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Loki respondía a los besos con la agresión Alfa pero después era suave y dulce, sentía calor en su vientre e iba en aumento, haciéndole jadear entre besos.

-Me aturde ...ambos- dijo divertido- Podría tratar, pero no sé cómo mediar mi aroma, mm practicare- decía intentando sus glándulas cambiarán para aparearse con un Alfa y Omega, entró a la habitación de Loki y se recostó con él en la pequeña cama. -Debo decirte algo y quiero que quede claro, iré despacio contigo porque yo también estoy aprendiendo con esto, y si te intimido, a cualquiera de los dos, nos detendremos- Thor sabía que Loki no era realmente una persona virgen por lo que paso, pero una cosa es que te violen a que te hagan el amor y él quería hacerlo, sabía que podían surgir miedos en Loki, así que pensó llevarlo a su alcoba, para que no estuviera en su dominio o su lecho y pensara en esa sumisión cuando te obligan, además quería que pudiera decirle "basta" o "sigue".

Loki le miró por un momento, parpadeó y se sonrojó- sí, está bien, si algo no me gusta o nos asusta te lo haré saber- acarició su rostro- yo quiero que estar contigo... Bruce y Tony dicen que es diferente ... que no lastima ni duele- dijo curioso, pero también había ilusión en su voz, quería que fuera cierto, quería sentir que importaba más allá que ser un cuerpo para saciar las necesidades de otro, sabía también que Thor lo trataba con cuidado, lo procuraba, estaba atento a cada una de sus necesidades, lo cual le hacía sentir que podía confiar en él a pesar de sus miedos- ¿prefieres que...- mordió sus labios- sólo uno se quede?- el omega era quien preguntaba, su aroma y disposición más dócil.

-No, me confunden pero está bien, aprenderemos juntos- dijo ronroneando y gruñendo como si su cuerpo en verdad tratara, adaptándose y queriendo complacer la naturaleza de Loki- podemos ir de a poco, quieres lindo omega y luego dejas al alfa disfrutar, equilíbrense- decía Thor metiendo sus manos cálidas bajo la ropa de Loki, sintiendo su piel nívea, comenzó a besar su cuello y soltó su aroma para el omega, con un ronroneo y jadeo para excitar, mientras se metía entre sus piernas suavemente, dejando que sintiera la cercanía, sin ser una amenaza, saco la camisa del pantalón de Loki y metió sus manos en su espalda, rozando sus omoplatos sintiendo los irregulares bordes de su piel por los golpes, respiro para no enojarse y pensar en el daño de su omega, pero un gruñido le hizo saber que estaba molesto con quien le hizo daño, sacó las manos y quitó el saco de Loki y comenzó a desabotonar su camisa repartiendo besos suaves, mordidas y chupetones, rozo su pezones rosados y cuando se la quito beso sus hombros y clavícula para acercarlo a su cuerpo, tomó las manos de Loki- eres hermoso, la persona más hermosa que he visto- dijo dejando que sintiera su corazón que se agitaba con su cuerpo , su aroma y sus besos y las dejo allí, libres para que lo tocara como él había hecho, ronroneo restregando su cuello y alentando llamó a su Alfa en un ruido, pues su omega parecía algo abatido y apenado, chasqueo los dientes- Soy tuyo, soy suyo... tócame- decía entre demandante y excitado el rubio.

Loki se dejó explorar, sin cerrar sus ojos, nadie se había dedicado a tocarlo de ese modo, nadie había tenido esa paciencia de explorarlo, de besarlo, se estremeció cuando tocó su espalda, el omega se avergonzó de las marcas, temiendo que no le gustaran las cicatrices o le causará desagrado, suspiro de alivio cuando le hizo saber que no era así, su respiración estaba agitada, le gustaban las manos cálidas de su Alfa, sus palabras dulces eran un bálsamo para su alma pero aún estaba un poco aprehensivo, arqueó su espalda, sus manos acariciaban su pecho, tímido sobre el palpitar de su corazón, admiró a Thor y se sintió inadecuado, inseguro, el pensamiento de que Thor merecía a alguien mejor le invadió de nuevo, entonces el Alfa tomó algo de control porque a diferencia del Omega, él quería saber, experimentar, retar y probar, gruño suave, uno de atracción pero aun conteniéndose, las manos de Loki se volvieron mucho más cooperativas, abriendo la tela, buscando sentir su piel contra la suya, pasó sus manos por su cuello, su mentón, tomando sus rostro para besarlo con necesidad, deseo, un toque de dominio y reclamo, mordió sus labios, saboreándolo, volvió a bajar sus manos a explorar los músculos, gruñendo al sentir las cicatrices, también molesto con quien alguna vez lo lastimó, acarició su abdomen, pasando sus uñas con barniz negro por la piel, disfrutando de ver cómo los músculos se crispaban con la caricia.

De gato callejero a domador de AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora